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Qué socorrido es ir al súper y, en un breve paseíto, ir llenando el carro con todo lo necesario. Lo malo es que esa comodidad a veces se paga... y no con dinero. Aunque en estas grandes superficies hay productos de calidad, algunos son mucho ... peores que los hechos en casa o los que se pueden adquirir en carnicerías, pescaderías y fruterías. Es decir, que pierden mucho, muchísimo. Los expertos nos apuntan algunos de ellos.
Este es uno de los sacrilegios máximos. «Casi siempre son preparados de carne, no carne como tal. Les echan emulgentes para que se moldeen mejor a la hora de hacer hamburguesas y albóndigas. Y luego, muchas veces crees que es sólo ternera y lleva una buena proporción de cerdo. Mucho mejor ir a una carnicería y que te la piquen al momento», aconseja Miguel Herrero, doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y científico del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (CSIC).
Son muy fáciles de hacer en casa, pero las prisas... Por eso mucha gente los compra envasados. Si es así, al menos rebusca un poco en las estanterías del súper y lee bien las etiquetas. «La mayoría son liofilizados (de polvos) y luego reconstituidos con agua», lamenta Giuseppe Russolillo, presidente de la Asociación Española de Nutrición y Dietética. Él aconseja hacerlo en casa o buscar alguno, que los hay, que se prepare hirviendo los ingredientes. «Son más caros, pero mejores», indica, porque tienen menos sal y grasas.
La salsa de tomate del súper tiene mucho azúcar para corregir la acidez y la cantidad de sal. «Lo mejor es hacerla en casa o, si no, optar por un tomate triturado natural, que puede tener ácido cítrico, que hasta aporta vitamina C –apunta Herrero–. Pero las pastas de tomate y los botes de tomate frito llevan muchos añadidos. Y ya no hablemos de salsas barbacoa, ketchup... Son todo azúcar».
No es que las del súper sean malas. Lo que ocurre es que, en muchas ocasiones, nos perdemos otras mejores que tenemos muy cerquita por no molestarnos en buscar. «Merece la pena localizar sitios donde traten con pequeños proveedores, gente de la zona que tiene productos excepcionales y de temporada», anima Russolillo. Según él, así no sólo se frena el cambio climático, porque no te comes algo que ha hecho miles de kilómetros, sino que también es mejor para la salud: los fieles de los productos de proximidad tienen un índice de masa corporal mejor.
Pillas la bandeja y los ves con tan buen color y ya cortaditos... «Pero no tienen nada que ver con un filete de pollo o pavo que te puedas comprar en una carnicería o pollería», comentan responsables de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Las bandejas del súper suelen contener filetes con peor calidad en la proteína, con más sal y más agua añadida.
Si es usted fan de este producto, le vamos a dar un buen susto. Cinco o seis picatostes de nada tienen... ¡100 calorías o más! Y la gente se los echa a la ensalada con la que pretende 'cuidarse'. «Son supercalóricos», alerta el científico del CSIC. Los hechos en casa no es que sean adelgazantes, pero sí más sanos.
«Esto sí que no lo compraba yo ni loco», asevera Herrero. «Sólo tienen un 1,5% de stevia. No he visto ninguno que supere el 3%. El resto son otros edulcorantes. Así que de natural no tiene nada. Mientras la ley lo permita, se aprovechan», lamenta el científico.
Los expertos de la OCU consideran que, en general, las que se venden en grandes superficies tienen ingredientes de muy poca calidad, sobre todo la masa y el queso, «que a veces es un preparado lácteo que ni siquiera se puede llamar queso». En casa es muy fácil hacerlas.Pero, ojo, si le va a echar queso, rállelo usted mismo. Los envasados muchas veces no son del tipo que se indica y les añaden celulosa para que no se apelmacen.
Los del súper y la mayoría de las panaderías son industriales.A algunos les echan blanqueantes. Si rebuscamos, encontraremos algún obrador tradicional y apreciaremos la diferencia. «Para empezar, por lo que tarda en quedarse duro. Es por la retrogradación del almidón. Al fermentar la masa más tiempo, el pan se conserva más», dice Herrero.
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