El botiquín de casa se parece cada vez más al de una consulta médica. Ya no llama la atención que el lado de las cajas de medicamentos (ibuprofeno, paracetamol, antihistamínicos...) y de los productos básicos de primeros auxilios (tiritas, vendas, antisépticos y ungüentos varios...) también ... dispongamos de un termómetro de infrarrojos, un tensiómetro de muñeca para controlar nuestra presión arterial o incluso un pulsioxímetro para medir la saturación de oxígeno del niño cuando dudamos de la gravedad del ataque de asma.
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«Lo más importantes es que los aparatos que compremos vayan acompañados de un paquete de información –matrícula– en el que se incluya, además del marcado CE, el número correspondiente al organismo que lo ha certificado. Por ejemplo, CE 0123. En el caso de España, antes de comercializar un producto sanitario de este tipo se debe notificar a la Agencia Española de Medicamento», explica Teodomiro Hidalgo, vocal nacional de oficina de Farmacia del Consejo General de Farmacéuticos de España y titular de un despacho en la localidad coruñesa de Pontedeume.
Galio desde 3,5 euros
Digital desde 4 euros
Infrarrojos desde 45 euros
El termómetro es el aparato sanitario doméstico por excelencia. Es el que todos tenemos o deberíamos tener en casa, sobre todo cuando hay niños. Con los de mercurio fuera de la circulación, los más vendidos son los digitales en todas sus versiones; punta blanda, rígida, de lectura rápida... Aunque con la expansión del coronavirus, las farmacias españolas han notado un «importante incremento» de las ventas de los termómetros de infrarrojos en las últimas semanas. «Su lectura es muy fiable y además se evita el contacto directo con el paciente, que en este caso es fundamental. El único problema que tienen es que si se hacen mediciones muy repetidas se puede recalentar», explica Hidalgo. La zona de la frente y el oído son dos buenas zonas para medir la temperatura corporal con termómetros de infrarrojos. En el caso de los digitales, la axila y en los niños también la ingle y la boca. Los nostálgicos del mercurio tienen como opción los termómetros líquidos de galio.
Precio A partir de 15 euros
Este aparatito de nombre tan complejo es un «buen aliado» para las personas con asma (también niños) y otras enfermedades pulmonares como EPOC o para quienes sufren neumonías frecuentes. El pulsioxímetro sirve para medir con precisión la saturación de oxígeno que tenemos en la sangre y su uso se ha extendido en el ámbito doméstico al tratarse de un dispositivo asequible y de muy fácil manejo. El aparato, que tiene forma de pinza, se coloca en uno de los dedos de la mano del paciente y en apenas unos segundos la pantalla refleja no solo la saturación sino también las pulsaciones y la frecuencia cardiaca. En una persona sana, el nivel de oxígeno en sangre debe ser superior al 95%, «por debajo de esa cifra, lo mejor es acudir al médico», recomienda el farmacéutico.
Analógico desde 16 euros
De brazo desde 30 euros
De muñeca desde 18 euros
Los tensiómetros son muy útiles para el autocontrol de personas con problemas de presión arterial, cada vez mayor. En el mercado existen tres modelos: el analógico manual, el digital de brazo y el digital de muñeca. «Los tres miden la tensión correctamente, así que dependerá de las preferencias personales de cada uno elegir un modelo u otro», explica Hidalgo. Lo que sí recomiendan todos los profesionales es hacer «una doble lectura» para que la medición sea lo más ajustada a la realidad. «La banda de referencia es 12 de alta y 8 de baja, siempre teniendo en cuenta que es una cifra orientativa. No obstante, si la alta supera el 17 y la baja el 9,5/10 conviene acudir al médico», precisa.
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Inteligente desde 21 euros
Digital desde 10 euros
«Lo más importante es pesarse siempre en la misma báscula y en las mismas condiciones (a primera hora, sin ropa y en ayunas, por ejemplo) En el peso la precisión es más importante que la exactitud», resume Teodomiro Hidalgo, titular de una farmacia en la localidad coruñesa de Pontedeume. La venta de básculas inteligentes que miden desde el peso, al porcentaje de grasa o el agua corporal a través de una app se ha disparado.
Aparato desde 20 euros
El glucómetro es un dispositivo electrónico empleado para medir los niveles de azúcar en la sangre al momento. Este aparato, que funciona de manera similar a un alcoholímetro, es básico para las personas que padecen diabetes porque les permite llevar el control de sus niveles de glucosa. Su funcionamiento es simple, pero hay que saber interpretar correctamente los datos. La mayoría de los aparatos contienen una lanceta (para conseguir la muestra de sangre) y tiras reactivas.
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Las farmacias españolas están teniendo problemas de abastecimiento con todos los productos sanitarios relacionados con la expansión del coronavirus. Primero fueron las mascarillas –su venta experimentó un incremento del 327% respecto al mismo mes del año pasado– y después los geles hidroalcohólicos, cuya demanda se ha duplicado, según recoge el informe 'Evolución y tendencias del mercado farmacéutico' elaborado por la consultora Iqvia.
En cualquier caso, los farmacéuticos piden tranquilidad y recuerdan que el «alcohol de 70 es mucho mejor antiséptico que el de 96. Un antiséptico elimina los gérmenes en tejidos vivos, mientras que un desinfectante lo hace en objetos», precisa el farmacéutico Teodomiro Hidalgo.
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