Estrella del Norte

En esta embarcación convertida en alojamiento, semejante a un estudio por las dimensiones del interior del camarote (16 metros cuadrados), puede sentirse uno marinero al menos por un día, a 70 euros la noche en julio y agosto, con lo esencial para no preocuparse: cocina con electrodomésticos (microondas y frigorífico incluido), baño con ducha a babor, dos sofás cama y un espacio convertible en cama supletoria.

La hospedería flotante cuenta con una terraza útil de 10 metros cuadrados y balcón con vistas a la montaña y la ría. «Actualmente está inhabilitado para navegar, solo se puede alquilar para disfrutar del alojamiento. Surgió por circunstancias especiales...me quedé solo como patrón de tres barcos y decidí que éste podía ser útil de otra manera que no fuera la de navegar y hacerlo de alguna forma rentable, siguiendo el ejemplo de Ámsterdam y su convivencia con el agua», explica Carlos Rojo, uno de los responsables de la empresa de turismo activo náutico Trampalones. que cuenta que tras arreglar la embarcación a través de un proyecto de ingeniería, se encuentra adaptado como alojamiento desde 2011.

Los responsables del establecimiento permiten la estancia en compañía de mascotas, y sugieren que es interesante venir con niños para acercarse hasta el Museo del Jurásico, o bien disfrutar de las actividades que ofrecen por un precio extra. «Les sacamos a navegar en otro barco a través de la propia ría o en el entorno de Tazones así como la posibilidad de pescar diferentes tipos de piezas con nuestro equipamiento en el mismo hábitat», indica Rojo, que presume de la puntuación obtenida por los usuarios en la plataforma Booking y del auge de estas casas flotantes ofrecidas para pasar la noche en distintas puertos españoles: «Nosotros el año pasado estuvimos ocupados 202 días, nada mal para una cosa así». Visto lo visto, no parecen pocos los que se animan a estos planes alternativos y romper con la rutina con un extra de sal.