Secciones
Servicios
Destacamos
Cuando comienza el curso, la lista de tareas de las familias se multiplica. A las compras de ropa, material escolar, ajustar los horarios del cole o asistir a reuniones con tutores se ha sumado la complicada decisión de a qué actividades extraescolares apuntar a los ... chavales. Pueden ser una diversión para los niños, que además desarrolle sus capacidades, o convertirse en una pelea diaria para conseguir que vayan. Los expertos nos dan las claves para acertar.
¿A qué edad se les puede apuntar? Es la primera duda que asalta a casi todas las familias. «Durante la etapa de Infantil, entre los 3 y los 6 años, la mejor extraescolar es el parque. Los pequeños se relacionan con otros niños, mejoran las habilidades sociales, se mueven y están bajo la supervisión de adultos», señala la psicóloga infantil Silvia Álava.
Otra cosa es a partir de esa edad: el 90% de los alumnos españoles de enseñanza obligatoria (de 6 a 16 años) realizan alguna actividad extraescolar. Y algo más de la mitad lo hace dos o más veces a la semana, según datos del Ministerio de Educación.
Una cuestión importante es que las elijan los chavales. «Deben ser consensuadas con los niños. El primer paso es preguntarles qué es lo que más les apetece hacer», señala la especialista. No es una cuestión menor. «Cuando son de su agrado, les generan experiencias positivas y ayudan a la formación de su autoestima. Deberían ser un espacio donde puedan desarrollar habilidades que les gusten o encontrar ambientes en los que se sientan cómodos, aceptados y contentos», confirma Sylvie Pérez, profesora de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC. Que vayan contentos, vaya.
Yuna advertencia: «Que no cubran un deseo incumplido de los padres en su infancia», resalta Cristina Romero, especialista en Salud Pública. Algunas familias recurren a las extraescolares a modo de 'canguro' para cubrir las horas en las que no pueden atender a los pequeños. Apuntarle a pintura porque justo es la hora en la que no tenemos quién le cuide es una equivocación si no les gusta, insisten las expertas.
Otro error habitual es elegir actividades a las que van sus compañeros de clase. Si todos se apuntan a robótica, que se ha puesto de moda, pues él o ella también. «Las extraescolares son una buena oportunidad para que se relacionen con otros niños, hagan nuevos amigos y desarrollen habilidades sociales», aconseja Álava.
Aunque debemos dar libertad para elegir, hay algunas a las que sí podemos colgarles el cartel de 'obligatorias'. Por ejemplo, aprender a nadar cuanto antes. «Es innegociable porque es una medida de seguridad». También es imprescindible reservar un espacio para el ejercicio físico, ante las costumbres cada vez más sedentarias de los niños, lo que ha disparado la obesidad. «Es invertir en salud física y emocional», valora la psicóloga. «Descartar el deporte con el argumento de que quitamos tiempo al estudio es contraproducente. La mayoría de los niños no cumplen las recomendaciones de actividad física diaria de la OMS y lo que hacen en la escuela no es suficiente», ahonda en la misma línea Cristina Romero, especialista en Salud Pública. Dice que no debemos pensar que si les apuntamos a deporte estamos quitando tiempo para avanzar en otros aprendizajes que pueda contribuir a su éxito académico. «De hecho, las últimas investigaciones demuestran que la práctica deportiva contribuye al rendimiento escolar del alumno».
Ahora bien, ¿qué deporte? Todos valen. Solo con una condición, si es de equipo hay que evitar los muy competitivos en los que solo juegan 'los buenos' y en los que los chavales no se benefician de sus virtudes:trabajo en equipo, solidaridad, aprender a convivir..., advierte la psicóloga infantil. Entre las modalidades individuales, la lista es larga: el ballet y la danza –mejoran la coordinación, la postura, la flexibilidad...–, las artes marciales –trabajan disciplina, concentración y autocontrol–, mientras que nuevas actividades como yoga para niños, incluso el mindfulness, les ayudan a relajarse, lo que las convierte en idóneas especialmente en el caso de niños hiperactivos.
Las opciones artísticas y culturales, como teatro, pintura, ajedrez o música son especialidades en las que el nivel de motivación del niño debe pesar mucho, advierten las expertas. Fomentan la concentración, la creatividad y la imaginación, ayudan a expresar sentimientos y emociones y mejoran destrezas orales, manuales y visuales.
Pero, sin duda, la extraescolar más popular son los idiomas. «Beneficia a su flexibilidad cerebral», resalta Silvia Álava. Las investigaciones realizadas avalan que el estudio de idiomas mejora los aprendizajes de otras materias, como las matemáticas.
Que no sea refuerzo escolar Hay que evitar las actividades que sean simples refuerzos escolares –matemáticas, por ejemplo–. Los niños ya pasan muchas horas en la escuela y los aprendizajes deben darse en los centros educativos. Se trata de permitirles que puedan dedicar su tiempo a lo que les guste. Una vez elegida, ¡ojo!, asegurarnos de que el centro tiene personal titulado y cumple las normativas.
Limitar los días Entre 3 y 4 días a la semana como máximo según las edades. Debemos dejar, en todo caso, un día libre, también tienen que jugar, descansar, aburrirse... y hacer actividades no dirigidas por adultos. Si sobrecargamos al chaval no le dejamos tiempo para los deberes.ar los días
Aguantar dos trimestres Aunque estas actividades pueden servir de ensayo para probar qué es lo que más les gusta, los expertos aconsejan mantenerla al menos dos trimestres para enseñar el valor del compromiso y dar una oportunidad a que se acostumbre a los nuevos ambientes.
.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.