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Esto viene a ser como un cursillo rápido de 'coaching' americano. Siete preguntas que un buen jefe debe lanzar a los trabajadores para mejorar el rendimiento y que se recogen en el manual 'The coaching habit', escrito por el empresario Michael Bungay Stanier y que ... va camino de convertirse en 'best seller'. César Piqueras, conferenciante y experto en liderazgo, revisa y reformula estas preguntas para adaptarlas al mercado laboral español. «Tenemos que aprender mucho de los americanos, sí, pero aquí no funcionan del todo sus métodos. Ellos son más directos. En España, una conversación entre jefe y empleado, más que empezar con un '¿qué estás pensando?' comenzaría con un '¿cómo te encuentras?', para ir luego concretando más: '¿qué estás haciendo bien?', '¿qué cambiarías?'...». En todo caso, está de acuerdo con la filosofía que predican los americanos, más enfocada al «dejar hacer» que al ordeno y mando de siempre. De hecho, Piqueras es autor de 'El jardinero en la empresa', un libro que va precisamente de eso, «de dejar de tirar de la tomatera y preocuparse más de una buena siembra que dé frutos».
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Asegura Michael Bungay Stanier que «es una forma infalible» de empezar una charla de trabajo. «En realidad dice 'hablemos de lo más importante, evitemos el parloteo'. Permite que el trabajador vaya al núcleo del asunto. Además, no le estás dando órdenes ni dirigiendo, le estás dando confianza y autonomía para tomar decisiones por sí mismo», explica el coach, y recuerda que esta misma pregunta «es la que Mark Zuckerberg decidió que apareciera en Facebook para llamarnos a publicar en nuestro muro».
César Piqueras: «Es una pregunta demasiado grande, habría que reformularla: '¿en qué estás enfocado esta semana?'».
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«Tiene propiedades mágicas. Sin esfuerzo, saca mucho de la nada: más información, más autoconsciencia...». No solo eso, nos frena a la hora de dar consejos, a los que somos muy propensos, dice. «Un estudio de 1984 que se ha convertido en una referencia descubrió que los médicos tardaban una media de 18 segundos en interrumpir a los pacientes. Y hay líderes y directivos con una media similar. Por eso, '¿y qué más?' mantiene a raya esas ansias de dar consejos», señala Bungay.
César Piqueras: «Es muy interesante porque a menudo nos quedamos en la superficie y esta cuestión invita a profundizar».
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«Insinúa que hay varios desafíos entre los que escoger, pero lleva al empleado a elegir el más relevante. Y el 'tú' la hace más personal», advierte el coach.
César Piqueras: «Aquí el problema es la palabra desafío. En inglés 'challenge' sí se usa mucho en el ámbito laboral, pero para nosotros sería mejor algo así como '¿cuál es el principal reto que te marcas para sacar adelante este proyecto?'».
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Nos encontramos ante «la pregunta base». «Es muy difícil de contestar porque muchas veces no sabemos lo que queremos de verdad. Pero, incluso si sabes lo que quieres, cuesta pedirlo».
César Piqueras: «Nos resulta demasiado ambigua, mucho mejor preguntar qué resultado es el deseable».
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Les sonará esta pregunta a los seguidores de la serie 'New Amsterdam', protagonizada por un director médico que revoluciona la gestión del hospital con su novedosa forma de mandar. «Esta pregunta tiene dos utilidades. En primer lugar, estás obligando al otro a pedirte algo directa y claramente y eso es muy útil. Por otro, impide que des por sentado que sabes cómo ayudar y que te prestes a hacerlo».
César Piqueras: «Es una pregunta muy buena porque muestra la predisposición del líder a ayudar a su colaborador. Claro que la respuesta depende mucho del perfil del empleado. Si es alguien comprometido responderá cosas honestas, pero si no lo es, tal vez lo que pida es que le quite trabajo».
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Esta es, dice Bungay Stanier, «la pregunta estratégica». «Es más compleja de lo que parece porque estás pidiendo a la gente que sea clara y comprometida con lo que sí está dando. Si luego preguntas, '¿qué implicaría comprometerse plenamente con esta idea?' ayudas a centrar más el asunto».
César Piqueras: «Es una expresión muy americana, pero aquí no la entendemos. Vendría a significar qué precio está dispuesto a pagar el trabajador para llevar a cabo el proyecto de la empresa. Si ese plan le exige más tiempo, tal vez tenga que renunciar a estar ese rato con la familia o dedicarlo al ocio. Si lo que supone es un cambio de puesto en la compañía, tal vez le exija tomar más distancia con sus compañeros... Depende del proyecto del que se trate».
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«Esta pregunta, llamada 'del aprendizaje', es como un superalimento», dice al autor en referencia a sus múltiples beneficios: «Da por sentado que la conversación que has mantenido con el empleado ha sido provechosa, le exige identificar lo más útil, lleva la conversación al terreno personal, te permite aprender cosas. Se trata de aprender y no de opinar y le recuerda a la gente lo útil que es».
César Piqueras: «Podríamos preguntar eso mismo... O quizá mejor '¿qué aprendizaje te llevas después de haber completado esta tarea?', por ejemplo».
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