Mentiras y verdades sobre el cuidado de la piel

Si tuviésemos que hacer un ranking de la mentira más extendida sobre cuidados de la piel un digno ganador podría ser el mito de que depilarte con cuchilla hace que te salga más pelo y más fuerte. Por lo extendido que está y por la cantidad de gente 'afectada'. Pues ni una cosa ni otra. Tampoco es verdad que los barbudos no necesiten crema de sol, ni que si los adolescentes comen chorizo les sale acné. Pedro Jaén, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid y profesor titular de Dermatología de la Universidad de Alcalá de Henares desmonta, uno a uno, y con recomendaciones seguras, algunos de los bulos más extendidos en torno al cuidado de la piel en su libro 'Una piel para toda la vida. La guía definitiva para mantenerla sana y joven' (editorial Espasa), un práctico manual de cuidados desde los bebés hasta las personas más mayores. Estas son algunas de las creencias que ya podemos empezar a desterrar porque no tienen ciencia detrás.

Está muy extendido eso de que si te depilas con la cuchilla te saldrá el vello más fuerte». Y niega la mayor el dermatólogo, autor de más de quinientas publicaciones científicas. «Con el rasurado ocurre que cortamos el pelo a ras de la superficie de la piel y cuando empieza a asomar lo hace con el extremo plano, no afilado como cuando está más largo, lo que puede dar la sensación de que es más duro, pero no es cierto».

Especialmente cuando son los niños quienes se hacen una herida, la primera reacción es soplarles para aliviarles el dolor. Error. «Aunque cueste creerlo, la mordedura de otra persona es más peligrosa que, por ejemplo, la de un perro. Nuestra boca está llena de bacterias que, si soplamos, pueden pasar a la herida». Segundo error: dejar al aire para que se seque. «Para favorecer la cicatrización y evitar la contaminación e la zona lesionada es conveniente cubrir la herida». Un tercer error: la tirita. «Las convencionales son de plástico y maceran la herida, así que no se recomiendan. Mejor un apósito quirúrgico transpirable».

«El hecho de que las pieles grasas sean más 'resistentes' a las arrugas lleva en ocasiones a pensar que no necesitan cremas, entre otras cosas porque estas aportan grasa. Pero las pieles grasas también se irritan, de descaman y se deshidratan, de manera que requieren cuidados. Eso sí, productos que regulen la producción de sebo», recuerda Pedro Jaén.

Asociamos, a la vista está sin razón alguna, los molestos granos propios de la adolescencia con comer chocolate y nada tiene que ver. «El acné obedece a factores hormonales, así que comer chocolate o chorizo no incide en su aparición ni en su evolución». Otro mito muy extendido es que el sol elimina los granos. Pero tampoco. «La causa del acné es la hiperproducción de sebo. Los baños solares resecan la piel y por eso da la sensación de que desaparecen pero no es así».

El especialista aclara varias cuestiones respecto a la psoriasis, una enfermedad que causa escozor, picor y dolor al agrietarse la piel. «Su aparición no tiene nada que ver con la mala higiene; de hecho, los pacientes con psoriasis son escrupulosos con la limpieza. Es una enfermedad que no se contagia y que, aunque tiene un componente hereditario, no es constante ni fijo».

«Se trata de un mito a desterrar. Es verdad que los hombres que tienen mucho vello corporal o una barba poblada tienen un salvoconducto adicional frente al sol del que carecen los varones más lampiños o las mujeres. Pero este escudo no es tan potente como se cree», de manera que incluso los más velludos deben aplicar igualmente fotoprotector. «Como no es agradable aplicarse cremas en zonas velludas, estos hombres pueden optar por formulaciones en aerosol o gel».

«La piel de la cara es más fina, tiene menor soporte graso y muscular y está más expuesta a la deshidratación, la sequedad, la descamación y la aparición de manchas y arrugas. Para esta zona se recomiendan productos que eviten el exceso de producción de sebo y que no sean muy densos porque, si no, pueden taponar los poros y provocar granitos. Las manos apenas tienen glándulas sebáceas y presentan una piel muy fina en el dorso y más gruesa es la palma. Además, están muy expuestas al sol, a la acción de los jabones, desinfectantes, agua... de forma que se aconsejan cremas emolientes que suavicen la epidermis, cubran las abrasiones y mantengan la piel elástica. Conviene aplicar frecuentemente. Los pies, una de las zonas que más sufren, necesitan cremas untuosas», señala el experto.

«En la vejez nos pasa factura la exposición solar que hemos tenido durante nuestra vida en forma de manchas repartidas por todo el cuerpo. Así que es posible minimizar la cantidad y la intensidad de la coloración de estas manchas siendo estricto en la aplicación de fotoprotectores desde la infancia».

«La dermis masculina es en torno a un 20% más gruesa que la femenina y presenta más folículos pilosos y glándulas sebáceas, por lo que el hombre es más propenso a sufrir acné, granos, puntos negros... y a lucir una piel más engrosada y con más imperfecciones», explica el doctor.

«Hay una creencia errónea que asegura que llevar gorra, sombrero o cascos muy a menudo provoca que se caiga el pelo. Se basa en la idea de que estas prendas asfixian el cuero cabelludo y, por eso, el pelo acaba cayendo. Pero no. El proceso de oxigenación del cabello es más profundo y no se ve obstaculizado por llevar gorras o pañuelos».

«Últimamente ha calado que nos duchamos demasiado y que eso está destruyendo la barrera cutánea que nos protege de las agresiones externas. Es frecuente que las familias pregunten en las consultas de dermatología infantil si es conveniente bañar al recién nacido todos los días. La respuesta es sí, salvo en bebés prematuros, en cuyo caso hay que espaciar el baño cada dos o tres días». Eso sí, baño diario pero con recomendaciones: «El agua debe rondar los 37 grados, no deben estar en el agua más de cinco o seis minutos y nada de esponjas, basta un poco de jabón líquido parar bebés disuelto en agua que aplicaremos con la mano».

Parece obvio, pero no está de acuerdo el doctor Jaén. «El aspecto joven del rostro no se mide solo por la presencia de arrugas. El tono apagado, las manchas, las ojeras y bolsas debajo de los ojos y la flacidez son responsables en igual o mayor medida del aspecto envejecido de la cara. De hecho, la flacidez es el factor que más preocupa a los pacientes porque es el principal delator del envejecimiento».

Con maquillaje, parece obvio. Sin él, también. La rutina de limpieza nocturna de cara es una recomendación para todos. «Sirve para retirar el sebo segregado durante el día, las partículas de contaminación que se depositan en la superficie de la dermis, así como el polvo y la suciedad», recuerda el dermatólogo.