

Secciones
Servicios
Destacamos
A estas alturas de la película ya sabemos que los príncipes azules –esos que parecen maravillosos y luego nos salen rana– son un peligro con ... patas. La vida misma nos ha ido dando ejemplos, pero también hay mucha literatura al respecto y un montón de información que al final nos ha calado, más o menos. Pero no por ello estamos ya seguras –o seguros, dependiendo de la orientación y condición sexual–, porque ha surgido un nuevo prototipo de la aristocracia del mal que es incluso más peligroso que el otro: se trata de los llamados príncipes violetas, una etiqueta sobre la que nos alerta Noemí Casquet, divulgadora sexual con miles de seguidores, conferenciante y autora de 'Pirómanas' (ed. Planeta). «A estos no les ves venir», advierte.
Según explica, a los misóginos que rezuman machismo y a los príncipes azules se les puede identificar a nada que prestemos algo de atención, «porque hemos puesto mucho el foco en ellos», pero quizá por eso hemos pasado por alto el nuevo perfil que ella denomina neomaltratador o príncipe violeta, «hombres que, a diferencia de los maltratadores tradicionales, utilizan una fachada de modernidad y en ocasiones hasta de feminismo para ejercer su control sobre ti». Proclaman grandes discursos que han copiado de alguien, hablan de nuevas masculinidades, de igualdad y de luchas sociales –veganismo, antirracismo y, sobre todo, feminismo– que refuerzan su imagen de tíos modernos, comprometidos y 'guays' para ganarse la confianza de sus víctimas y así manipularlas. ¿Quién se va a poner en guardia ante un tipo con esos ideales tan respetables? Y es ahí precisamente donde anida el riesgo: para cuando nos damos cuenta de que eso es solo una fachada para manipular, «ya suele ser tarde», tenemos un problema y ya se ha colado en nuestra vida.
¿Qué 'daño' nos va a hacer? Se trata de un maltrato sutil, refinado, indica Casquet. Al usar eslóganes y frases aprendidas por ahí, usará la retórica –suelen tener un piquito de oro– para empezar a acusarnos de falta de comprensión, de no darle suficiente espacio emocional y por no ser tan progre como él. ¿Objetivo? Hacernos sentir mal y que nos rebocemos en nuestra pequeñez. A continuación, lo habitual, indica Casquet, es que presenten un patrón de intermitencia «donde mezclan momentos de amor y afecto profundos con detalles y comentarios preciosos junto con otros de distanciamiento y de frialdad repentinos... y esto mina la autoestima y la seguridad».
El siguiente paso es hacerse la víctima y culpabilizarte de todo, porque no eres una persona como debes ser, comprometida y con las ideas claras, sobre todo con la libertad. «Por ejemplo, suele ocurrir que plantean relaciones no monógamas y, cuando eres tú quien liga, tienen muchísimos celos; sin embargo, él se pone las botas sin problemas y te ridiculiza o echa en cara que tengas inseguridades», detalla.
Para que aprendamos a reconocer este nuevo patrón, la experta nos indica seis señales a las que debemos atender.
1
En público es atento y encantador, pero en privado... se muestra frío y crítico. «Así la relación parece perfecta externamente», apunta Casquet.En caso de conflicto, la gente de nuestro entorno queda desconcertada y hasta puede dudar.
2
Quiere hacerlo pasar por amor intenso... pero en realidad siente unos celos tremendos (no lo admitirá porque es muy moderno y eso es muy carca). Algo muy característico: en las relaciones no monógamas, «usará el derecho a veto continuamente porque se siente amenazado todo el tiempo».
3
Como a veces sus defectos quedan al descubierto, lo que hace es decir que tú exageras y que no es para tanto. «Hasta usará el humor para trivializar situaciones y descalificar tus sentimientos», apunta la autora de 'Pirómanas'.
4
Todas sus acciones abusivas serán siempre por tu culpa, no lo dudes, o por factores externos.El caso es que no será cosa suya. Hasta usará luchas sociales para desacreditarte e intentar sacarte los colores.
5
«Luz de gas, chantaje emocional, uso de la culpabilización, proyección de sus propias inseguridades o defectos para hacerte sentir insuficiente...», repasa la experta. Ojo a estos rasgos.
6
Quiere saber dónde estás y con quién en todo momento porque dice preocuparse por ti. «En realidad lo que quiere es control», aclara Casquet. Lo mismo que cuando desacredita a personas cercanas a ti, incluso a familiares, «para avisarte y por tu bien, porque no tienen buenas intenciones».
Como los príncipes violetas viven de pura fachada, cuidan mucho su imagen pública y de la imagen que ofrece la relación. Por eso suelen decir cosas como 'todos piensan que somos la pareja perfecta' y para reforzar esta idea escenificarán delante de terceros «numerosos gestos de devoción, miraditas...». En redes sociales querrá ser «el hombre soñado por todas», con numerosos comentarios alucinantes y maravillosos. ¿Qué pretenden lograr? Está todo calculado: que, si algo falla, tu credibilidad esté bajo mínimos porque él es taaaan majo. Por eso, cuando todo finaliza, cuesta hasta hablar mal de ellos y denunciar su comportamiento: se han currado mucho su imagen.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Destacados
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.