El poder oculto de una sonrisa al teléfono: claves para una conversación exitosa

Es nuestra forma inconsciente de querer acercarnos a otra persona. Por ejemplo, cuando nos enamoramos, se produce un curioso fenómeno por el cual tendemos a imitar los movimientos de quien nos gusta (y hasta algunas de sus palabras). A esta tendencia se le conoce como 'efecto camaleón'. Es inconsciente, pero, si decidimos usarla como herramienta, podemos 'aprovecharnos' de ese poder de contagio. Y quizá el ejemplo más llamativo es el de la sonrisa telefónica. ¿En qué consiste? En sonreír mientras se habla por teléfono con alguien para 'relajarle' y crear un ambiente distendido en el que es mucho más fácil que nos digan que sí a lo que planteemos. Suena algo maquiavélico, sí.

«La sonrisa telefónica tiene un poder transformador en la calidad de nuestras interacciones –asegura la psicóloga María Padilla–. Cuando se utiliza adecuadamente, puede cambiar por completo la dinámica de una conversación. Aunque nuestro interlocutor no pueda vernos, esa sonrisa se refleja en nuestra voz y transmite una actitud positiva y empática que es fundamental para construir una relación de confianza».

Según explica la experta de Capital Psicólogos, esta técnica es especialmente relevante en el sector de atención al cliente, donde ganarse a quien está al otro lado del teléfono no es ya una opción, sino un objetivo laboral. De ahí que diversas marcas 'entrenen' a su personal en eso de la sonrisa telefónica, ya que los números –se nota en el negocio cuando se usa– y la ciencia les dan la razón. Y hay hasta herramientas para medir su efectividad.

¿Pero tanto se nota que nos sonríen si estamos hablando por teléfono? Un estudio realizado por la Universidad de Portsmouth, en el Reino Unido, demostró que las personas pueden discernir perfectamente si alguien está sonriendo durante una llamada solo por el tono de su voz. Es más, «los investigadores concluyeron que sonreír afecta a nuestra forma de hablar hasta el punto de que los oyentes pueden identificar el tipo de sonrisa basándose únicamente en el sonido», añade Padilla.

Esto subraya la importancia del lenguaje no verbal incluso en conversaciones donde no existe un componente visual. Por eso, una postura adecuada –lo contrario a estar tirado en una silla y con los pies encima de la mesa– también influye en nuestras comunicaciones telefónicas, bien sean profesionales o personales.

«La actitud que transmitimos a través de nuestra voz es a menudo más importante que las palabras que utilizamos –sostiene la psicóloga–. Si nuestro tono es distante o indiferente, el interlocutor lo notará y la conversación puede volverse tensa o poco productiva. Por el contrario, una voz que refleje calidez y disposición positiva, como resultado de una sonrisa, facilita una comunicación fluida y efectiva, lo que es esencial en contextos donde la conexión emocional es clave para el éxito, como en el telemarketing o la atención al cliente».

Cuando sonreímos frente a alguien, no solo activamos los músculos de alrededor de la boca, sino también los de los ojos, «lo que transmite una emoción agradable de manera directa y visible», describe Padilla. Pero la sonrisa telefónica se percibe únicamente a través del tono de voz... ¿Hace el mismo efecto que una sonrisa 'cara a cara'? La sonrisa telefónica, aunque solo se intuye, «puede ser igualmente poderosa para crear un ambiente de confianza y comprensión», afirma la psicóloga.

Tiene un valor enorme. Para empezar –y esto también lo sabemos los periodistas–, permite superar las barreras iniciales y vencer 'resistencias'. Asimismo, genera empatía, imprescindible para solucionar problemas.Y otro plus, esta vez para el 'sonreidor': si esbozas una sonrisa al hablar por teléfono, tus pulsaciones bajan, tu cuerpo se relaja y recibes parte del impacto positivo que generas.