Hombre al volante, riesgo constante... así lo confirma un nuevo estudio

Trasladar la guerra de sexos a la carretera es una tontería supina, entre otras razones porque toda guerra lo es. Pero con esta cuestión no le llamemos varonil, pero sí hombruna, lo es aún más se mire como se mire. Ellos pierden por goleada y la estadística, tozuda año tras año, lo demuestra. El último trabajo conocido sobre la cuestión se ha realizado en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad HSE, que busca lograr un cambio social y económico en Rusia.

No es sólo que les pongan más multas y tengan más accidentes. Los hombres, según esta investigación, son más propensos a crear en la carretera situaciones «altamente peligrosas» para los demás. En el país de Putin, ellos circulan bajo los efectos del alcohol el doble de veces que ellas y tienen casi un tercio más de probabilidades de acabar en prisión por conducción temeraria.

Los profesores que firman el trabajo, Anton Kazun y Mikhail Beklov, cuentan que existe un estereotipo según el cual las mujeres son menos cuidadosas al volante, se estresan más fácilmente, reaccionan mal ante situaciones imprevistas y tienen dificultades para orientarse. Pues no es así. Lo demuestra el análisis de casi 16.000 sentencias judiciales sobre infracciones a las normas de circulación publicadas en el país entre 2010 y 2022.

La gracia de este trabajo, lo que marca la diferencia frente a estudios anteriores, reside en que ésta vez los investigadores decidieron buscar las causas del 'desastre'. La diferencia del comportamiento de hombres y mujeres ante el volante se debe, según explican, a varias causas, muy posiblemente relacionadas con la naturaleza de unos y otras.

Los hombres, en general, tienden a circular más rápido y de forma más agresiva. Conducen de media un 26% más de kilómetros diarios, aunque curiosamente sólo pasan al volante un 10% más de tiempo.

Además, ellos son más propensos a conducir bajo los efectos del alcohol, algo que en nuestro país, sin haberse resuelto, sí que ha mejorado mucho gracias al carné por puntos y los controles de carretera. Pero volviendo al estudio ruso antes de ver lo que pasa en España, una cuarta parte de los conductores del país de la hoz y el martillo que fueron denunciados penalmente circulaban ebrios. Entre las mujeres, en cambio, muchas menos, el 10%.

Los chicos, según concluye el trabajo, tienen una probabilidad significativamente mayor de provocar accidentes de tráfico con muertos o heridos. «Incluso después de tener en cuenta la normalización de género, tres cuartas partes de los acusados de delitos que implican un peligro público son hombres. En dos tercios de los casos suelen ser condenados a prisión, mientras que las mujeres que acaban entre rejas son la mitad de las denunciadas. Un dato curioso para terminar de dibujar el panorama ruso: en las grandes ciudades, Moscú y San Petersburgo, las mujeres son las que más conducen, mientras que en las áreas rurales la conducción se considera un actividad «predominantemente masculina».

Hace unos años, la Dirección General de Tráfico también se propuso detectar áreas de mejora en la conducción de hombres y mujeres y realizó un estudio similar. Sus resultados no difirieron demasiado de la realidad rusa. El trabajo analizó datos correspondientes al periodo 2015 y 2019 y descubrió que había más víctimas entre los hombres, tanto muertos como heridos, porque ellos adoptan mayores comportamientos de riesgo. ¿Cuáles? Básicamente, los mismos que los rusos: «Exceso de velocidad, consumo de alcohol y menor uso del cinturón de seguridad», explica un portavoz de la DGT.

El 79% de los fallecidos tenía nombre de varón y el 72% de los heridos, también. El informe evidenció, además que ellos conducen de forma bastante más agresiva, «incitando a un comportamiento más competitivo y hostil» al resto de los automovilistas. También acumulan más multas. Los varones, claro. Los hombres son hombres y las mujeres, mujeres. Aquí y en Rusia.