La vista, el tacto, el oído... ¿qué sentido predomina en ti? Así puedes saberlo

Evidentemente –salvo que tengamos algún problema–, los usamos todos, pero siempre tendremos alguno mucho más desarrollado que lleva la voz cantante. Según cuál sea, nos podremos definir como visuales, kinestésicos o auditivos-digitales. ¿Cuál es preferible? «Ninguno es mejor que otro. Lo que sí es útil es saber identificar cuál es el nuestro para desarrollar el resto de facetas, ya que, cuando una predomina mucho, el resto suelen quedarse algo atrofiadas», explica Enrique Jurado, CEO de D'Arte Human Business School e impulsor del Coaching Pro Live 2024, que reunirá online a medio millar de expertos del 3 al 9 de junio. «Cada uno de nosotros tiene un enfoque único y distintivo. Algunos dependen de lo que ven, otros de lo que sienten, algunos más de lo que escuchan, y están aquellos que se aferran a lo que analizan de manera lógica y secuencial... ¡Sí, estamos hablando de los estilos cognitivos!», añade la psicóloga María Padilla, de Capital Psicólogos. Si te estás preguntado qué tipo de persona eres en este aspecto, a continuación ambos expertos te ofrecen unas claves para que lo averigües.

«Estas personas son como directores de cine en sus propias vidas: siempre capturando detalles y escenas en sus mentes como si estuvieran filmando una película», explica Padilla. Según indica, si eres visual, es probable que tengas un alto nivel de energía, que estés siempre en movimiento y observes todo a tu alrededor. «Para recordar información, es más probable que recurras a imágenes mentales vívidas que a palabras o sensaciones –describe–. ¿Un ejemplo? Imagina que estás planeando unas vacaciones y visualizas cada destino, cada actividad y cada momento como si estuvieras viendo un tráiler de película en tu mente». Según Jurado, es el tipo más frecuente y también el mas valorado socialmente, porque en su faceta 'sana' son gente que «quiere salvar el mundo y ayudar», pero en la vertiente más tóxica se relaciona con personas que «arrasan con todo con tal de cumplir con sus ambiciones». Aunque es 'unisex', se identifica mucho este modelo con la idea del macho alfa y es cierto que es más frecuente en hombres.

Son personas a las que les encanta el sonido de sus propias voces (y las de los demás), muy amantes de las palabras y unos maestros del diálogo. «Si eres auditivo, es probable que seas un excelente comunicador y disfrutes de largas conversaciones recordando detalles específicos de lo que has escuchado», apunta la psicóloga. Si perteneces a este grupo y escuchas una canción, no solo disfrutas de la melodía, sino que también te quedas con cada letra y cada nota. ¿Más ejemplos que identifican a un auditivo? Sí, son ese tipo de personas que, después de mantener una discusión o ser testigos de una, son capaces de repetir exactamente lo que se dijo.

Viven en un mundo de sensaciones y experiencias táctiles. Si eres kinestésico, es probable que seas alguien que se siente más cómodo experimentando las cosas físicamente, ya sea a través del tacto o del movimiento. «Por ejemplo, cuando aprendes algo nuevo, es posible que necesites practicarlo físicamente para comprenderlo completamente. ¿Recuerdas cómo aprendiste a andar en bicicleta? Probablemente fue un proceso práctico y lleno de sensaciones», dice la experta. Por su parte, Enrique Jurado destaca que son personas que buscan la paz y la conexión con otras. ¿Sus pegas? «En estado puro, no les pueden poner a liderar y suelen ser descuidados con la ropa, por ejemplo. Y en su variante tóxica pueden ser muy 'victimitas' y estar todo el día 'yo, yo, yo'».

Los digitales tienen mentes analíticas y lógicas. «Son como ordenadores en constante procesamiento de información», sentencia la psicóloga. Si eres digital, es probable que te sientas más cómodo con la lógica y el razonamiento que con las emociones o las sensaciones físicas. Para ti, comprender un problema significa desglosarlo en pasos lógicos y seguir un proceso sistemático. «Por ejemplo, cuando te enfrentas a un desafío, es posible que te sientas más inclinado a buscar soluciones basadas en datos y hechos que en intuiciones o sentimientos». «Llevado al extremo, pueden resultar personas muy robóticas..., pero, en versiones no tan acusadas, resultan necesarias para la sociedad», añade Enrique Jurado.