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Solange Vázquez
Viernes, 3 de noviembre 2023, 18:25
En el caso de las mujeres, hacerse una citología vaginal no es ningún misterio: es una de las pruebas habituales en las visitas periódicas al ginecólogo. Y se hace siempre porque ofrece mucha información: se trata de tomar una muestra de células del cuello del ... útero para después analizarla y comprobar que no hay anomalías que puedan desvelar la presencia de infecciones, inflamaciones o incluso cáncer. Es algo necesario y totalmente asentado en el calendario femenino, no admite discusión. Pero el imaginario popular lo liga tanto a la salud de la mujeres que muchas veces, cuando un médico le dice a un hombre que debe hacerse una citología, este suele tener un momento de cortocircuito mental, en plan 'aquí hay un error, eso es solo para ellas, ¿no?'. Seguido de otro instante (muy infantil) de 'por favor, por favor, que sea una equivocación' (porque empiezan a comprender que les van a introducir algo por algún sitio y, claro, la idea no es muy atractiva).
Pues sí, señoras y, sobre todo, señores, a riesgo de romper el equilibrio del cosmos, vamos a hacer una revelación: los varones también se hacen citologías. Es más, deben hacérselas. La pregunta que se estarán haciendo muchos ahora mismo es por dónde (anatómicamente) va el asunto (ya que, evidentemente, no tienen vagina). Pues bien, hay varias opciones 'unisex': la de boca (cultivo faríngeo, en el que se analiza una muestra tomada con una torunda), la genito-urinaria (cultivo de líquido de la uretra recogido con un hisopo) y la anal (donde se toma una muestra de la zona con un cepillito).
Amaia Sanz y Fernando Jiménez, proctólogos de Proktos Clinic y especialistas en Cirugía General y del Aparato Digestivo, lo explican muy claro: «La citología en las mujeres es universal y conocida, no así en los hombres, que no saben que tienen que hacérselas». Ni que hay distintos tipos.
En el caso de las anales, el motivo principal para que hombre se la realice (obviamente, también se la pueden realizar mujeres) es detectar el virus del papiloma humano (VPH), que es una infección de transmisión sexual (ITS-ETS). Y como otras dolencias de este tipo, el número de casos está al alza. Los médicos atribuyen este subidón a que cada vez se usa menos el preservativo entre hombres que tienen sexo con hombres y entre el colectivo trans. Un aumento que atribuyen, entre otras cosas, al consumo de PrEP, un fármaco que evita el contagio del sida y que ha llevado al uso cada vez menor del condón. Pero ¿y el resto de enfermedades?
En el caso del VPH, éste se transmite por contacto directo entre epitelios (mucosas), provoca lesiones en aquellos que infecta y genera verrugas, «que es lo que más conoce la población», indican los expertos. «Pero hay descritas más de doscientas cepas de VPH y hay algunas que, sin producir verrugas, pueden generar lesiones. Es decir, que son apreciables con un microscopio pero no a simple vista... y pueden ser precancerosas». ¿Qué nos quieren decir? Que la citología es necesaria.
«Normalmente es transitoria y entre el 80 y el 90% desaparecen en uno y dos años, pero existe una clara evidencia de la relación del VPH con la aparición de ciertos tumores», alertan los expertos. Además, sirve para diagnosticar otras enfermedades: clamidiosis, gonorrea, sífilis, linfogranuloma venéreo y herpes simple. Para disipar miedos y aclarar dudas, los especialistas describen el proceso de una citología anal: «Con un pequeño cepillo de cerdas suaves se toman muestras del canal anal. No necesita preparación. Es una prueba rápida e indolora», tranquilizan los proctólogos.
Los médicos aconsejan realizárselos si se ha mantenido sexo oral de riesgo. Consiste en la extracción de una muestra de mucosas mediante una torunda. «En función de las prácticas sexuales, se toman cultivos orales (y no de otro tipo) para detectar enfermedades de transmisión sexual en hombres», aclaran. Desde luego, se usa también en otras infecciones no relacionadas con el sexo.
Si existe secreción de líquido por la uretra, puede ser un indicador de una infección bacteriana o una ITS. En este caso, se realiza un exudado uretral, una prueba en la que se recoge una muestra de líquido de este conducto a través de un hisopo... Sí, hay que meter un 'palito' de unos dos centímetros por el agujerito del pene. Con este examen, se pueden detectar infecciones de transmisión sexual como gonorrea y clamidia, un problema de dimensiones globales. La OMS contabilizó 82 millones de afectados por gonorrea en 2020 y la clamidia está incrementándose alarmantemente en Europa. Y, claro, la cantidad de citologías que se hacen los hombres va creciendo a la par.
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