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Mikel Casal
Ojo a los efectos secundarios: los medicamentos también te pueden enfermar

Ojo a los efectos secundarios: los medicamentos también te pueden enfermar

Las reacciones adversas a los fármacos suelen ser leves, pero lea bien el prospecto antes de tomarlos para evitar sustos

Sábado, 18 de junio 2022, 19:02

Diga la verdad, ¿cuántas veces ha leído el prospecto entero de un medicamento antes de tomárselo? Descripción, dosis recomendada, conservación, precauciones, posibles efectos secundarios, reacciones con otros fármacos o con determinados alimentos... Los medicamentos se administran con la idea de resolver o prevenir un problema de salud, lo que ocurre es que no son sustancias inocuas. Es decir, a veces para tratar una enfermedad o sus síntomas (colesterol elevado, depresión, dolor de cabeza, infección de garganta, fiebre...) pueden causar otros problemas (gastroenteritis, tos seca, calambres...), generalmente más leves, aunque en algunos casos las reacciones adversas pueden llegar a ser graves e incluso mortales.

«Cuando se pauta una medicación no solo se valoran los beneficios sobre la salud del paciente, sino también los posibles efectos secundarios que puede desencadenar el tratamiento, porque no siempre compensa. Es importante tener en cuenta que cualquier sustancia que metamos en el organismo, ya sea un fármaco, un complemento alimenticio, una planta medicinal, alcohol, tabaco o determinados alimentos, tanto solos como en combinación, tienen un efecto fisiológico sobre nuestro cuerpo que no siempre es el deseado. Son las llamadas reacciones adversas a los medicamentos o RAM, que pueden ser desde muy frecuentes –las que afectan a más del 10% de los pacientes tratados– a muy raras –uno entre 10.000– y que también son aplicables a los fármacos sin receta y a las plantas medicinales», precisa Iván Espada, responsable de Área de Información del Medicamento del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos.

Un dato: «Entre un 10% y un 30% de las personas mayores que acuden al hospital lo hacen a causa de los efectos secundarios de un medicamento y la mayoría de los ingresos están relacionados con la ingesta de antiinflamatorios (ibuprofeno, daproxeno, aspirina...), anticoagulantes tipo Sintrom y las benzodiacepinas que se recetan para el tratamiento de cuadros de ansiedad, insominio...», añaden los técnicos sanitarios de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

Todos los medicamentos del mercado pueden causar efectos secundarios no deseados. «Ahora bien, de la misma manera que algunas reacciones adversas son catalogadas como raras o muy raras porque apenas se describen casos, existen grupos de fármacos que suelen desencadenar los mismos efectos en mucha gente», explica Iván Espada. Estas son las RAM más frecuentes en función del tipo de fármaco.

Antiinflamatorios (ibuprofeno, naproxeno, aspirina...)

Molestias gástricas ysubida de tensión

Es habitual que después de tomar ibuprofeno para tratar el malestar general que suele ocasionar una infección vírica le empiece a doler la tripa o incluso sufra una pequeña diarrea. Las molestias gástricas son la reacción adversa más frecuente en la familia de los antiinflamatorios no esteroides (ibuprofeno, naproxeno, doclofenaco, aspirina...), «que en los casos más graves pueden llegar a causar úlceras e, incluso, una perforación gastrointestinal», alertan en la OCU.

Además de las molestias en el estómago, los llamados AINE «tienden a elevar la presión arterial, por lo que aumentan el riesgo de sufrir un infarto de miocardio. Esto no significa que todos los pacientes que se tomen un ibuprofeno vayan a tener problemas cardiovasculares, pero tienen más posibilidades», señala Espada.

En este tipo de casos, es el médico el que debe valorar si los beneficios de tomar una determinada medicación compensan el riesgo al que se expone el paciente para decidir si continúa con el tratamiento, lo sustituye o directamente lo retira. Si los efectos secundarios no van más allá de una pequeña molestia de estómago, se suele recomendar tomar un protector gástrico. «Pero, ojo, porque la prescripción consecutiva de medicamentos para tratar los síntomas ocasionados por las reacciones adversas de un primer fármaco puede desencadenar lo que se conoce como cascadas terapéuticas, muy habituales entre las personas de mayor edad. Una muy típica es empezar con artrosis y acabar –a causa del fármaco– tratado de gota o comenzar con vértigos y terminar con una infección de orina», advierten los expertos.

Hipertensión e insuficiencia cardiaca (enalapril, ramipril...)

Tos seca persistente que no responde al tratamiento

Los medicamentos que se suelen recetar para la hipertensión arterial y la insuficiencia cardiaca –enalopril, ramipril, captopril... «todos los 'priles'»– suelen causar en los pacientes una tos seca persistente que, además, no responde a los tratamientos. El problema de estos fármacos, conocidos como IECA, es que para bloquear la producción de una enzima que hace que el corazón tenga que trabajar más duro alteran los niveles de otra sustancia (bradiquinina), que es la causante de esa tos seca tan característica. «Para evitar estas reacciones adversas el médico puede interrumpir el tratamiento o recetar otro fármaco, puesto que algunos causan menos tos que otros», precisa el responsable de Área de Información del Medicamento del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos.

Colesterol (simvastatina, atorvastatina, pitavastatina...)

Dolores musculares, calambres y fallo renal

Las llamadas estatinas son medicamentos muy eficaces para bajar el colesterol, pero tampoco están exentos de reacciones adversas. En este caso, los síntomas más frecuentes son dolores musculares y calambres, por eso no es raro que cuando un paciente se está tratando con este tipo de fármacos note molestias a nivel muscular e incluso fatiga. Si es así, debe comunicárselo a su médico para que lo valore. «La reacción adversa más grave es que el paciente sufra una rabdomiólisis por estatinas, un fallo renal que en los casos más complicados puede acabar con la vida del paciente».

Combinaciones que no se llevan bien

  • Recuerdan los expertos que cualquier sustancia puede alterar el efecto de un medicamento en nuestro organismo; desde la combinación con otro fármaco, con un complemento alimenticio o una planta medicinal, pero también con el tabaco, el alcohol e, incluso, con determinados alimentos como el pomelo o las espinacas. «Pese a que la mayoría de las interacciones entre sustancias resultan perjudiciales para el paciente, también las hay beneficiosas como ocurre, por ejemplo, con la amoxicilina y el clavulánico o el zumo de naranja y el hierro», enumera Iván Espada. Estas son algunas combinaciones que no se llevan bien.

  • Calcio y antibióticos Algunos antibióticos como la tetraciclina, el ciprofloxacino o el norfloxacino no son igual de eficaces si se toman con alimentos ricos en calcio o enriquecidos con ese mineral. Para evitar esta interacción se debe espaciar el consumo de ambas sustancias al menos dos horas de diferencia.

  • Cuidado con el zumo de pomelo El pomelo es uno de los alimentos que más interacciones causan porque aumenta la concentración de muchos medicamentos, desde la de los inmunosupresores para evitar el rechazo de órganos a tres de las estatinas que se usan para rebajar el colesterol, opioides como la oxicodona y ciertos antihipertensivos. Antes de beberse un zumo de pomelo –bastan 200 ml para desencadenar una interacción– consulte con el médico.

  • Verduras de hoja verde y Sintrom El mayor inconveniente al que se enfrentan los pacientes que toman anticoagulantes como el popular Sintrom o Aldocumar es que «los efectos de estos fármacos se ven modificados fácilmente con infinidad de sustancias, por eso se les hace un seguimiento tan minucioso», argumenta Espada. Estos pacientes deben evitar los alimentos ricos en vitamina k (verduras de hoja verde tipo espinacas, berros, endibias, repollo, lombarda...) porque reducen el efecto de la medicación.

  • Prohibido el alcohol El alcohol no casa bien con ningún medicamento. Olvide eso de 'por una cervecita que me tome, no va a pasar nada'. Con fármacos que tienen efecto sedante (antidepresivos, ansiolíticos, analgésicos opiáceos...), potencia todavía más la somnolencia y, en algunos casos, también causan desorientación, bajada de tensión, confusión... «Unos síntomas muy peligrosos si, por ejemplo, se pone al volante», advierten en la OCU.

  • Tabaco y antihipertensivos «Además del daño en los pulmones, el tabaco aumenta la tensión arterial, por lo que reduce el efecto de los antihipertensivos», advierte Iván Espada.

  • La Hierba de San Juan reduce el efecto de 40 fármacos Si es de los que toma Hierba de San Juan (hipérico) para venirse un poco arriba, debe saber que reduce el efecto de casi cuarenta categorías de fármacos: inmunosupresores, antivirales, anticoagulantes, antiarrítmicos, anticancerosos, anticonceptivos orales...

  • Osteoporosis y estómago lleno Recuerdan en el área de Salud de la OCU que si va a empezar un tratamiento para la osteoporosis con bifosfonatos debe hacerlo en ayunas: una hora antes o dos después de las comidas. «Su ingesta simultánea con alimentos disminuye su absorción en un 90%», coinciden los expertos.

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