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Decir 'no' es una de las cosas más complicadas de esta vida. Parece fácil, es una 'silabita' de nada, ¿verdad? Pues a la mayoría de las personas les cuesta un mundo.Y, si es difícil decírselo a alguien, ya no digamos si nos la tenemos ... que aplicar a nosotros mismos. Eso sí que es un reto de primer orden. Pues bien, es la clave para no dejarse llevar por relaciones tóxicas, sobre todo de pareja.
Así lo explica la experta en dependencia emocional Sara Navarrete, directora del Centro de Psicología Clínica y de la Salud de Valencia. Todo empieza con una batalla contra nuestro propio cerebro. La autora de 'Ahora yo' nos detalla cómo es esta guerra: «El cerebro solo quiere sobrevivir y ahorrar el máximo de energía y le da igual nuestra felicidad y bienestar».Por eso, nos boicotea a veces cuando intentamos apartarnos de alguien que no nos sienta bien. ¿Cómo lo hace? Nos lanza mensajes como 'te quedarás solo', 'más vale malo conocido', 'te hace falta'... «¡El cerebro es un órgano caprichoso que no quiere salir de su zona de confort!», alerta Navarrete. Es tan comodón porque quiere evitar la ansiedad que provoca todo cambio. Pues ahí va el consejo de la experta para salir más o menos victorioso de esta refriega emocional: «Actuar en piloto automático. La idea es: hago lo que me propongo aunque no me apetezca». Porque algo está claro: si pretendemos alejarnos de alguien con quien nos hemos encariñado o enamorado a pesar de que no nos conviene, nuestra cabeza nos va a poner trampas. Navarrete ofrece una hoja de ruta para no caer en ellas y dejar atrás a los tóxicos.
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Si estamos con alguien y eso nos produce ansiedad o falta de calma..., ahí hay toxicidad. Pensamientos recurrentes como 'ay, no me llama', 'me va a dejar' o 'si no hago esto, se va a enfadar' son una muestra de que el vínculo no es sano. «Solo la duda de si alguien es tóxico o no y si debemos alejarnos indica que algo no va bien», apunta Navarrete.
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Tenemos que comunicar a esa persona qué nos ocurre y qué no nos gusta de la relación. «Es para darle la opción de cambiar, ya que a veces las personas tóxicas no son conscientes de su actitud. Pero, si al decírselo vemos que no está por la labor de cambiar o que no lo entiende, es hora de pasar a la acción», indica la experta.Se acabaron los prolegómenos.
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«En este momento, es un error mirar a largo plazo, imaginar todos los escenarios. Si haces eso, entras en una espiral que solo te llevará a ponerte excusas para no decidirte a dar el paso», asegura la experta. Así que nada de retrasar el momento haciéndonos preguntas del tipo '¿cómo lo hago?' o '¿cómo reaccionará?'.
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Es hora de ejecutar, sin hacerle caso a nuestro cerebro que, recordemos, va a intentar que no movamos ficha. «Siempre digo que la felicidad y el amor son para valientes», anima Navarrete.Así que, sin hacer elucubraciones, nos alejamos de la relación aunque queramos desesperadamente 'quedarnos' en ella.
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Van a llegar. Y lo mejor para afrontarlos cuando aparezcan es prever que va a ser así, que no nos pillen desprevenidos. «Va a haber momentos de dudas, de que te va a apetecer estar con esa persona..., pero debes mantenerte firme y, si notas que flojeas, lo mejor es contar con apoyo externo de alguna amistad, un familiar, un terapeuta...», repasa la experta.
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El consejo de cambiar el foco sirve en psicología para toda situación que requiera reunir fuerzas y tomar una determinación. «Tenemos que centrar nuestro pensamiento en nosotros mismos y en el futuro, no en la otra persona y pensar cómo será lo que venga cuando hayamos logrado nuestro objetivo», aconseja. Es decir, hacer un 'reseteo' y engordar nuestra autoestima todo lo que podamos. «Cuanta más tengas, menos te costará dejar una relación tóxica», asegura.
Pero, ¿y todas esas personas exitosas que van pisando fuerte por la vida y aun así caen en redes tóxicas? «¡La autoestima no es extensible a todos los ámbitos de la vida! –subraya– Se puede tener gran éxito académico, profesional... y luego en las relaciones no tener ni pizca. He visto muchos casos así».
Una relación tóxica lo es, precisamente, porque nos engañamos sobre ella. Sara Navarrete indica que, en los vínculos tóxicos de pareja (el culmen de la toxicidad), hay «grandes mentiras que nos creemos y que nos hacen daño». La primera que destaca es la de 'el amor todo lo puede'. «El amor no basta, es así de sencillo.Si estás con una persona tóxica, tu amor no va a curarlo y no tienes por qué amoldarte a ella», aclara. 'En el amor tienes que dar todo de ti' y 'es algo para toda la vida' son otras ideas nefastas, aunque muy populares. ¿Por qué? Porque siempre que haya desequilibrios entre lo que damos y recibimos, la toxicidad campa a sus anchas. En una relación sana «no debería existir el sacrificio».
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