Secciones
Servicios
Destacamos
Solange Vázquez
Lunes, 20 de febrero 2023, 10:13
La noticia de que tenemos un tumor siempre es un torpedo a nuestra línea de flotación. Nos vemos metidos, de repente, en una nube de incredulidad, sobre todo, si se trata de un cáncer de esos sujetos a tópicos y a perfiles muy concretos, de ... esos que no 'deberían' tocarnos... pero nos tocan. El de pulmón –cada vez más frecuente– es uno de ellos: «La enfermedad afecta cada vez a más mujeres, más a personas no fumadoras y pacientes más jóvenes», alerta la doctora Margarita Majem, vicepresidenta de la Asociación para la Investigación del Cáncer de Pulmón en Mujeres (ICAPEM).
El problema de este cambio de perfil –esta patología está siendo contenida entre los hombres, pero en las mujeres no deja de aumentar desde hace años– es que los casos, al ser 'imprevistos', son descubiertos más tarde de lo que se debiera. Y, como ocurre en todo cáncer, el tiempo es oro a la hora de abordar la enfermedad, que además, en este caso, es especialmente letal. «Es importante alertar sobre esto para evitar que los diagnósticos se den demasiado tarde», recalcan los responsables de ICAPEM.
¿Por qué esta diversificación en el perfil del paciente con cáncer de pulmón (que hasta hace poco era casi exclusivamente el de un hombre, maduro y fumador)? Pues ocurre que las autoridades sanitarias se han centrado en la prevención del tabaquismo y el control de los fumadores por el enorme riesgo que tienen de sufrir cáncer de pulmón, lo que ha hecho que «se hayan estudiado todavía poco las causas de este tumor, aunque parece que el principal riesgo (tras el tabaco) es el gas radón, la polución del aire, el asbesto o incluso causas genéticas que están en fase de investigación». Además, si una persona fuma y sufre un cáncer de pulmón, el resto de causas queda fuera de la bolsa de posibilidades y, claro, no se profundiza en ellas.
El hecho de que no se haya ahondado en estos aspectos ajenos al tabaco está provocando muchas sorpresas desagradables.Si una mujer no fumadora o un joven empieza a presentar los primeros síntomas de la enfermedad, lo más posible es que los deje pasar y no acuda al médico. Y que si lo hace, el facultativo no se alarme ni encargue pruebas hasta que la cosa se pone seria... Y, en muchas ocasiones, es demasiado tarde.
Lo cierto es que la detección precoz fuera de las personas que no fuman es complicada, porque los primeros indicios de esta enfermedad se pueden confundir con un proceso infeccioso que no acaba de curar, por ejemplo. Bajada de peso acusada sin causa aparente, tos persistente (a veces con restos de sangre), sensación de fatiga constante, dolor en el pecho, sibilancias (ruidos al respirar)... Por ello, desde ICAPEM piden que la labor preventiva, que se sigue centrando en el tabaquismo, se amplíe.
Los números, desgraciadamente, les dan la razón: el cáncer de pulmón es ahora mismo la tercera neoplasia (tumor) más frecuente entre las mujeres españolas, con un aumento de la incidencia del 4% anual y casi el mismo de la mortalidad. De hecho, ya es la tercera causa de muerte por cáncer entre las mujeres en nuestro país (supone sobre el 12% del total de fallecimientos por tumores). Se estima que el año pasado hubo entre 8.500 y 9.000 diagnósticos entre el género femenino.
El hecho de que estén incrementándose los casos en personas jóvenes –aunque sigue prevalenciendo entre la población madura– y mujeres ha dado lugar a una realidad preocupante: «Es algo residual pero cada vez más frecuente, la de mujeres que deben afrontar un cáncer de pulmón estando embarazadas, con las consiguientes limitaciones en el tratamiento debido a su estado», explican desde ICAPEM.
El radón es la segunda causa de cáncer de pulmón después del tabaco, incluso en personas que nunca han fumado un cigarro. Y en fumadores incrementa el riesgo exponencialmente. «La OMS estima que entre el 3% y el 14% de las muertes por cáncer de pulmón están relacionadas con el radón», alertan desde Vivessinradon.org, plan impulsado por el Instituto para la Salud Geoambiental. «Se desconoce el umbral por debajo del cual la exposición al radón no suponga un riesgo», indica José Miguel Rodríguez, responsable del programa. ¿Dónde está el radón? Es un gas cancerígeno que se produce de forma natural en el subsuelo, sobre todo en áreas graníticas –Galicia, Extremadura, zonas de Madrid y Castilla-León–, donde se filtra a la atmósfera a través de grietas en el terreno. Suele diluirse en el aire, pero si se mete en los inmuebles por la porosidad de los materiales o por grietas en sótanos y cimientos puede concentrarse y ser un peligro para las personas que viven o trabajan allí. De ahí la necesidad de realizar mediciones. Eso están pidiendo desde esta plataforma, que también reivindica que se aceleren las medidas legales para proteger a la población.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.