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Saquen la cuenta. En una semana hay 168 horas. Pongamos que vamos al gimnasio una hora tres días y el fin de semana nos pegamos una caminata o una ruta en bici o una sesión de piscina de dos horas. Quedan 163, que las dedicamos ... a trabajar, a dormir, a los desplazamientos en coche o en transporte público, a mirar el móvil, ver la tele, ir al cine, salir con amigos... Mucho trajín, pero poca actividad física para cualquier persona. Menos aún para las mujeres de más de 50 años, especialmente vulnerables al sendentarismo, lo que les coloca en una zona de alto riesgo de sufrir problemas cardiovasculares. La reflexión la hace el doctor Vicente Bartomeu, uno de los autores de un estudio de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) que relaciona los malos hábitos de vida con la mortalidad por problemas de corazón en ese colectivo. No nos asustemos, solo debemos movernos más. Y todo cuenta: desde subir escaleras a fregar.
La investigación ha demostrado que «la actividad principal diaria que la mujer lleve a cabo en esta etapa de su vida es el factor que más se relaciona con la mortalidad». El estudio alertaba de que las que están sentadas la mayor parte del día tienen el triple de riesgo de muerte cardiovascular, respecto a las que hacen actividad física que implica más movimiento como caminar o llevar pesos. Por ejemplo, las empleadas que desarrollan su labor sentadas ante el ordenador tienen más riesgo que una trabajadora de un comercio que se mueve continuamente, pone el ejemplo el especialista.
Los expertos diferencian entre 'ejercicio físico' –entendido como el que se hace fuera de las actividades diarias, el deporte– y 'actividad física', el movimiento que hacemos en nuestra vida. «No podemos limitarnos a considerar el ejercicio un hobby al que se le dedican unas horas dos o tres días a la semana», advierte el doctor Bartomeu. La opción saludable es estar «activa físicamente a diario». Movernos más en nuestras rutinas, insiste, «es más importante que ir al gimnasio». «El deporte es beneficioso, pero claramente insuficiente» para este colectivo de población.
El estudio, realizado por el Grupo de Investigación Cardiovascular de la Universidad Miguel Hernández de Elche, incluyó a casi 6.000 mujeres de toda España, con edades comprendidas entre los 50 y los 103 años. El 42% tenía hipertensión arterial, el 34% niveles altos de colesterol y el 14% diabetes. Los investigadores realizaron un seguimiento de la mortalidad desde 2011 hasta 2017 y en esos seis años, el 4% de las participantes en el estudio falleció por causa cardiovascular. Por cada año que va cumpliendo la mujer la probabilidad de muerte por ese motivo aumenta un 14%.
Los resultados impulsaron a los investigadores a lanzar un mensaje:«El sedentarismo ensombrece el pronóstico de esperanza de vida en las mujeres», advierte la doctora Antonia Sambola, coordinadora del Grupo de Trabajo de Mujeres de la SEC. Por ello, es «obligado» fomentar la actividad física «con regularidad» y «debe incluirse en todos los programas de educación sanitaria».
La inactividad física es uno de los principales factores de riesgo de muerte prematura en todas las enfermedades no transmisibles (pulmonares, cáncer, diabetes…), no solo en las cardiovasculares, completa el profesor de la facultad de Educación y Deporte de la Universidad de Deusto Xabier Río de Frutos. «Este es el motivo por el que algunos investigadores han llegado a denominar a la actividad física como la auténtica polipíldora», precisa. «Parece obvia la necesidad de moverse más con tareas tan sencillas como subir las escaleras en lugar de coger el ascensor, bajarnos en la parada anterior del metro o el autobús e ir caminando a casa, utilizar la bici para los desplazamientos cotidianos, optar por el pequeño comercio frente a la compra por Internet, levantarse de la silla cada veinte minutos o realizar tareas de casa como fregar, pasar la aspiradora... Cualquier movimiento suma».
Ese gasto energético realizado en la rutina diaria «provoca una cascada de procesos fisiológicos y proporciona mejoras sustanciales, tanto en la prevención como en el tratamiento de numerosas enfermedades», resalta el docente. Además, «ralentiza el envejecimiento de nuestras células». Este experto remarca que, lógicamente, los beneficios serían mayores si los complementamos con ejercicio de más alta intensidad.
La investigación publicada en la 'Revista Española de Cardiología' muestra también que el tabaco es, tras el sedentarismo, el segundo factor que más incrementa los fallecimientos por problemas de corazón en mujeres mayores de 50 años. Las fumadoras tienen un 81,6% más de riesgo de morir por esta causa que las que nunca han fumado. Avala también la influencia de los hábitos de nutrición saludables para alargar la vida y detalla que consumir verduras menos de una vez por semana eleva un 76% el riesgo de muerte cardiovascular respecto a las mujeres que introducen este alimento más de tres veces a la semana.
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