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La playa de Levante de Benidorm se muestra como diseñada por un aparejador; solo los críos y las pelotas escapan de los cercados, que todo el mundo acata como un dogma.
Benirdorm, la playa ordenada

Benirdorm, la playa ordenada

Un país con mascarilla ·

De arenas parceladas, anomalías temporales y estereotiposque se derrumban

Lunes, 3 de agosto 2020, 00:13

Escribo desde la terraza del apartahotel. A las cinco de la tarde, suenan las campanas de una iglesia cercana. De repente, Benidorm, envuelto en tañidos, parece un pueblo. Y en esta tarde cálida de verano, pienso que podría llegar a gustarme Benidorm. Nunca lo pensé, ... y nunca vine; me pesaba demasiado el cliché, el estereotipo de sitio cutre y abarrotado. Pero Benidorm le gustó a Sylvia Plath cuando vino de luna de miel en 1956 y pasó cinco semanas aquí con Ted Hughes; posiblemente, las cinco semanas más felices de sus vidas. Y le gustó a Susana Estrada cuando María Jesús y su acordeón, tras coincidir concursando en 'La granja de los famosos', la invitaron a pasar unos días en Benidorm. Desde entonces, la Estrada sigue viviendo aquí. Y quién soy yo para contradecir a esas mujeres.

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