Tiburón

Con 'Tiburón' ibas a un cine enorme con olor a cine lleno de gente que daba un alarido coral cuando Hooper descubría el barco de Ben Gardner bajo el mar y el ojo de Gardner se nos caía encima. Para el momento en que el tiburón se come a Quint ya estábamos hechos a todo. Nunca lo estuvimos a las uñas de Quint en la pizarra. Spielberg pensó en otra primera aparición de Quint. Estaría en un cine viendo 'Moby Dick' y riéndose de los efectos especiales de la ballena. Pidieron permiso a Gregory Peck, que tenía los derechos, pero no accedió. No porque no le pareciera una buena idea que se rieran de su ballena, sino porque odiaba su interpretación y no quería que se viese la película. Mejor, lo de las uñas es insuperable.

Llegaron las vacaciones. Aquí vino lo bueno. 'Tiburón' en los cines de verano. En el cine de verano en Torrevieja. Entonces el miedo fue más miedo, ya no era el rato del cine. Era el momento en que, al día siguiente, cualquier día, te metías en la Playa del Cura, en la de los Locos o en la Cala de la Zorra y mirabas para atrás por si venía la aleta y hasta escuchabas la música de Williams. En la piscina del hotel Ritz de París hay música bajo el agua. Metes la cabeza y escuchas música. No te ponen la de 'Tiburón'. Pero yo juro que en el agua de Torrevieja la oía.

Ese verano fue extraordinario. El 18 de julio de 1976, Nadia Comaneci nos asombró desde Montreal con sus dieces y sus ranitas. El 1 de julio, esto es más aburrido, Arias Navarro había dimitido como presidente del Gobierno, siendo sustituido el día 3 por Adolfo Suárez. El 30 de julio el rey Juan Carlos dictó una amnistía general para presos por delitos políticos y de opinión. En agosto, lo mejor fue cuando la reina Juliana de Holanda, después de que se publicaran las cartas que demostraban que la Lockheed había sobornado al príncipe Bernardo con más de un millón de dólares de entonces, amenazó con abdicar si juzgaban a su marido.

Y yo, mientras, a remojo y mirando atrás por si venía un tiburón. Ahora hay padres que no dejan a sus hijos ver 'Pipi Calzaslargas'. De 'Tiburón' ni hablamos. ¿Pero para qué sirve el cine de terror si no es para pasar miedo? Para aprender a vivir.