Secciones
Servicios
Destacamos
Solange Vázquez
Sábado, 3 de junio 2023
Cosas a las que los famosos nos tiene acostumbrados y cosas a las que no. En la primera categoría: fotos en la alfombra roja con el brilli-brilli del triunfo por todas partes, imágenes 'privadas' de algún momento familiar importante –¿en serio que cuando nace ... un hijo pueden posar sin ojeras y bien peinados?–, instantáneas en lugares paradisíacos, frases de lucha y sabiduría, lemas del buenrollismo. Ahora viene la categoría complicada, la segunda, la de realidades que no suelen poner a disposición del gran público: vulnerabilidad, su cara con espinillas, estampas suyas de esos días que pasan en pijama hechos unos zorros, altibajos de ánimo... La 'cara fea' de la vida, vamos. A esto los personajes públicos no nos tienen acostumbrados, no. Generalmente se quedan cómodamente instalados en la primera categoría, que raya en lo fantástico.
Por eso llaman la atención casos como el de Alejandro Sanz, que el pasado fin de semana lanzó en Twitter un mensaje que ha levantado un gran revuelo. «No estoy bien –escribía el madrileño el sábado 27–. No sé si esto sirve de algo pero quiero decirlo. Estoy triste y cansado. Por si alguien más cree que hay que ser siempre una brisa de mar o un fuego artificial en una noche de verano. Estoy trabajando para que se me pase… llegaré a los escenarios y algo dentro me dirá qué hacer. Pero a veces no quiero ni estar. Literalmente. Sólo por ser sincero. Por no entrar al ruido inútil. Sé que hay gente que se siente así. Si te sirve, yo me siento igual».
Ya nos podemos imaginar todos las reacciones sobre el «preocupante» estado de salud (mental) del artista, como se ha escrito en algunos medios. Como si le ocurriese algo raro. Lo extraño, desengañémonos, no es que se sienta muy decaído -quizás en buena parte por su separación de Rachel Valdés, conocida ayer- y con esas ganas de «no estar» que a todos nos asaltan alguna vez; es que lo haya hecho público. Y, además, le ha puesto hasta nombre a esa tristeza: depresión secundaria. Estos días, todos a Google a buscar qué es, ¿será una variante inusual de la depresión de toda la vida? Si la tiene un famoso igual es algo extraordinario...
«No, no lo es –aclara Manuel Martín Carrasco, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental–. De hecho, las depresiones secundarias son muy habituales». ¿En qué se diferencia de la depresión que todos conocemos? «En Psiquiatría y en la medicina en general, hay procesos primarios, que se inician sin depender de ninguna variable, y secundarios, que se desencadenan a raíz de otros factores. Por eso llamamos 'secundaria' a una depresión que se origina como 'daño colateral', que es consecuencia de algo. Por ejemplo, es frecuente en personas a las que se les ha diagnosticado un cáncer, que atraviesan un duelo o que sufren un cuadro de estrés...». Este último caso parece ser el que afecta a Alejandro Sanz, que ya ha tenido que salir a la palestra agradeciendo «el calorcito» y tranquilizando a todos: «El sol ya viene de camino».
Según afirma Martín Carrasco, las depresiones secundarias son «más frecuentes» que las otras y también, generalmente, más leves, porque al haber una causa externa que las provoca «suele mejorar cuando esa situación cambia o mejora». De hecho, muchas veces, asegura, ni siquiera se precisa la atención de un psiquiatra –«a veces basta con psicoterapia o con ayuda farmacológica dispensada por el médico de cabecera», añade–, aunque en algunos casos sí pueden llegar a ser muy serias. «Lo de 'secundaria' se refiere a su origen, no a su gravedad, aunque normalmente son más leves», recalca. Es decir, una vez que se desencadena ya es una depresión con todas las de la ley, no una versión menor de este trastorno.
Y todos estamos en el bombo para que nos toque (¿quién puede tener la garantía de no sucumbir a algún vaivén de la vida?), sobre todo porque una de las causas externas que están detrás de muchas depresiones secundarias es el estrés, un mal universal. El psiquiatra nos explica cómo se llega de una cosa a otra: «El estrés produce en nosotros una 'curva de respuesta': el organismo, ante las exigencias que se le presentan termina fatigándose y la 'curva de rendimiento' de la persona va mal». Es decir, pisamos el acelerador a tope porque estamos agobiados, nos agotamos y luego no podemos con la vida. Nos suena, ¿verdad? Para mejorar, claro, hay que trabajar la causa del estrés. ¿Y así ya desaparece la depresión? No, la depresión debe ser tratada paralelamente al estrés: es consecuencia de otra cosa, pero ya tiene entidad propia.
¿Más desencadenantes habituales? «Pueden aparecer como consecuencia de una enfermedad o trastorno mental preexistente. También como efecto de algunos fármacos o sustancias, pero, por lo general, es consecuencia de una dolencia orgánica o psicológica previa –indica la psicóloga y escritora Valeria Sabater–. Son situaciones muy complejas, porque la persona se ve de pronto lidiando con varios problemas a la vez, y puede derivar en estados de gran fragilidad y vulnerabilidad».
Rosa Molina, psiquiatra del sistema sanitario madrileño, señala algunas de las causas habituales -además del estrés, difícil a veces de detectar- que hacen sospechar que el paciente puede estar sufriendo una depresión secundaria. «Decimos que 'huele' a depresión secundaria cuando viene una persona, generalmente de 40 a 50 años, que no tiene antecedentes de problemas con su salud mental y, de repente, muestra síntomas depresivos. También nos hace sospechar si sus problemas psiquiátricos aparecen al empezar a tomar una medicación o cuando le acaban de diagnosticar una dolencia orgánica».
Enfermedades
Hipotiroidismo, tumores, demencias, Parkinson... «Pero, en general, cualquier cuadro médico puede desencadenar una depresión secundaria».
Fármacos
«Algunos para tratar la hipertensión suelen estar detrás de algunas depresiones secundarias. También algo tan frecuente como los corticoides», aclara Molina. Ojo, no quiere decir que la causen siempre.
Drogas
El consumo de drogas también es otro de los detonantes. «Sobre todo lo hemos notado con el cannabis», indica la experta.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Carnero a Puente: «Antes atascaba Valladolid y ahora retrasa trenes y pierde vuelos»
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.