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El verano es época de disfrute, de no mirar el reloj, de días interminables de playa, hinchables en la piscina, barbacoas, excursiones por el monte, fiestas populares... De excesos, en general. Pero también de picaduras de medusas, algún que otro resbalón, intoxicaciones alimentarias, golpes, quemaduras... ... Aquí van una serie de consejos para capear los incidentes veraniegos de la mejor forma posible.
Picaduras
Las picaduras están a la orden del día en verano. Estamos más o menos acostumbrados a las de los mosquitos, moscas o incluso tábanos (lava con agua y jabón y no te rasques), pero con otras no sabemos muy qué hacer o hemos oído tantas cosas que al final dudamos. Es el caso de las picaduras de medusa. «Primera enseñanza: nunca eches agua dulce porque favorecerás que los restos del animal que queden en la piel liberen más líquido urticante. Lava la zona con agua marina y, si ves algún tentáculo, intenta quitarlo. Lo ideal es hacerlo con unas pinzas, pero si no tienes a mano puedes usar un plástico (una tarjeta de crédito, por ejemplo). Segunda enseñanza: nunca frotes o rasques la herida, ni con toallas ni con las manos, porque empeorará. Desinfecta las lesiones con un antiséptico tipo Betadine. Si duele o pica se pueden tomar antihistamínicos orales o un antiinflamatorio», explica la doctora Lucía Galán, conocida en redes sociales como 'Lucía, mi pediatra'.
Otra picadura muy latosa es la de garrapata. Se deben retirar, preferiblemente con una pinza, siempre tirando hacia arriba. Es importante quitarlas cuanto antes y por completo porque dejar dentro la cabeza es un riesgo. En ese caso, sería necesario acudir a un centro de salud. «Si te muerde una garrapata se hace siempre un tratamiento de profilaxis con antibiótico porque el riesgo del contagio es muy alto», aclara la internista Alejandra Menassa.
Quemaduras
Lo habitual en verano es quemarse las zonas más expuestas al sol (cara, hombros, escote...), pero puede afectar a cualquier otra parte del cuerpo (lóbulo de la oreja, cuero cabelludo, labios...). «La piel se pone caliente, roja, inflamada e incluso pueden salir ampollas. A veces también aparecen síntomas generales como dolor de cabeza, fiebre, náuseas o fatiga», describe la dermatóloga Ana Molina. La especialista explica que, para saber cómo actuar, lo primero es identificar el grado de la quemadura para ver si la podemos manejar en casa o debemos consultar con un médico.
«En general, debemos acudir a un ambulatorio si observamos áreas rojas muy extensas, ampollas, fiebre alta, dolor de cabeza, escalofríos o signos de infección. Las que podemos tratar en casa son las de primer grado. Es decir, las localizadas en una zona concreta de la piel sin ampollas ni síntomas generales. Para ello, solemos recomendar aplicar cremas hidratantes frías, que podemos mezclar con algún corticoide o antibiótico tópico para favorecer la curación e incluso tomar un ibuprofeno. Una quemadura suele tardar entre siete y diez días en curar y es importante no arrancar los restos de piel que se descaman ni tampoco usar exfoliantes. Se debe beber mucho líquido para evitar la deshidratación», aconseja la dermatóloga.
Golpes, caídas y brechas
En las caídas y golpes, sobre todo en la cabeza, la clave es saber si ha habido una pérdida de consciencia previa o posterior a la caída. «Si la persona está mareada, ve doble, vomita o tiene un fuerte dolor de cabeza debe ser valorada por un médico», advierten en el área de Salud de la Cruz Roja. En cuanto al golpe, lo más indicado es aplicar frío en la zona afectada. Pero recuerda que «el hielo no se puede colocar directamente sobre la piel. Mejor envuélvelo en una tela».
Las brechas son una de las lesiones más escandalosas. Y se deben tratar como cualquier otra herida, «a no ser que pensemos que puede necesitar puntos de sutura». Los expertos desaconsejan poner tiritas de aproximación (puntos americanos), sobre todo cuando la herida es en la cara «porque pueden dejar una marca muy fea. Ahora bien, es aconsejable llevarlas al monte porque es un lugar donde pueden tardar mucho en atendernos».
Los sangrados de nariz también son muy frecuentes en verano y es uno de los incidentes con los que más errores se cometen. La recomendación general de los expertos en primeros auxilios es «inclinar la cabeza hacia delante» y presionar la fosa sangrante «desde el exterior». «Ni se hacen taponamientos nasales caseros ni se coloca la cabeza del herido hacia atrás. La hemorragia debería estar controlada en 10 minutos».
Intoxicaciones
Los síntomas de esta enfermedad gastrointestinal (diarrea, a veces con productos patológicos en heces como sangre o mocos, fiebre, náuseas, escalofríos, dolor de cabeza y abdominal...) suelen durar pocos días y la mayoría de los afectados se recuperan sin tener que recurrir a los antibióticos, que es el tratamiento habitual en este tipo de intoxicaciones. «Si los síntomas son muy intensos o se prolongan se debe acudir al médico, especialmente si se trata de personas mayores, bebés, embarazadas o pacientes inmunodeprimidos, porque en estos casos el riesgo de deshidratación y de complicaciones se multiplica», alertan los especialistas.
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