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Para muchas personas, dejar de conducir es un punto de inflexión en su vida: el momento –doloroso e inevitable– en que te das cuenta de que tu deterioro físico y mental es tal que debes renunciar a esa parcela de autonomía y libertad que da ... el coche. «El carné tiene un alto valor simbólico, sobre todo en los hombres, que suelen instalarse en la idea de que si no conducen no sirven ya para nada... en las mujeres no pasa tanto», indica Bonifacio Martín, secretario de la Asociación Española de Centros Médico-Psicotécnicos (ASECEMP), quien apunta que la edad media a la que una persona deja de conducir en España se sitúa, de media, en torno a los 75 años. La mayoría lo hace a regañadientes y con toda la pena de su corazón, pero suelen desistir de seguir al volante por sí mismos, aunque a otros les 'tiran' a la hora de intentar renovar el permiso.
Según los datos sobre 'no aptos' de los centros de Reconocimiento de Consultores (CRCS), entre los conductores menores de 20 años las pruebas médicas y psicotécnicas para poder conducir solo son 'suspendidas' por un 0,1%.Sin embargo, a partir de los 56 comienza una escalada de 'no aptos' con tasas que rondan el 1,5% y en los tramos de conductores de mayor edad (de 76 a 92 años) casi llega al 3%. No es una cifra muy abultada, pero hay que tener en cuenta que todos los que se presentan a este tipo de reconocimientos creen que los van a superar; si no, no van.
Alberto Legorburu, facultativo de la Unidad de Reconocimientos Médicos del IMQ, ha visto ya de todo: «Cuando vienen te suelen decir que están de maravilla, pero luego resulta que están polimedicados. Y como no tenemos acceso a sus historiales médicos por el tema de la protección de datos, tenemos que 'fiarnos'. Aunque siempre caen, por que se les escapa que toman medicación para esto o para lo otro... Más que mentir, minimizan cosas».
De todos modos, recalca, el reconocimiento médico y las pruebas, digan lo que digan, hay que pasarlas. «Y es muy importante también hablar con sus familiares.Muchos nos dicen, por detrás, que no les dejemos seguir conduciendo porque tienen miedo, que les convenzamos de dejar el coche», relata Legorburu. Tal y como explica, en ocasiones simplemente se les limita a ir a cierta velocidad (solo a 60 kilómetros por hora, por ejemplo) o solo se les deja en un radio de unos pocos kilómetros de su domicilio (si superan esos límites, hay consecuencias). «Es, sobre todo, en zonas rurales, donde necesitan el coche para las compras básicas», añade.
En España hay un millón de conductores entre 65 y 69 años, 700.000 aproximadamente de 70 hasta 75 años y unos 500.000 que siguen circulando con más de 76, según datos de Cleverea, empresa de seguros 'online' para automóviles y motos. En estas franjas de edad, los problemas visuales, los psicológicos y los efectos de algunas medicaciones son los principales obstáculos para seguir conduciendo. No obstante, antes de que sea evidente que no podemos conducir, hay señales que nos indican que quizá debamos pensar en dejar la carretera. Los expertos de Cleverea, tirando de su experiencia en siniestros e incidentes, las han recogido en un listado.
1
Quizá es que empiezas a hacer cosas incorrectas que para ti pasan desapercibidas.
2
Puede ser síntoma del comienzo de un deterioro cognitivo aún no diagnosticado. Y un buen navegador no siempre es la solución: «Con los años resulta más difícil mirar a la vez la pantalla y la carretera», dicen los expertos de la aseguradora.
3
«No necesariamente golpes importantes, pero sí pequeños incidentes o has estado a punto con mucha frecuencia...».
4
Cuando se repiten estos sustos, aumentan los frenazos y las ocasiones en las que hay que disculparse en los pasos de cebra «es síntoma de falta de reflejos y pérdida de visión lateral», advierten en Cleverea.
5
Es una señal de que el esfuerzo de concentración empieza a cansarnos.
6
«... O al salir de ella en el momento oportuno, incorporarnos a la vía principal desde un carril de aceleración, tomar un desvío...», enumeran los expertos.
7
Si están tensos cuando van con nosotros en el coche o hacen como si frenaran ellos desde el asiento del copiloto, «tal vez no seamos ya tan buenos conductores como solíamos ser», apuntan.
8
Ninguna persona ve igual de noche que de día cuando va en el coche, pero si la visión nocturna empieza a ser un serio problema para conducir con seguridad, no hay que arriesgarse sin necesidad. Es otra de las advertencias de que hay que dejarlo.
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