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El verano, cuando el conflicto estalla. En verano se producen muchas crisis amorosas. Por eso, los terapeutas de pareja tienen mucho trabajo en torno a octubre y noviembre, cuando los afectados se dan cuenta de sus diferencias y de la necesidad de ayuda para solucionarlas. « ... El hecho de pasar más tiempo juntos en verano hace aflorar problemas y que surjan conflictos nuevos», explica la psicóloga Mónica Dosil.
Pero hay un aspecto más destacable, según su colega de profesión Valeria Sabater: «Algunas personas pasan sus vacaciones estivales intentando 'arreglar' esos problemas que llevan arrastrando desde hace tiempo en su relación. Lo hacen diciéndose aquello de 'pasaremos tiempo juntos y seguro que vuelve la chispa, haremos ese crucero o iremos a esa playa y seguro que solucionamos nuestras diferencias'. Sin embargo, ningún viaje al Caribe soluciona nada en una pareja cuando hay decepciones y resentimientos profundos que se arrastran durante todo el año. El verano es ese momento en el que uno toma plena conciencia de la crisis que arrastra su relación». Y el otoño... el momento de gestionar esa realidad.
Puntos que se trabajan en terapia
Pocas (casi inexistentes) relaciones sexuales: El pan nuestro de cada día en las consultas. Si fuera de la cama uno u otro son autoritarios, intransigentes, si están enfadados... sentir atracción es difícil. Esta situación genera culpa.
El 'ya nada es como antes': Claro, nadie es como antes. Todos cambiamos y la confianza vicia la relación. Esperamos que todo pase 'solo' en lugar de diseñar momentos para la ternura
Cada cual, a lo suyo: La pareja tiene que negociar. Lo primero, exponer el problema sin recriminar y luego proponer soluciones.
¿Consejos?: Ante todo, no debemos dar un consejo a la pareja si no nos lo pide. Y que no sea porque sacas un beneficio para ti, porque eso te hace perder la fiabilidad.«Todo lo saca de quicio y hay bronca»
Broncas constantes: Hay que bajar el volumen a todo lo que pasa en casa, porque se sobredimensiona. Si alguien saca todo de quicio, es porque lo está pasando mal. Hay que indagar ahí.
De hablar... más bien poco: Cuando ya ni quieres abordar temas con tu pareja es como si dijeses 'ya lo doy todo por perdido porque la culpa la tiene el otro'. Tratar al otro como a una mula y darle la razón no es la solución.
'Canas al aire', la madre de todos los conflictos: Uno de los clásicos en las terapias de pareja es la infidelidad. Es muy duro, porque se ha roto la confianza, pero se puede aprender a gestionarlo mejor y analizar qué ha llevado a ello.
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