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Así se identifica: es uno de los más habituales, sobre todo si tenemos un trabajo que conlleva un esfuerzo físico importante. «Además de sentirte agotado y sin energía es frecuente que vaya acompañado de dolores óseos y musculares».
Así se combate: Recuperarse de ... la fatiga muscular es esencial para rendir al día siguiente. Empieza estirando los músculos. «Darse un baño o una ducha alternando el agua fría y la caliente favorecerá una mayor recuperación, además de alimentarnos correctamente y dormir las horas suficientes».
Así se identifica: es similar el físico, pero va un poco más allá. Al cansancio de músculos y articulaciones, se le suman más órganos y sistemas de nuestro organismo.
Así se combate: la principal forma de recuperarse es mediamte un sueño reparador, «ya que durante las fases más profundas del descanso el cuerpo desconecta de todas las funciones no esenciales para ahorrar energía y poder emplearla en repararse a sí mismo».
Así se identifica: suele aparecer después de un periodo de esfuerzo intelectual: época de exámenes, trabajos que exigen mucha concentración... «Los síntomas habituales son falta de atención, incapacidad para pensar con claridad o problemas para conciliar el sueño, dolor de cabeza, problemas digestivos e intestinales...».
Así se combate: busca actividades que te ayuden a despejar la mente: Es decir, tareas más físicas que mentales como por ejemplo, pintar, hacer manualidades, caminar a paso ligero o montar en bici.
Así se identifica: a veces pasar muchas horas rodeados de gente, aunque sean familiares y amigos, nos fatiga y nos quita la energía. «Esto no significa que debamos aislarnos, lo que tenemos que hacer es encontrar el punto intermedio para no llegar a agotarnos.
Así se combate: buscar temporalmente la soledad puede ser una buena solución, «pero una soledad positiva: encontrar unas horas al día para uno mismo nos ayudará a resetear». También quedar con personas de nuestro círculo más íntimo para estar más relajados.
Así se identifica: Es esa sensación de sentirse quemado (burn out). «Se trata de un problema que afecta a personas de todos los ámbitos y edades. La falta de energía suele ir acompañada de otros síntomas como irritabilidad, ansiedad, falta de interés y motivación, problemas de sueño, tensión, pero también físicos como náuseas, somnolencia o dolor de cabeza.
Así se combate: «No necesitas sacrificar tu salud mental en la búsqueda del éxito. No descuides tus aficiones ni tus relaciones personales. Practica el autocuidado».
Así se identifica: la rutina es tan necesaria como agotadora. «Podemos pensar que este cansancio es similar al laboral, pero se diferencia en que, en este caso, nuestro trabajo nos gusta y nos sentimos reconocidos. Y, a pesar de ello, nos agota tener que hacer todos los días las mismas tareas».
Así se combate: «Para romper con la rutina tenemos que dejar de echar la culpa a todo el mundo, dejar de lamentarnos y pasar a la acción. Empieza poco a poco: vuelve a casa del trabajo por calles diferentes, queda más con los amigos...»
Así se identifica: este cansancio se caracteriza por «una apatía generalizada ante la vida. Uno se siente desconectado de uno mismo, de su entorno y de los demás, llegando a sentirse extraño. El origen suele estar en una situación de tensión emocional mantenida en el tiempo y nuestro cerebro actúa así para protegerse».
Así se combate: «Baja la intensidad, descansa de esa sobrepreocupación para poder soltar lastre. Si se repite en el tiempo y no logramos solucionarlo, deberíamos identificar la causa para aprender a manejarla».
Así se identifica: es uno de lo más difíciles de identificar. «Podría definirse como una falta de vitalidad continua que dura desde la mañana a la noche. Se trata de una apatía que aparece muchas veces cuando nos alejamos de nuestro sistema de creencias y valores. Dejamos de ser nosotros mismos»
Así se combate: «Para buscar nuestra esencia, suele funcionar alejarnos un poco de nuestro entorno. Pasea por el monte o la playa y retoma hábitos y aficiones que realmente te hacen feliz y que habías abandonado».
Así se identifica: algunas enfermedades pueden hacer que te sientas sin energía, con un cansancio que no mejora aunque descanses. «Estás agotado y el origen puede ser un problema de salud crónico como la diabetes, una insuficiencia renal. una enfermedad autoinmune, artritis reumatoide o incluso una patología mental»
Así se combate: «acude a médico y sigue el tratamiento que te prescriba para tratar la enfermedad. Siempre que la patología te lo permita, realiza una actividad física ligera».
Así se identifica: no es muy común y eso dificulta su diagnóstico. «Es un tipo de cansancio que entra por los sentidos. De hecho, lo suele desencadenar un exceso de estímulos visuales (intensidad lumínica), olfativos (olores muy fuertes) o auditivos (ruidos, pitidos...) continuado.
Así se combate: en este caso, los que necesitan descansar son nuestros sentidos, «así que un buen comienzo es aislarnos en un lugar con poca luz o iluminación cálida, una música suave que sea de nuestro agrado o directamente en silencio».
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