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Cómo hacerse un despacho en (cualquier) casa

Cómo hacerse un despacho en (cualquier) casa

VIVIR ·

El teletrabajo se queda, así que mejor crear un hueco adecuado en el hogar: es fácil, pero no todo vale

Jueves, 10 de septiembre 2020, 00:04

La pandemia y la provisionalidad. ¡Qué parejita tan irritante! Si algo nos ha enseñado la Covid es que no nos queda más remedio que vivir a salto de mata, adaptándonos continuamente. Y vaya si hemos aprendido en los últimos meses. Sobre todo, porque parece que va a ser menos transitorio de lo que al principio pensábamos. Así que hemos tenido que repensar nuestra vida. También la laboral, claro. Sin ir más lejos, los meses de confinamiento demostraron –hasta a los más escépticos– que el teletrabajo, bien gestionado, no sólo es posible, sino una herramienta muy útil para empresarios y empleados. Por eso, parece ser que, cuando pase esta época tan rara, la variante 'casera' va a salir muy reforzada, y eso que para la mayoría de los trabajadores implica meter horas de más (dos, según ha publicado la revista Forbes). Aun así, según los expertos, en la era pos-Covid se apostará por un modelo laboral híbrido, con jornadas de oficina y otras de teletrabajo. «Es un cambio de paradigma ya imparable. Se seguirá acudiendo a la oficina, de hecho con el Covid hemos echado de menos cosas, por ejemplo el 'brainstorming' ('tormenta de cerebros'), esa inyección de ideas que surge de la interacción entre compañeros. Pero trabajaremos mucho desde casa también», explica Soledat Berbegal, consejera de Actiu, compañía especializada en el diseño para mejorar las condiciones de trabajo. Según explica, en países anglosajones y del norte de Europa es muy frecuente que haya un despacho en casa, «porque son culturas que no valoran tanto el presencialismo y que se centran más en evaluar al empleado por objetivos». Ahora parece que todos vamos en esa dirección.

Por eso, esos 'chiringuitos' más o menos chapuceros que nos montamos para salir del paso en el confinamiento y la desescalada deben dar paso a rincones de trabajo adecuados. ¿Crees que tu casa es pequeña y que lo de tener un 'despacho' –suena algo pomposo, sí– es una utopía? Para nada. No hace falta tener un casoplón, solo ingenio y seguir los consejos de tres expertas.

  1. 1.

    Iluminación

Es uno de los factores fundamentales. Si puedes colocar tu rincón de trabajo junto a una ventana o balcón, es lo ideal. «Nos conecta con el exterior y nos aporta confort visual. Además, el cambio de la intensidad de la luz natural con el paso del día influye directamente en nuestro biorritmo y puede servirnos para saber cuándo hacer un descanso», indica Mónica Comunión, socia del estudio logroñés de interiorismo y arquitectura Perspectiva Moma junto a María Ruiz.

Pero, aun así, deberemos contar con una fuente de luz artificial, como un flexo, en el lado opuesto a la luz natural. Muy importante: que la luz no cause brillos en la pantalla. «Durante el confinamiento muchas personas han notado problemas de visión por teletrabajar en malas condiciones», lamenta Berbegal.

  1. 2.

    Plantas

Puede parecer una tontería, pero las expertas coinciden en afirmar que una plantita suaviza la geometría rígida de los muebles y hace nuestro rincón de trabajo más fresco, amable y optimista. Toda ayuda es poca.

  1. 3.

    Lugar idóneo

A veces no tenemos mucho donde elegir, pero, si es posible, hay que colocar el espacio de trabajo en un lugar que no sea de paso para poder concentrarnos «y, sobre todo, lejos de televisores que nos puedan distraer», señalan en Actiu. Aunque, si andamos justos de metros cuadrados, se puede aprovechar un pasillo con un mínimo de 1,5 metros, una despensa, un armario empotrado, un retranqueo de la pared y cualquier rincón (con una mesa en ángulo, que es muy socorrida). «Es fundamental medir bien», recuerda María Ruiz.

  1. 4.

    Muebles ergonómicos

En los despachos improvisados hemos tirado de sillas de comedor y mesas de la cocina o auxiliares. Y así hemos acabado. «Fatiga visual, vértigos, tendinitis... Los seguros de empresas están colapsados», asegura Berbegal, quien hace hincapié en la importancia de hacerse con muebles ergonómicos para preservar la salud. Una silla de oficina con un buen respaldo y que cumpla los estándares–ancha, para proteger la zona lumbar, y con reposabrazos–, una mesa del tamaño necesario y que permita estirar las piernas, un reposapiés... Hay que trabajar cómodo.

  1. 5.

    Muebles versátiles

«Es importante separar el espacio personal del profesional para darse un respiro, la mente lo agradece y esto se refleja directamente en la productividad del individuo», asegura Mónica Comunión. Esto se consigue con separación física, sí –biombos, pantallitas acústicas, estanterías...–, pero también usando muebles versátiles que se pueden convertir en despachos pero que al finalizar el trabajo se integran en el conjunto, se camuflan o incluso desaparecen (es el caso de alacenas y armarios que se cierran o de muebles que se bajan y se suben). «Necesitamos mobiliario cómodo, que se integre con el estilo del espacio en que se instala y que nos aporte varios usos en poco espacio», sostiene Comunión. Porque nadie quiere tener frente a los ojos todo el día el espacio en el que trabaja, ¿verdad?

  1. 6.

    Almacenaje

Seguramente, un despacho casero no podrá tener nuestras dimensiones soñadas. Por eso hay que pensar mucho cómo lo organizamos para no crear el caos. María Ruiz subraya la importancia del «orden y la limpieza». Para tenerlo todo a mano pero bajo control son muy útiles las cajoneras de dimensiones reducidas que pueden ir bajo la mesa o sobre ella. Y, sobre todo, aprovechar la pared para estanterías, bandejas y tablones o pizarras donde poner mensajes.

  1. 7.

    Medidas cómodas

Algo fundamental. A veces nos dejamos llevar por lo 'cuqui' y nos olvidamos de la funcionalidad. Y esto, en un rincón de trabajo, es imperdonable. Necesitamos que nuestro despacho tenga unas medidas mínimas para poder usarlo muchas horas con comodidad: una silla muy bonita no sirve de nada si no aguantas una hora en ella sin que los riñones te recuerden tu estupidez.

La mesa de trabajo ha de tener una superficie de 1,20 a 1,30 metros de ancho por 0,75 o 0,80 de profundidad. De este modo podemos apoyar muñecas y antebrazos si usamos el ordenador, anotamos cosas a mano o hablamos por teléfono. Además, el espacio de movimiento para la silla –mejor con ruedas– debe ser algo superior a un metro.

El ordenador, mejor colocarlo delante o a un lado si tienes sitio, pero que no te obligue a hacer torsiones raras. ¿La pantalla? A una distancia mínima de 40 centímetros.

  1. 8.

    Color

Aunque nos sintamos tentados de meter colorines en nuestro rincón de trabajo, es mejor que nos contengamos. Vamos a pasar muchas horas en él y los tonos muy fuertes nos pueden saturar. Por eso, las expertas aconsejan el blanco. Nunca falla. Proporciona sensación de orden, amplitud y limpieza. Y no cansa. O, en su defecto, colores muy claritos o el socorrido azul, que parece que favorece la concentración. «El uso de colores vivos, como el rojo o el naranja debe hacerse sobre elementos puntuales», indican en Actiu.

  1. 9.

    Un espacio de 'recreo'

Si vas a currar en casa, los especialistas no sólo recomiendan que acondiciones un rincón de trabajo... ¡También creen conveniente que te organices un lugar de relax para hacer parones y despejar la mente! Parece mucho pedir, ¿no? Pues no es para tanto. Basta con un sillón cómodo con reposapiés, un puff, unos cojines sobre la alfombra... Vamos, un lugar de recreo. Según explican en la empresa de Berbegal, es el denominado 'softseating', «necesario para conseguir un entorno de paz y cambiar nuestra mente, ya que se ha comprobado que las personas son más productivas e imaginativas si incorporan momentos de relax en su actividad laboral». Y otra cosa que influye en el rendimiento de quienes tienen hijos en casa: si te es posible, colócales una minimesa con sus 'útiles de trabajo' (pinturas, plastilina...) cerca de ti para que jueguen a emularte. Así estarán más entretenidos.

  1. 10.

    Lo más ecológico posible

Los expertos aconsejan incorporar luces led para evitar consumos eléctricos desmesurados y apagar todos los equipos para no gastar energía cuando no los usemos. También los muebles de maderas naturales y, a poder ser, libres de plásticos y formaldehídos (presente en ciertos contrachapados, aglomerados...) «un compuesto químico que aumenta el riesgo de padecer ciertas enfermedades», alertan en Actiu.

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