Mario Cornago
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Mario Cornago
Víctor Soto
Miércoles, 9 de agosto 2023, 00:39
A los 16 años, cuando estudiaba Bachillerato, Mario Cornago (Cintruénigo, 2000) comenzó a soñar con un festival. Y el sueño, tras una ediciones de rodaje, se encarnó en Calahorra, donde este verano ha puesto a bailar a más 80.000 jóvenes con los ritmos más ... actuales y urbanos. 'Holika' se llama la gran fiesta que le ha obligado a aparcar momentáneamente sus estudios de Derecho y Ciencias Políticas, además de su vocación de percusionista.
– Con 23 años ha logrado crear una cita musical con artistas internacionales y que mueve miles de personas y millones de euros. ¡Qué locura!
– Yo era un adolescente que soñaba con hacer un festival como los de Holanda, pero en mi entorno. Al principio lo hacíamos sin presupuesto, solo con ilusión, desde una mesa plegable, que era mi despacho en la residencia universitaria, y creándome distintos correos electrónicos para parecer que era una empresa con personal. Y se ha ido construyendo con la idea de que todo se puede en la vida, que hay que atreverse a empezar y que los resultados acaban llegando.
– ¿Ha sido más difícil hacer todo esto siendo tan joven?
– Creo que nadie ha dudado de mí por la edad. Es más, muchos artistas me han apoyado por ser joven. Y también las instituciones, que creo que deben estar para ayudar al emprendimiento.
– Pero un mánager que ve que un chaval quiere contratar a su 'estrella'...
– Yo he tenido la suerte de tener el aval de una empresa familiar dedicada a la música. Además, cuando empezamos, la industria de la música urbana no estaba tan avanzada y esos nos permitió abrirnos paso. También tengo la fortuna de llamarme igual que mi padre y, si me 'googleaban', veían su cara (ríe).
– Su padre, saxofonista y profesor de conservatorio, promovía eventos musicales para festejos populares y usted se ha pasado al macrofestival. ¿Es subir de Segunda a Primera?
– No, no. Considero cualquier tipo de representación artística al mismo nivel, a todas se les debe respeto. Se trata de dar a las personas acceso a la cultura.
– Música urbana, reguetón, trap, electrónica... ¿Por qué?
– Investigué el mercado y vi que si queríamos tener éxito debíamos adecuarnos a la tendencia. Vamos a la moda de cada año y eso se consigue informándose muy bien de lo que le gusta a la gente y lo que le va a gustar en el futuro, porque ya estamos trabajando en la edición de 2024.
– ¿Cómo se logra adivinar esas tendencias y acertar?
– Hay que especular porque tienes que clavar lo que le va a gustar mañana. Ahora, un artista puede estar dos meses en lo más alto y dos meses después caer en el olvido. Eso antes no pasaba. En los 80 o los 90 las estrellas duraban años y años y copaban las listas. Es un reflejo de nuestra sociedad. Por ejemplo, para este 'Holika' apostamos por Saiko. Cerramos su contratación en septiembre del año pasado después de ver su crecimiento orgánico en redes y plataformas... Y hemos acertado.
– ¿A usted le gusta la música de su festival?
– Cuando era más joven era súper crítico con el reguetón y saltaba a la yugular del que lo defendiese. Pero empecé a conocer su origen, su contexto y a darme cuenta de que si tiene éxito es por algo. Hay que respetar. Por ejemplo, mi padre lo ve desde otro punto de vista pero, de repente, en el festival te dice 'vaya show el de este artista'. Y me encanta ver a una persona de una generación diferente disfrutando de una sesión de electrónica dura.
– ¿Por qué hay tantos festivales? ¿Se va a pinchar la burbuja?
– Hay muchos porque existe un público muy diverso, con edades o géneros concretos. Y también porque salen muy baratos a las administraciones. Los festivales cuentan con inversión privada, atraen a mucha gente y repercuten muy positivamente en la economía de una ciudad o una zona. Creo que los festivales han dado un empujón muy fuerte a la cultura y tienen mucho futuro por delante. Eso sí, si los juntamos todos en las mismas fechas podemos reventar el calendario.
– Cuando nació el germen de lo que hoy es 'Holika', usted participaba también como músico. ¿Qué daría por verse en el escenario?¿Se contrataría?
– Era un proyecto muy personal y en él quería representar mi trabajo como músico con una sesión de electrónica con percusión. Pero la preparación para actuar dignamente me quitaba tanto tiempo para otras necesidades del festival que tuve que parar. Me he planteado muchas veces volver, pero me da vergüenza porque subir al escenario exige muchas horas, mucho trabajo. Ahora mismo no me veo a la altura de mi festival. No cumplo con las premisas en cuanto a número de oyentes o de seguidores (ríe). Pero ojalá, si algún día consigo delegar, pueda hacerlo.
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