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Prácticamente la mitad de los hogares españoles (45%) tiene una caldera de gas natural. Sin embargo, el mantenimiento de este tipo de aparatos genera muchas dudas entre los usuarios. ¿Cada cuánto se revisan?, ¿quién lo hace? o ¿cuánto cuesta? son preguntas habituales en muchas casas. « ... En la actualidad, el Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios (RITE) exige la revisión obligatoria de las calderas domésticas de calefacción, agua caliente y climatización cada dos años. Ahora bien, como la revisión implica una serie de costes y molestias, no todas las viviendas cumplen esta obligación a rajatabla. Y las comunidades autónomas, que son las encargadas de vigilar que la normativa se cumpla, tampoco es que pongan mucho empeño de su parte», lamentan desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
La revisión de la caldera debe solicitarla cada propietario, «salvo que se tenga contratado el mantenimiento. En ese caso, será el servicio técnico el que avise al cliente de que le toca pasar la inspección y le propondrá una fecha. Desconfíe de los 'técnicos' que se presentan en el domilicio sin avisar», alertan en el comparador especializado en compañías energéticas Selectra. Y esto nos lleva a la siguiente cuestión, ¿quién puede realizar las revisiones? «El mismo fabricante de la caldera, un profesional independiente pero autorizado o la propia compañía del gas, como un servicio adicional del suministro», enumeran en la OCU.
Caldera de gas (cada 2 años) «La revisión comprueba que la caldera es eficiente, segura y que no supera el nivel de emisiones de monóxido de carbono (CO) y óxidos de nitrógeno (NOx) autorizados. Puede realizarla la compañía de gas o de la luz, el fabricante o un profesional independiente», explican en la OCU.
Bomba de calor (cada 4 años) La revisión es obligatoria para los aparatos de menos de 12 kilovatios «y en ella se comprueba su eficiencia y ausencia de fugas del refrigerante, entre otros reconocimientos».
Calentador de agua (cada 5 años) Estos aparatos tampoco se libran de la revisión. «En los calentadores de hasta 24,4 kilovatios es importante medir los niveles de gases y evitar revocos, que es una anomalía muy típica que se produce cuando los gases no efectúan bien su salida hacia el exterior». Si la potencia está comprendida entre 24,4 y 70 kilovatios, «la revisión se tiene que hacer cada dos años», añaden en Selectra.
Caldera de gasoil o pellets (cada año) «La frecuencia habitual es anual, a no ser que el fabricante del aparato especifique un plazo más corto en sus instrucciones».
«A grandes rasgos se podría decir que la inspección de los fabricantes se centra más en las averías de la propia caldera (son los que mejor la conocen), mientras que la del servicio de la comercializadora tiene más en cuenta toda la instalación», coinciden los expertos. Aunque las revisiones se tienen que hacer cada dos años, la mayoría de los contratos de mantenimiento que ofrecen las compañías y los fabricantes de calderas incluyen y cobran una inspección al año, por lo que suelen ser las opciones más caras: una media de unos 120 euros al año en el primer caso y 140 en el segundo, según un estudio de mercado realizado por la OCU. En el caso de los técnicos independientes, la tarifa media es de 96 euros cada dos años. «Ahora bien, el usuario debe ocuparse de hacer todas las gestiones y puede verse desprotegido en caso de avería, puesto que la reparación puede costarle más que el mantenimiento anual que cobran fabricantes y comercializadoras», advierten en Selectra.
Explican en la OCU que «el periodo de garantía de las calderas es de tres años para las compradas a partir de enero de 2022 y de dos para las anteriores. En ese tiempo, el fabricante se tiene que hacer cargo de reparar los defectos de origen, pero esto no afecta a las revisiones, que siguen siendo obligatorias. De hecho, pasar la inspección puede ser un requisito para aplicar la garantía».
Las revisiones suponen un importante desembolso económico para las familias, pero también una mejora de la eficiencia del aparato. En otras palabras, un correcto mantenimiento de la caldera «reduce en un 10% el consumo de gas, lo que se traduce en un ahorro de 72 euros al año si se tiene contratada la tarifa de último recurso (TUR) y bastante más con las tarifas más caras. Además, las inspecciones no solo tienen en cuenta la eficiencia de la caldera, sino que también comprueban la seguridad del aparato», recuerdan.
Al margen de las revisiones periódicas de los aparatos (calderas, calentadores...), también es obligatorio realizar una inspección de la instalación de gas canalizado cada cinco años para comprobar que la red es segura. «Se verifica que no hay fugas en las conducciones, que todas las llaves de paso abren y cierran bien, que hay suficiente ventilación en las zonas de combustión...», especifican en la OCU. Esta comprobación la puede realizar la compañía distribuidora del gas o una empresa habilitada para ello. «Las tarifas máximas están reguladas por cada comunidad autónoma y el precio medio es de 50 euros, que se abonarán con la factura del gas. Si la instalación es de bombona de butano, el usuario debe buscar y pagar directamente al profesional».
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