«Me he vacunado de la gripe ¿cuánto debo esperar para donar sangre?»

Los responsables de los centros de transfusión reconocen que la pandemia les ha «destrozado», aunque confían en la generosidad de los ciudadanos para recuperar «poco a poco» los niveles anteriores a la crisis sanitaria. «Esperamos que se trate de una situación transitoria porque algunos hospitales han tenido verdaderos problemas de suministro», admite Cristina Arbona, vocal de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH). ¿Quiere colaborar? Estos son los pasos que debe seguir para donar sangre.

Antes de acudir a un punto de donación, ya sea un hospital o una unidad móvil, debe asegurarse de que cumple los requisitos básicos para poder hacerlo: pesar más de 50 kilos, gozar de buena salud y tener entre 18 y 65 años. «Estamos intentando que el rango de edad se amplíe hasta los 70 años porque es un pena que perdamos donantes por este motivo. A partir de los 65, solo se puede donar si un médico lo autoriza», precisan en la Federación Española de Donantes de Sangre (FedSang).

Una vez en el punto de donación, al que se debe acudir con un documento identificativo válido (DNI, pasaporte, carné de conducir...), el donante debe cubrir un impreso y pasar un pequeño reconocimiento médico (tensión, nivel de hierro...) en el que un médico le hace una serie de preguntas para descartar problemas de salud que le puedan impedir donar. «Y recuerde que no es necesario acudir en ayunas. Al contrario, aunque tampoco es recomendable donar después de una comida copiosa».

Si el médico autoriza la donación, pasará a una sala donde, además de los 450 centímetros cúbicos de sangre que se donan, se extraen otros tres tubos para analizar. En total, casi medio litro de sangre.

«Al de unos días, el banco de sangre de su zona le comunicará vía mensaje o email que la donación es válida y esa bolsa entrará en el circuito. En caso contario, el donante recibirá una carta certificada en la que se le explica el motivo del rechazo de su sangre y los pasos que debe seguir en el caso de que necesite asistencia médica», precisan en la FedSang.

El intervalo mínimo que debe pasar entre donaciones es de dos meses, tanto para hombres como para mujeres. Ahora bien, ellos pueden donar un máximo de cuatro veces en el periodo de un año, mientras que ellas solo lo pueden hacer tres en ese mismo tiempo, advierten los expertos.

«Cuando la sangre llega al centro de transfusión se transforma en tres productos diferentes: glóbulos rojos, plaquetas y plasma, cada uno de ellos con una función concreta. Hoy en día en los hospitales no suele haber sangre entera», señala la doctora Cristina Arbona, directora del Centro de Transfusión de la Comunidad Valenciana.

Los hematíes, por ejemplo, se suelen transfundir a los pacientes que tienen una hemorragia aguda o anemia crónica, mientras que las plaquetas, que son las células encargadas de iniciar la coagulación, se ponen en casos de hemorragia masiva y en pacientes oncológicos con tratamientos de quimioterapia que las destruyen. «El plasma, sin embargo, se suele usar para regular y controlar enfermedades autoinmunes», aclara la vocal de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia.

Antes de responder a esta pregunta, la doctora Arbona insiste en que no hay un grupo sanguíneo mejor o más importante que otro. «Lo suyo es que te transfundan tu mismo grupo sanguíneo. Lo que ocurre es que, en caso de urgencia o neveras vacías, se recurre a grupos que valen para todo el mundo».

¿Qué ocurre si, por error, nos ponen una sangre que no es compatible con la nuestra? «Que se puede producir una hemólisis masiva, con una mortalidad del 20%, además de otras complicaciones que también son importantes. Todas las personas tenemos un grupo sanguíneo concreto y, como compensación, nuestro cuerpo también crea unos anticuerpos que van en contra de la parte que no tenemos. Es decir, si yo soy A, por definición voy a crear antiB, y al contrario; si soy AB no voy a crear ninguno porque tengo los dos; y si soy del grupo 0 tengo los dos anticuerpos (antiA y AntiB). Si a un paciente del grupo A le pongo sangre del grupo 0 no va a pasar nada. Sin embargo, si el receptor es del grupo 0 (con anticuerpos antiA y antiB) y recibe, por error, sangre del grupo A, mis anticuerpos antiA van a reaccionar con los antígenos A que están en la sangre que me acaban de transfundir y no solo voy a destruir los glóblulos rojos de la sangre que me están poniendo sino que acabo también con los propios», explica Arbona.