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MIKEL CASAL
Guía para gestionar bien a los ex

Guía para gestionar bien a los ex

Cuando acaba el amor, debemos seguir unas pautas si queremos conservar una buena relación... «Lo primero, no empeñarnos»

Viernes, 25 de noviembre 2022

Cuando acaba el amor, empieza... ¿qué empieza? El topicazo dice que el odio y el rencor (lamentablemente, hay muchos casos que lo confirman). Los más templados dirán que la indiferencia, el olvido... Pero no siempre es así, también hay personas que logran salvar del naufragio algo de cariño y respeto y, con esos 'restos', establecer una buena relación con su ex.

No es algo obligatorio, por supuesto, pero sí conveniente, sobre todo cuando hay razones prácticas: tienen hijos en común, siguen trabajando juntos, pertenecen al mismo grupo de amigos... Y a esta lista de motivos podemos añadir cuestiones más emocionales: ¿por qué perder del todo a alguien que puede ser valioso y muy querido para nosotros, solo por el hecho de no haber funcionado juntos en el plano amoroso? La buena noticia es que se puede mantener una relación buena y sana con los ex (excluimos, por supuesto, los casos en que ha habido toxicidad y conductas abusivas).

«Si ha habido una historia bonita y agradable, se puede crear un nuevo escenario para encajar a esa persona en nuestra vida... ¡Pero no hay que empeñarse en ello!», advierte Juan Nieto, director de Formación del Instituto Europeo de Psicología Positiva (IEPP). El experto aclara que, «a veces, tampoco es necesario llevarse genial»... Pero tampoco ser enemigos para siempre. ¿Cómo lo hacemos? Con voluntad y siguiendo unas 'normas' básicas.

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    Respetar el duelo

Parece un contrasentido lo de cortar todo contacto tras la ruptura para luego tener una relación sana, pero no lo es. «Si nuestro ex es todavía una persona demasiado importante para nosotros, es mejor apartarse un tiempo para evitar recaídas», apunta Nieto. Laura Solé, Country Manager de la plataforma de citas online ADOPTE, se muestra tajante en este punto: «Justo después de una ruptura, lo mejor es no llevarse ni para bien ni para mal durante un tiempo. En el duelo pasamos muchas fases (negación, ira, tristeza,...) y no es con tu ex justamente con quien tienes que atravesarlas y superarlas. Lo mejor es buscar ayuda externa: familia, amigos, terapia… Y, una vez que se ha completado el duelo, se puede empezar a pensar en retomar una relación de amigos o cordial. Solo es posible reconducir los sentimientos negativos hacia algo positivo si nos permitimos un tiempo para aceptar la ruptura». Puede sonar muy duro, pero la experta considera que «muchas veces lo mejor es incluso borrar al ex de nuestras redes sociales, «para no saber qué está haciendo en todo momento». ¿De cuánto tiempo estamos hablando? Es muy variable, pero un mínimo de dos meses.

Lo de cortar de forma tajante al principio parece obvio y lógico... Otra cosa es que sea fácil. Según estudios realizados por la plataforma, con millones de usuarios en ocho países, solo el 38% de las personas que acaban de romper con su pareja son capaces de mantener a rajatabla lo del contacto cero (la tentación de llenar ese vacío que deja el amor fue demasiado para ellos).

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    No dejar heridas abiertas

«No es posible llevarte bien con alguien si hay heridas que no se cierran», recalca Soler. No se puede construir una amistad o mantener un contacto cordial y sano si no se ha hablado de los motivos de la ruptura y se ha 'firmado la paz'. «No solemos terminar bien nuestras relaciones porque no estamos abiertos a dialogar y, sobre todo, a comprender a la otra parte». Así que la consigna es la siguiente: si alguna de las partes no comprende o no acepta qué ha pasado..., nada de mantener contacto. Los trapos sucios van a acabar aflorando.

Miguel Ángel Bargueño, autor de 'Yo, tú, ex' (Libros Cúpula), establece una dintinción: una cosa son las relaciones más o menos cortas, los noviazgos de juventud, y otra las parejas de largo recorrido, «donde es posible que hayan pasado muchos meses o incluso años de desgaste». «Y cuando se toma la drástica decisión de romper es porque ya no soportas al otro o a la otra –aclara–. Y, si no lo soportas, ¿cómo vas a ser su amigo o amiga? Un matrimonio o una convivencia estable puede llevar asociados factores que enturbian la posterior cordialidad: el reparto de dinero y bienes, la custodia de los hijos, un proceso judicial… De todos modos, no demonizaría a los ex que se llevan mal: si se rompen amistades de toda la vida y hay hermanos que no se hablan, aborrecer a una persona que en un momento dado pasaba por allí y te hizo tilín es de lo más natural».

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    Implicación emocional baja

Pongámonos en que hemos dado los dos primeros pasos: hemos mantenido contacto cero un tiempo, hemos dialogado para comprendernos... ¿Ya podemos ser una expareja ideal? No es tan fácil. Tenemos que esperar a que nuestra implicación emocional sea baja. Juan Nieto nos invita a que, ante la duda, nos hagamos esta pregunta: ¿siento que ya no necesito a esa persona? «Si ya no la necesitamos, es el momento de poder tener una relación cordial», sentencia. Para ello, tal y como explica, ambas partes tienen que haber reconstruido su ocio y asumido nuevos roles.

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    Quedarnos con lo positivo

Algunas personas se llevan bien con casi todos sus ex y otras, por el contrario, siempre acaban fatal... Son dos perfiles muy distintos y casi podríamos decir dos formas de ver la vida. Lo que caracteriza a los primeros es que suelen preferir 'quedarse' con los buenos recuerdos y dejar de lado los malos, no guardar rencores... ¿Y los que son incapaces de llevarse bien con los ex? Hay teorías que incluso apuntan a razones cerebrales. Entre los individuos que eran incapaces de encajar una ruptura se ha detectado una mayor hiperactividad en zonas del cerebro como el núcleo accumbens y el ventrículo tegmental, zonas relacionadas con las adicciones y las obsesiones. Estas personas serían 'yonquis' de las gratificaciones y estarían muy movidas por el ego.Así lo planteaban investigaciones como las de la famosa antropóloga y bióloga Helen Fischer. Esto no deja muy bien parados a los que se llevan mal con sus ex..., aunque hay otros estudios que tampoco dicen nada bueno de los que mantienen buena relación con parejas pasadas. Justin Mogilski y Lisa Welling, investigadores de la Universidad de Oakland (EE UU), concluyeron que detrás de estas personas tan conciliadoras había a menudo motivos 'oscuros', incluso «narcisistas y psicopáticos», como conseguir dinero, información o sexo ocasional de su ex.Es decir, ahí hay gente que no quiere renunciar a ese plan B.

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    El sexo... bajo control

Y llegamos a un punto espinoso... ¡el sexo con los ex! Si hay un vínculo sexualizado entre dos personas que han roto, resultará complicado ser solo buenos amigos, aunque el psicólogo Juan Nieto dice que todo es negociable, claro.Se puede tener sexo, por supuesto, pero, si no queremos líos, «las dos personas deben estar en el mismo plano». Es decir, si hay uno que sigue necesitando otras cosas y que no supera la ruptura, supone un retroceso. En este punto, el psicólogo indica que la parte más fuerte, la que mejor lo lleva «porque no tiene 'herida' ni dificultades con el ex», debe aplicar el principio de responsabilidad afectiva: «Cuidar de la otra persona y no aprovecharse de que come en tu mano».

Y, para terminar, dos datos inquietantes que a lo mejor no dicen mucho a favor de esos ex tan civilizados y 'no sexualizados'. Uno: algunos estudios han determinado que casi el 50% de las personas que quedan con un ex tienen intenciones sexuales. Y dos: los ex son una de las inspiraciones sexuales más recurrentes durante la masturbación.

Nueva moda: invitar a los ex a nuestra boda... y juntarnos en una mesa

Las bodas han evolucionado una barbaridad: temáticas, en enclaves exóticos... y con unos invitados que hace unos años serían vistos como algo extraño: las ex parejas de los novios. «Cada vez es más frecuente. Muchísima gente se lleva bien con ellos y, si han sido importantes en tu vida..., pues quieres que estén en un día tan importante como tu boda», indica la organizadora de bodas Antonia Juan. Eso sí, en caso de invitarles, los contrayentes no saben muy bien en qué lugar ponerles. «Lo normal es sentarlos en las mesas de amigos», apunta la experta. Pero en ocasiones hay un buen puñado y lo que ahora se estila es dedicar una de las mesas a los ex. «Mientras se lleven bien..., ¿por qué no?», se pregunta.

– Quizá porque a la segunda copa pueden ponerse a airear intimidades y hacer puesta en común... ¿No es muy arriesgado juntarlos?

– La gente se comporta, sabe a lo que va. Y si están ahí es porque, aunque haya habido momentos malos, prevalecen los buenos.

Además, tal y como recalca la 'wedding planner', en esas mesas de los ex se crea muy buen ambiente. Y se liga, claro que sí. De hecho, es de suponer que a lo largo de nuestra vida nos hayan gustado personas compatibles (vale, quizá es mucho pedir). «Los amigos y amigas de los novios, de toda la vida, han ligado mucho en las bodas. Algo extensible a los ex, claro. No es raro que vengan a preguntarme 'oye, ¿quién es ese chico? ¿conoces a esa de ahí?'», apunta Antonia, toda una experta en hacer 'tetris' de invitados que funcionen de modo que todo quede «armonioso». Le toca hacer de 'celestina', de psicóloga –«a alguna novia con pánico escénico he tenido que convencerla para que se bajase del coche y llegase al altar», confiesa–, de mediadora en conflictos... «Hay que estar en todo –resume–. Y lo de los ex es lo que menos trabajo da».

¿Y si la causa de la ruptura fue una infidelidad?

«Si el motivo de la ruptura ha sido una infidelidad, suele costar más, porque la herida es mayor. Es muy difícil aceptar que tu pareja ha roto tu confianza. Eso no solo influye en la imagen que tienes de esa persona como pareja, también en cómo la ves como persona y amigo», explica Laura Solé. Para el escritor Miguel Ángel Bargueño, «cuando te engañan supongo que te sientes traicionado, tonto (por no haberte dado cuenta antes), rechazado (han preferido a otro o a otra), con la autoestima por los suelos… Evidentemente, vas a sentir más afecto por el repartidor de Amazon random que por quien te lo ha hecho pasar tan mal». Así que, sí, ser infiel es uno de los escollos para ser unos ex amistosos.

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