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Pros y contras de cambiar de colegio al pequeSolange Vázquez
Martes, 18 de abril 2023, 00:15
Antes era bastante exótico eso de cambiarse de colegio. Normalmente, los niños empezaban y terminaba su escolarización en el mismo centro, salvo en el caso de unos pocos alumnos –que nos parecían venidos del espacio exterior– y que se incorporaban a nuestro universo conocido ya ... algo mayorcitos, normalmente porque sus familias se habían trasladado por motivos de trabajo. Eran 'los nuevos', una especie de casta que provocaba fascinación, recelos iniciales y muchas conjeturas hasta que pasaban a formar parte del grupo ya consolidado. Pero esto era una rareza. Ahora no, los cambios de colegio están a la orden del día: por un lado, porque las familias se mudan más de un lugar a otro, pero también porque padres y madres cambian mucho más a los hijos de centro que antes por motivos ajenos a un cambio de domicilio.
Este mes termina el plazo para formalizar las solicitudes de centro en muchas comunidades autónomas y en otras ha concluido recientemente el proceso. Muchas son de peques que van a empezar su escolarización, pero también hay un enorme volumen de niños y niñas que proceden de otros colegios –casi siempre de la misma zona– y cuyas familias han decidido trasladarles. Una decisión importante que, según los expertos, debe sopesarme con detenimiento y no tomarse a la ligera. «Cambiar es una opción, pero tiene consecuencias, así que es algo que hay que meditar. Si no hay necesidad, no es lo óptimo, desde luego», indica María Campo, pedagoga y profesora del Máster en Orientación Familiar de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).
«Los adultos tenemos que tener claro que vamos a poner patas arriba todo el mundo conocido del pequeño, vamos a dejarle sin sus vínculos afectivos y sociales, porque el cole no es una extraescolar donde pasan dos horas a la semana. Han estado allí, con un determinado grupo de personas, un montón de tiempo. Por eso, mejor tener una razón de peso que avale el cambio», apunta esta experta.
¿Qué elementos deben valorarse al tomar una decisión tan importante? ¿En qué casos puede ser más aconsejable cambiar que no hacerlo? La experta apunta cuándo el cambio está justificado –y si lo está, siempre será más llevadero– y cuándo no.
Si sus relaciones sociales no son buenas
No sólo hablamos de bullying, que también, sino de casos en los que el chaval no se ha integrado bien por el motivo que sea o tiene problemas de relación con sus compañeros. «A veces, en los grupos se generan relaciones que no son sanas. Y ahí sí, es mejor buscar el cambio», recomienda.
Si cambia el proyecto educativo del centro
Puede ser que hayamos elegido un colegio por una serie de razones y que, pasado un tiempo, cambie el proyecto educativo «porque no se ha actualizado, porque ha cambiado de titularidad y ya no te sientes identificado con sus valores...», enumera la especialista.En estos casos, o cuando no es lo que esperábamos «y no vamos a estar a gusto, irse está justificado», añade.
Hermanos con hermanos
En ocasiones, se va el hermano mayor a otro centro porque empieza otro ciclo y sus padres se llevan al pequeño (uno o más) con él. «Es una cuestión de logística», apunta.
Vamos a probar
«No es ni serio ni aconsejable actuar así, por capricho, por probar. Primero, porque las consecuencias de un cambio son importantes; y, segundo, porque lanzamos a los peques el mensaje de 'usar y tirar', de no dar valor a lo que tenemos y de que lo que no nos gusta, en lugar de adaptarnos a ello, lo desechamos sin hacer un esfuerzo por integrarnos o implicarnos», explica la pedagoga. Además, tal y como advierte, esto puede hacer que eduquemos niños con baja tolerancia a la frustración, que siempre buscan 'culpables' en factores externos.
Descontento con un profe o con la clase que le ha tocado
«Si no pueden aguantar alguna incomodidad en el cole, como no estar del todo contento con la clase que le ha tocado o con algún profesor y les cambiamos, ¿qué mensaje les trasladamos?», se pregunta Campo. Estos problemas puntuales –si no son graves– deben ser resueltos. Un niño, de todos modos, no debe pensar que el mundo está hecho a su medida.
El peque está feliz
«Si un peque está muy bien integrado y tiene buenos amigos y va contento al cole... hay que tener una buena razón para cambiarle». En este caso, la experta subraya que la edad es importante, ya que cuando el niño es pequeño, aunque esté a gusto, enseguida se habituará a otro entorno, «pero a partir de segundo ciclo de Primaria, los lazos están muy arraigados y les va a costar aceptar un cambio así», alerta la especialista.
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