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Seguro que a estas alturas ya ha pensado en qué va a gastarse la paga extra de verano, si no se la ha fundido ya. ¿En las vacaciones? ¿En el campamento de los niños? ¿En gastos cotidianos como la hipoteca o para cambiar la lavadora ... que se le acaba de estropear? Aunque también puede pasar que las dos o tres bodas que tiene por delante se la lleven enterita... Pues bien, debe saber que los expertos en economía doméstica desaconsejan recurrir a las pagas extraordinarias de julio y diciembre para afrontar todos estos gastos. «Lo ideal para la salud de nuestra econonía es hacer como que no existen y ahorrarlas íntegramente siempre que sea posible, pero una cosa es la teoría y otra la realidad de las familias en un contexto de precios disparados y subida de las cuotas de la hipoteca», admite Pepe Maciá, experto en finanzas personales.
A su juicio, uno de los 'problemas' es que la economía de los hogares se suele gestionar con una fórmula equivocada. «Las familias normalmente funcionan con la idea de que 'ingresos menos gastos es igual a ahorro' cuando lo que se debe hacer es 'ingresos menos ahorro igual a nuestro nivel de vida'. Es decir, se tiene que priorizar el ahorro para poder organizarnos sin demasiados sustos».
En este sentido, los economistas recomiendan tener siempre en la cuenta corriente «un colchón de seguridad equivalente a entre tres y seis veces los ingresos mensuales, incluidas las pagas extras prorrateadas. Es decir, si la familia cobra 2.000 euros al mes, el saldo de la cuenta debería tener entre 6.000 y 12.000 euros. De esta manera, si la cuota de la hipoteca nos sube 200 euros, podemos tirar de ese colchón para afrontar el gasto sin comprometer nuestra seguridad financiera», aconseja Pepe Maciá.
Pero en este contexto económico, no cabe duda de que el ingreso adicional que supone la paga extraordinaria de verano «representa un respiro financiero que contribuye a mantener la estabilidad económica de muchas familias. El incremento de los precios de bienes esenciales como la vivienda o los alimentos deja a los trabajadores con menos margen para destinar parte de su 'extra' al ahorro, puesto que gran parte de sus ingresos los destinan ahora a cubrir los gastos cotidianos», argumentan en la plataforma de ahorro Raisin, que acaba de publicar un estudio para conocer en qué invierten los españoles la paga extraordinaria de verano.
Prácticamente la mitad de los encuestados (47%) asegura que destinará parte de estos ingresos a las vacaciones, aunque admite que el presupuesto será bastante más ajustado que el del año pasado. De hecho, la siguiente partida que más dinero se lleva es el ahorro (20%), seguida de las pequeñas reformas en el hogar (14,3%) y el pago de deudas, incluidas las tarjetas de crédito (14%). «Aunque no es la partida que más porcentaje de la nómina se 'come' (9%), más de la mitad de los entrevistados reconoce que este año dedicará una mayor cantidad de su paga extra a cubrir los pagos de la hipoteca.
Pepe Macià
Experto en finanzas personales
«En conclusión, la tan esperada paga extraordinaria ha perdido parte de su potencial como herramienta de ahorro debido a la creciente inflación y el aumento en el coste de vida. Aunque tradicionalmente se ha considerado como una oportunidad para sufragar gastos imprevistos, disfrutar de unas merecidas vacaciones o asegurar un futuro financiero estable, los resultados de la encuesta revelan una realidad preocupante», destacan en Raisin.
De hecho, solo un 5% de las personas entrevistadas destinarán la paga íntegra al ahorro, mientras que la gran mayoría apenas podrá ingresar parte de la 'extra' en su cuenta bancaria este verano. Un truco de experto para optimizar los ahorros. «Si cada noche dedicamos un par de minutos a llevar los gastos al día (los podemos apuntar en un Excell), vamos a controlar mucho mejor nuestras finanzas. En este sentido, es fundamental mantener a raya los llamados 'gastos hormiga' (el café, la bolsa del súper, las chuches...) y los 'gastos vampiro' (la cuota del gimnasio al que no vas, la tarifa del móvil que no has revisado...)».
Las pagas extras, que generalmente se cobran en diciembre y en julio, son una particularidad del mercado laboral español. En otras partes del mundo, los empleados reciben su salario a final de mes, por semanas o incluso cada quince días, pero es muy raro que lo hagan en catorce veces, la fórmula más frecuente en nuestro país. Se cobre de una manera o de otra, la cantidad bruta que se ingresa en la cuenta del trabajador en un año es la misma. De hecho, desde el punto de vista impositivo se paga exactamente lo mismo. Ahora bien, si somos más caóticos con nuestras finanzas y nos cuesta ahorrar, «tal vez la mejor opción sea la de cobrar las pagas extraordinarias en dos veces en lugar de prorratearlas a lo largo del año», coinciden los expertos en economía doméstica.
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