Hace tiempo que en los hogares españoles hay más perros que menores de 15 años. Concretamente, dos millones más de canes que de niños. Pero las mascotas también tienen unas necesidades que sus dueños, sobre todo los primerizos, no siempre entienden. ¿Qué pasa si de ... repente no se deja tocar? ¿O si se pone a deambular por la casa? ¿Cómo se puede saber si le pasa algo? «Reconocer los principales comportamientos de los perros es importante para saber cómo debemos reaccionar ante las diferentes situaciones que se nos puedan presentar», explican los autores del diccionario canino Dukier, una guía elaborada por especialistas en psicología canina «con el fin de interpretar mejor los sentimientos y necesidades de los perros según su expresión corporal o las diferentes formas de ladrar o gruñir».
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Aunque si se le pregunta a los dueños de los peludos, la mayoría seguro que dirá, medio en broma medio en serio, que a su perro solo le falta hablar, no está de más conocer «algunos gestos, sonidos y movimientos que tienen siempre un significado y que nuestras mascotas esperan que interpretemos». Aquí algunos ejemplos.
Las orejas son «un elemento importante» en su comunicación, tanto con nosotros como con otros perros. «Por ejemplo, si las coloca hacia atrás puede indicar miedo o sumisión y si, además, las aplasta es porque se siente incómodo o amenazado por alguna situación. Por otro lado, si las pone erguidas suele señalar curiosidad, atención o que se encuentra en estado de alerta», explican en el diccionario Dukier, tienda 'online' especializada en complementos para perros y gatos
Si da tirones a la correa ante un ruido, un coche o una persona puede que el perro tenga miedo, «pero si se trata de una conducta habitual sin motivo aparente, indica que el perro tiene estrés o ansiedad». Una manera de rebajar la tensión es «mantenernos calmados durante las salidas, no excitarlo demasiado y practicar técnicas de relajación (que se tumbe, se mantenga quieto un rato...) antes de salir a la calle», insisten los expertos.
Si alguna vez se ha encontrado a su perro vagando por la casa en plena madrugada o se ha dado cuenta de que le resulta imposible dormir del tirón, no descarte que sufra de insomnio. «No es un trastorno frecuente, pero se dan casos. Los perros no suelen tener problemas para acoplarse a los horarios de la familia con la que conviven. Sin embargo, con el paso de los años sus ciclos de sueño cambian y, en algunos casos, desarrollan una enfermedad parecida a la demencia senil humana que cursa, entre otros síntomas, con episodios de insomnio», señala María Luisa Fernández Miguel, vocal de la Organización Colegial Veterinaria Española (OCV). Si camina en círculos antes de tumbarse significa que «está tratando de encontrar la posición más cómoda o también puede que lo haga para marcar su territorio y poder descansar más traquilo», añaden los psicólogos caninos.
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La posición de la boca y de la cola también da mucha información sobre cómo se encuentra un perro. Si está contento tendrá la boca abierta e incluso jadeará. Ahora bien, si la estira hacia atrás puede indicar que está incómodo o dolorido por algo y si arruga el hocico y gruñe, ojo, porque lo más probable es que esté a punto de morder. Una cola erguida y rígida también revela una posición de ataque, mientras que si la mete entre las piernas significa todo lo contrario. «Cuando, por ejemplo, mueve la cola en círculos lo más probable es que quiera mostrarnos algo concreto o su lugar favorito para hacer sus necesidades», coinciden los expertos.
Evidentemente, si un perro se niega a moverse es señal inequívoca de que algo le pasa: no se encuentra bien, está cansado... pero también puede ocurrir que sea consecuencia de un exceso de peso. «La obesidad no solo disminuye la inmunidad de los perros y gatos –son más propensos a contraer infecciones–, sino que también afecta a sus articulaciones, causándoles daño e inflamación. Este es el origen del círculo vicioso en el que el animal se niega a moverse porque se siente incómodo y, cuanto más peso gana, menos ejercicio hace. También predispone a enfermedades cardiovasculares, respiratorias y urnarias», advierte María Luisa Fernández.
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Que un perro se coma sus propios excrementos es una conducta que suele escandalizar mucho a los dueños, sobre todo a los primerizos, pero que es «absolutamente normal» en el mundo perruno. No obstante, también puede esconder un problema de malnutrición y, en algunos casos, de conducta (estrés). «Tampoco debe preocuparnos que chupe la comida antes de comerla. Es una manera de marcar su territorio».
Cuando un perro no se deja tocar en una parte concreta de su cuerpo e incluso amenaza con morder suele ser porque esa zona le duela. «Si, además, se lame excesivamente una parte específica y esta conducta se alarga en el tiempo, lo mejor es consultar con un veterinario», aconsejan en el diccionario de Dukier.
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Los cambios en la alimentación o en la manera de beber también suelen esconder problemas de salud (dificultades para tragar, enfermedades...). «En este caso, es fundamental vigilar a la mascota».
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