Cómo renovar el aire de casa (además de abrir las ventanas)

La preocupación por el aire late en otras sociedades como la asiática, donde la contaminación ha hecho que casi todo el mundo cuente con aparatos para purificar el ambiente en casa. En la última feria de tecnología CES, celebrada en Las Vegas en 2019, estos dispositivos fueron los reyes de la edición. Algunos ya son robots autónomos que se mueven por casa para detectar y eliminar partículas nocivas. En España, esta preocupación no existía. Hasta que llegó el Covid-19.

En nuestro país, la apertura de ventanas para que corra el aire, y así renovar el que esté viciado dentro de forma constante, es el recurso natural más económico y eficaz. Pero cabe preguntarse, sobre todo de cara a las celebraciones navideñas en casa con las temperaturas gélidas que ya asoman, si existen más formas de que las casas 'respiren'.

Hay algunas que ya lo hacen porque en origen fueron concebidas para que así fuese. Arquitectos de talla internacional como Norman Foster tiran de virtuosismo al diseñar edificios donde la ventilación se logra sin necesidad de apoyo mecánico. Un ejemplo es su cúpula del Parlamento alemán, cuyo efecto chimenea desplaza hacia arriba de forma constante el aire caliente del interior a través de un tubo central, para finalmente salir por la cubierta.

Pero, ¿qué sucede cuando hablamos de las viviendas u oficinas del común de los mortales? José López-Padrón, coordinador del Comité de Expertos en Ventilación del Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial de España (COGITI ), cree que el mejor sistema, más que abrir ventanas, es contar con aparatos mecánicos de ventilación de doble flujo. Es decir, un sistema que lleva el aire desde el exterior al interior y, a su vez, expulsa hacia fuera el ya viciado de dentro, en una renovación constinua. Lo ideal es que sea expulsado por la cubierta, pero también se podía por la fachada.

Desde 2008, el nuevo Código Técnico de la Edificación obliga legalmente a que las casas cuenten con estos sistemas. «Abrir las ventanas es muy eficaz, claro está; pero esto tiene un impacto negativo en la eficiencia, porque se tira toda la energía que has empleado en climatizar ese espacio cerrado. Y el cambio climático es algo que nos debe preocupar mucho», puntualiza este ingeniero. Pero no todas las casas estás construidas y concebidas con esta prioridad técnica.

Lo que queda, además del abrir de ventanas, es utilizar todos los recursos que brinda el mercado contra la expansión del coronavirus en espacios cerrados. En esta tesitura ha aumentado la demanda de dos aparatos: los medidores de C02 y los purificadores de aire. Los primeros determinan la concentración de este gas en interiores, medición que sirve para saber cuándo un ambiente cargado puede ser peligroso. Incluso los hay con alarmas que avisan de cuándo se ha superado el límite de lo aceptable. «Así podemos optimizar el gasto energético y el disconfort que produce el frío, al solo tener que abrir las ventanas cuando fuese realmente necesario», apunta López Padrón.

En cuanto a los purificadores de aire, los hay portátiles para ser utilizados en cada estancia que vaya a ser habitada. Pero tanto los fabricantes de estos aparatos como los técnicos advierten de que no deben ser entendidos como un recurso para relajar otras medidas de protección, tales como las mascarillas o las distancias de seguridad. «No son varitas mágicas, sino un complemento más, un recurso más», valora López Padrón.

Los hay de varios tipos. Los que hasta ahora han demostrado mayor eficacia son los de filtros HEPA, pero empiezan a aparecer en el mercado otros basados en la desinfección con luz ultravioleta. «Hasta ahora, esta técnica -que no es nueva-, se empleaba para pasar una lámpara por una estancia vacía, desinfectarla y luego habitarla, ya que es perjudicial para los seres vivos. Lo hemos visto hacer en hospitales, el metro, etc. Pero nosotros hemos ideado un sistema que limpia con una lámpara de UV incorporada dentro del purificador. Así, el aire que atrae el aparato es desinfectado en el interior y sale libre de patógenos. Esto permite desinfectar de continuo y habitar la estancia al mismo tiempo con seguridad», explica Carlos Brea, responsable de Respirae, dispositivo creado durante la cuarentena que lleva una semana a la venta.

A diferencia de otros, este aparato no necesita cambios de filtro ni ningún otro mantenimiento. «Solo hay que enchufarlo para empezar a purificar, olvidándonos de intensidades o potencias», añade Brea, quien también recuerda que estos aparatos no son soluciones absolutas, sino complementos. Toda ayuda es poca y los purificadores son una más. El riesgo de contagio seguirá existiendo.