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Solange Vázquez
Sábado, 1 de abril 2023, 00:44
Hay personas con tendencia a ganar peso -el factor genético es muy importante- que saben que tienen que ser firmes con los buenos hábitos (de ejercicio y alimenticios) y vigilar esas pequeñas subidas antes de que se conviertan en un problema grande. Y es un ... buen método. De hecho, aunque no seamos de engorde fácil, esta táctica de evitar picos de sobrepeso, que a casi todos se nos presentan en la vida, es casi una garantía de éxito para no terminar con un cuerpo más orondo de lo deseable.
Lo dice la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). Ana de Hollanda, coordinadora del Área de Obesidad, hace hincapié «en la relevancia de identificar posibles brotes de obesidad». «Actuar en los periodos críticos que se pueden asociar a un aumento de peso, como la gestación o la menopausia, el inicio de la actividad laboral o periodos en los que tenemos disminuida la movilidad, puede ser determinante en la prevención», afirma. Según reitera, «la prevención desempeña un papel muy importante» para prevenir la obesidad y para controlar los problemas derivados de ella.
Es decir, si hacemos una gráfica con la línea de peso a lo largo de nuestra vida, tenemos que intentar 'aplanar' los picos. Primero, porque no son saludables los 'sube y bajas'; y segundo, porque cuando ganamos peso, aunque luego lo perdamos, tendemos a quedarnos con algo y en muy pocas ocasiones volvemos al punto de partida. En esa línea de kilos a lo largo de la vida, según la nutricionista Leila Pérez, del hospital Vithas de Vitoria, tenemos que tener en cuenta que, aun en condiciones normales, habrá una pequeña cuesta ascendente «a partir de los 30 años, momento en que el metabolismo basal comienza a ralentizarse un 5% cada década (algo que en peso se traduce en medio kilo o uno como máximo)». Y, si encima la ayudamos con 'extras'...
¿Cuáles son los habituales? Algunos son fisiológicos, naturales. El embarazo, por ejemplo, donde lo saludable -si tenemos un peso normal- es no engordar más de 16 kilos (según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia). «Ese aumento de peso tiene una función. Luego, sobre todo con la lactancia, debería desaparecer», apunta Pérez. Lo que no es aconsejable es quedarse con un montón de kilos y cinco años después seguir 'culpando' al embarazo.
Otro pico que afecta a las mujeres es la menopausia: «Este cambio hormonal, en kilos, se puede traducir en uno o dos. No mucho más. Lo que pasa es que se suman factores emocionales que pueden redundar en una ganancia de peso», apunta la nutricionista. No obstante, en esta cuestión sí que hay previsión: las afectadas, cuando empieza el proceso, «se ponen manos a la obra, a mejorar la alimentación o a hacer más ejercicio para no subir mucho de peso».
No ocurre, sin embargo, con otros 'picos de sobrepeso previsibles', como el que se suele notar tras dejar de fumar (una media de 3 a 4 kilos), al independizarse de los padres (la comida basura gana terreno), al jubilarnos (menor actividad) o al reposar tras una enfermedad u operación (sedentarismo obligado).
«En realidad, muchas veces usamos estos 'hitos' como excusa. Casi todos ellos suponen una ganancia de peso de unos dos kilos y, si es de más, entrarían seguramente factores emocionales asociados», advierte Pérez, quien sostiene que, si cultivamos unos buenos hábitos, no deberíamos tener problemas para regresar a un peso saludable.
Lo malo es cuando estos buenos hábitos no son suficientes -hay condicionantes como la genética o la edad, que nos pueden hacer difícil perder peso- para volver al buen camino. ¿Cuándo debe saltar la alarma? Marcos Franco, especialista en Nutrición y Medicina Estética y experto en balones gástricos Allurion, considera que, aunque algunos profesionales lo desaconsejen, la báscula es una buena amiga para corregir aumentos de peso antes de que sean muy grandes. «Hay personas que caen en la espiral de engordar y no pesarse porque no les gusta...», indica. Y, cuando han engordado mucho, se ponen manos a la obra.
«Para mí, si has ganado 10 kilos, esta ya es una barrera infranqueable, pero a partir de 3 o 4 ya empieza a convertirse en algo difícil para mucha gente y quizá es mejor que se pongan en manos de un profesional», apunta el experto. Tal y como explica, una ganancia de 2 o a lo sumo 3 kilos durante el invierno es más o menos normal y solemos 'eliminarla' en esta época, «antes de empezar a llevar menos ropa», sin demasiados problemas. Pero ojo a partir de este punto, porque, si hay más kilos, es más que probable que no acabemos de perderlos y alguno se quede para siempre.
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