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La Ciencia sabe por qué necesitas un abrazo ¡ya!

La Ciencia sabe por qué necesitas un abrazo ¡ya!

La ausencia de contacto físico desata el 'hambre de piel', un episodio neurológico que responde a que la biología nos ha programado para tocarnos

Martes, 26 de mayo 2020

«No sabéis la suerte que tenéis los que vivís esta pesadilla acompañados, a pesar de los roces, que imagino que surgirán. Hoy abrazaría a cualquiera». Cuando escribió esto, la escritora Elsa Veiga llevaba casi 12 semanas de confinamiento en casa. Y sola. Ni siquiera ... una mascota le ha hecho compañía en la dura travesía de aislamiento impuesta por la pandemia de Covid-19. Como ella, miles de personas que no convivían con nadie cuando el estado de alarma estalló, –4,7 millones en España, según el INE– han experimentado con intensidad la urgencia de abrazar, de estrechar una mano, de acariciar, de tocar a alguien. ¿Le resulta algo banal? No lo es. La ausencia de tacto es un factor de estrés añadido a las personas aisladas en solitario con respecto al resto. Bautizado como 'hambre de piel', se trata de un episodio neurológico que revela por qué necesitamos el contacto y cómo su ausencia nos deteriora.

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