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Iratxe Bernal
Miércoles, 16 de abril 2025, 19:00
Vas a utilizar tu vehículo estas vacaciones para realizar trayectos más largos de lo habitual? Si es así –y sin importar si conducimos a diario ... o hace mucho que no movemos el coche– hay una serie de comprobaciones básicas que pueden evitarnos un dolor de cabeza en carretera. Atiende, que son pocas y muy facilonas.
Primero, el aceite, fundamental para evitar que las piezas del motor se desgasten. En frío y con el vehículo estacionado en plano, debemos mirar si el nivel se encuentra entre los umbrales que nos indica el fabricante. Si no puedes realizar la comprobación a través del cuadro de instrumentos y recurres a la varilla de toda la vida, límpiala y repite la medición varias veces porque la primera puede ser errónea. «Si el nivel está por debajo del mínimo indicado y hay que rellenar el depósito es importante no mezclar aceites de diferentes densidades y utilizar el especificado en el manual del coche», explica Sergio Bermúdez, experto en postventa técnica de Clicars.
Después hay que fijarse en el nivel del anticongelante, que evita que el motor se sobrecaliente. «No importa si vamos a un destino de frío o de calor; lo que cuenta es el esfuerzo que le estamos pidiendo al motor. En este caso es aún más importante no rellenar con cualquier anticongelante porque podemos generar reacciones químicas que acaben produciendo obstrucciones», advierte Bermúdez.
Nos queda el líquido de frenos, que puede ser indicador de todo un problema. «Cuando las pastillas se desgastan, el líquido ocupa el espacio que éstas van dejando libre. De modo que si está muy bajo puede indicar un excesivo desgaste de las pastillas de freno. En realidad, este líquido sólo hay que rellenarlo en dos ocasiones y en ambas tendremos que acudir al taller: cuando sabemos que hay pérdidas por alguna avería o cuando cambiamos todos los frenos, que hay que dejarlo en el máximo», señala el experto. Y hablando de los frenos, también conviene revisarlos si hay que hacer mucha fuerza al pisar el pedal o si éste se va muy hacia abajo.
Una revisión completa requiere herramientas especializadas, pero con sólo un vistazo también podemos detectar problemas. En concreto vamos a fijarnos en dos cosas. Primero, que los bornes de la batería –las partes metálicas donde se conecta el sistema eléctrico– estén limpios, sin rastro de la corrosión que a veces vemos en las pilas en mal estado. Segundo, que las gomas de las correas de transmisión no estén cuarteadas o rajadas. «Al motor no le va pasar nada si se rompen, pero te dejan tirado».
«Muchas veces los pellizcamos con los bordillos al aparcar y no le damos importancia, pero esas pequeñas lesiones en los flancos, que soportan el peso del coche, son el origen de la mayoría de los reventones», señala el experto de Clicars. Así que la primera recomendación es fijarse en el estado general del neumático, lo que por supuesto también incluye la banda de rodadura. «En algunos coches se desgasta más por el interior que por el exterior, así que mírala al completo», explica Bermúdez, quien nos recuerda que todos los neumáticos cuentan con indicadores de desgaste. Son esos salientes de goma –a menudo señalados con las letras TWI– que se ven en las ranuras principales de la banda de rodadura. Si están al ras del resto de la superficie ya toca cambio.
Por último, hay que comprobar la presión porque si llevamos pasajeros y equipajes necesitaremos una más alta que en el día a día. «Hay que mirar la recomendación del fabricante en el manual del coche o en la plaquita que va en la puerta del conductor y, después, ir a una gasolinera para calibrarla. Ojo, porque no hay que hacerlo nada más llegar, hay que dejar que los neumáticos se enfríen», recomienda el especialista.
¿Cuánto hace que no compruebas las luces antiniebla? «Hay gente que ni sabe ponerlas y en Semana Santa son importantes porque la climatología es muy cambiante», explica Bermúdez, quien también indica la necesidad de comprobar el estado de las carcasas de todos los faros. «Si llueve y nos entra agua se puede fundir un fusible. No afecta a la conducción, pero nos impediría continuar la marcha».
En cuanto al limpiaparabrisas, como las correas del motor, las gomas de las escobillas tienen que mantenerse flexibles. Por otra parte, hay que rellenar el depósito, y si es con algún líquido específico mejor que con agua, que a veces tiene mucha cal.
Puede parecer algo menor pero en un viaje largo el confort es fundamental para conducir seguros. Comprueba que vas a poder poner en cada momento la temperatura con la que te sientas más a gusto.
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