Consejos para conducir con seguridad

Diez consejos para evitar dormirte al volante

Tal y como recalcan, «detrás de muchas salidas de vía, de numerosos alcances traseros o de distintos tipos de distracciones, se encuentra un conductor que no había descansado suficientemente la noche anterior, que estaba bajo la influencia de determinados fármacos sedantes o que padecía algún trastorno de sueño», repasan.

«Un ejemplo: ir por una autopista a 120 kilómetros por hora y pegar una cabezada de dos segundos, por ejemplo, supone recorrer una distancia equivalente a dos campos de fútbol sin control. Según nuestros datos, la somnolencia está relacionada con un 20% de los accidentes de tráfico que se producen en España», explican fuentes de Cleverea -compañía de seguros digitales-, que también destaca que seis de cada diez conductores confiesan que han sufrido microsueños al volante. Suelen durar seis segundos y aparecen sin que el individuo sea consciente. En ese momento ya es sólo cuestión de suerte que el viaje no termine de forma trágica. Estos son algunos consejos para evitar la somnolencia:

Tanto si se viaja de día como si se hace de noche, conviene hacer paradas cada dos horas o cada 200 kilómetros para disminuir la fatiga. Y, cuanta más edad tengamos, más.

Son, según la DGT, entre las tres y las cinco de la madrugada y entre las dos y las cuatro de la tarde. Los expertos insisten en que, incluso aunque se haya descansado bien la noche anterior, en estas horas suele aparecer el sueño, ya que el cuerpo se encuentra acostumbrado a permanecer en reposo en esa franja horaria.

En cuanto se noten los primeros síntomas de sueño es conveniente parar y despejarse. Si es necesario, se puede dormir una pequeña siesta de 20 minutos.

Cuidado con ellos, especialmente si se realizan por autopistas conocidas, en las que circular es más monótono.

«No hay que adoptar una postura excesivamente relajada», indican desde la DGT. Para mantener el tono muscular, conviene mantener la espalda recta y posar ambas manos en el volante.

En un vehículo con mucho calor o con humo de cigarrillo resulta más fácil tener somnolencia. Por eso, es bueno encender el aire acondicionado, «de manera que llegue al pecho o a las manos del conductor», aconsejan las mismas fuentes.

¿Música tranquilita? Nunca. Es la antesala de comenzar a sentir sueño. «De igual manera, ir escuchando nuestras canciones favoritas puede contribuir a una automatización en la forma de conducir», añaden expertos de Cleverea. Es decir, todo lo que acomode el cerebro viene mal.

«Algunos vehículos ya llevan incorporada tecnología de reconocimiento facial para avisar al conductor en caso de que se duerma y hay marcas de coches que avisan de que no se han realizado las paradas oportunas y otras que se apoyan en los asistentes de carril para tomar el control del vehículo en el caso de que el conductor se quede dormido», recuerdan desde Cleverea.

Cuando se siente sueño, se pueden aprovechar las paradas en los semáforos o los atascos para hacer ejercicios de estiramiento que mantengan el tono muscular: mover la cabeza de izquierda a derecha y de arriba abajo. También resultan muy efectivos los estiramientos de brazos con las manos entrecruzadas y las palmas hacia afuera y las rotaciones de hombros.

Un caramelo, mascar chicle, pasarse una toallita húmeda por la cara... Son pequeñas maniobras que ayudan al cerebro a no relajarse demasiado.