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Estamos en otoño. Ya lo habrán notado. Y no solo por la temperatura. Hemos dejado atrás el verano, pero nos hemos quedado con las cervecitas, las tapitas, los helados... Sí, sí, justo ahí donde le aprieta el vaquero. Quizá incluso ya haya empezado a tomar medidas y no para hacerse un nuevo pantalón, sino para recuperar la forma perdida. Para lograrlo hay un amplio abanico de posibilidades: correr, la bici, el ochentero aeróbic, el matador crossfit... Vale cualquier cosa que sea moverse, ¡hasta colgarse del techo! Esto último es lo que hacen quienes practican TRX, una modalidad que lleva pocos años en los gimnasios y que ya ha empezado a dar el salto a las casas, sobre todo, tras el confinamiento de marzo.
Se trata de un entrenamiento «en suspensión» en el que se trabaja con el propio peso. No es hacer filigranas en el aire, sino ejercicios como sentadillas, flexiones, planchas... en los que la resistencia depende de nuestro cuerpo y del material que se usa:una sistema de cuerdas (llamadas 'straps') que se cuelga de una barra o de una puerta y que tiene diferentes agarres para pies y manos. No se necesitan ni pesas, ni tobilleras, ni barras. Solo las cinchas y una pared sólida. Por eso se ha vuelto tan popular para ponerse en forma en el hogar.
«Es un entrenamiento para todo el cuerpo. Se trata de aguantar tu peso. Y en función de cómo lo coloques, juegas con más o menos resistencia», explica Jorge Fernández, director deportivo del centro madrileño Beper Sports. Esta modalidad tiene muchos beneficios, además de generar fuerza muscular, ayuda con el equilibrio y la estabilización, y también con la flexibilidad y la movilidad de articulaciones como el hombro y la cadera, que no trabajamos habitualmente. También quema calorías porque «permite trabajar la resistencia aeróbica y anaeróbica sin problemas». Hay quien calcula que en una sesión casera bien planificada se pueden consumir hasta 600 calorías.
Como muchas de las nuevas modalidades deportivas modernas, el TRX tiene su origen en el trabajo de militares. Se dice que nació de la necesidad de los SEAL, las fuerzas de operaciones especiales estadounidenses, de mantener una condición física óptima cuando trabajaban sobre el terreno y lejos de cualquier instalación. A uno de estos agentes, Randy Hetrick, se le ocurrió adaptar las tiras de un paracaídas para practicar. Lo cosió con lo que tenía a mano, herramientas para reparar botes, y él y sus compañeros lo pusieron a prueba. Eran los 90. Hoy, Hetrick es el dueño de la marca TRX, que saltó al mercado en 2005.
Conseguir el material para empezar no es difícil. Se puede comprar en tiendas de deportes, en Amazon y hasta en supermercados, como el Lidl, que de vez en cuando saca una oferta. «La clave es fijarse en que la cincha se pueda alargar y acortar y que los enganches sean resistentes», detalla Fernández. El precio es un buen indicador a la hora de elegir:«Si cuesta entre 30 y 60 euros, podemos fiarnos». Luego hay que saber colocarlo: «Lo habitual es engancharlo en una puerta que debe abrirse hacia el lado contrario al que tiramos para evitar accidentes».
A partir de ahí, 'solo' queda ejercitarse. «Lo puede practicar cualquier persona». De hecho, incluso los deportistas profesionales lo incluyen en sus rutinas de gimnasio. Sin embargo, si uno es novato es muy recomendable «buscar ayuda profesional» antes de lanzarse a la aventura en el salón de casa porque «la técnica de los ejercicios» es básica para no hacerse daño. «Hay que fijarse mucho en los detalles, no es lo mismo agarrar el material de una forma que de otra», precisa el entrenado personal madrileño.
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Una vez que se ha aprendido, ya se puede volar libre. Incluso con lesiones, porque permite trabajar el cuerpo por partes:si te duele la rodilla puedes entrenar solo el tren superior. «Y la resistencia es tu cuerpo, puedes poner o quitar peso solo con mover pies o manos».
– ¿Qué pasa si en un ejercicio empiezo a temblar como un flan?
– Es síntoma de que no has calentado correctamente, que es muy importante; o de que te estás exigiendo demasiado. Imagínate que hacemos una plancha. Si tenemos un nivel medio-bajo de forma, con aguantar 20 segundos es suficiente. Ya aumentarás el tiempo según entrenes.
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Alberto Gil | Logroño
Juan Cano, Sara I. Belled y Clara Privé
Alfonso Torices (texto) | Madrid y Clara Privé (gráficos) | Santander
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