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Llevamos semanas con la cesta de la compra a vueltas. Con los precios disparados un 15% de media como consecuencia de la inflación, cada vez que pasamos por la caja del supermercado nos llevamos las manos a la cabeza... y a la cartera, cada vez más vacía también. Una compra básica, sin grandes caprichos ni primeras marcas, esas 'cuatro cosas' que metemos en la cesta se 'comen' ahora el presupuesto semanal de muchas familias, que se ven obligadas a hacer malabares con el mismo dinero con el que antes prácticamente llenaban el carro.
¿Qué podemos hacer entonces para no llevarnos esos sustos al pagar? Recetas para abaratar la cesta de la compra hay muchas y son más o menos conocidas por todos: comprar marca blanca, aprovechar las promociones, 'tirar' de congelados –casi siempre más baratos que los frescos–, comparar ofertas... Pero la clave para ahorrar en el supermercado no solo se encuentra en el precio. Comprar en exceso o volver a la tienda cuando todavía se tiene comida en la nevera o el congelador es uno de los agujeros por los que se escapa más dinero. «Porque, no nos equivoquemos. La carne más cara no es el solomillo, es la que se tira», ilustra con un ejemplo el nutricionista y tecnólogo de los alimentos Pablo Zumaquero.
El cocinero Fernando Canales nos propone dos platos 'diferentes' con los ingredientes básicos de nuestras dos cestas de la compra:
En este sentido, su colega Beatriz Robles insiste en «revisar detenidamente despensa, frigorífico y congelador antes de ir al 'súper' para no comprar dos veces lo mismo, además de aprovechar lo que ya tenemos antes de que caduque o se ponga malo. Tenemos que beneficiarnos de las ofertas sin caer en el desperdicio de comida». Estos son algunos consejos para llenar la cesta de productos saludables y evitar que el tique de la compra se dispare.
«Cuando vamos al 'súper' casi siempre terminamos comprando lo mismo. Hacemos la compra de manera automática y eso nos limita mucho tanto a la hora de probar cosas nuevas (muchas veces más baratas) como de cocinarlas (siempre igual). Por ejemplo, un producto muy habitual en todas las listas de la compra son los filetes de pollo porque son muy agradecidos y fáciles de preparar. Sin embargo, si te fijas bien en el precio del kilo, es la parte más cara. ¿Quieres gastar menos? Pide los cuartos delanteros, los contramuslos... son más baratos y es pollo igualmente. Lo que ocurre es que como su preparación nos lleva más tiempo, terminamos comprando los filetes... y pagando más», explica Zumaquero.
«Otras veces, lo que pasa es que nos empeñamos en comprar un producto concreto (merluza, melón, alcachofas...) cuando tenemos otro al lado igual de bueno a mitad de precio. ¡Compremos de oferta!», aconseja Beatriz Robles.
Garbanzos 1,99 euros
Lentejas 1,60 euros
Huevos 1,99 euros
Leche 0,78 euros
Copos avena 0,65 euros
Yogur natural (8 unidades) 1,13 euros
Espaguetis integrales 0,99 euros
3 barras integrales 2,25 euros
Jamoncitos pollo 3,79 euros
Troncos merluza congelados 2,89 euros
Zanahorias (1 kilo) 0,65 euros
Judías congeladas (1 kilo) 1,20 euros
Guisantes congelados (1 kilo) 1,45 euros
Lechuga 1,25 euros
Patatas 0,50 euros
Pera conferencia (1 kilo) 1,06 euros
Manzana golden (1 kilo) 1,39 euros
Aceite de oliva virgen 4,19 euros
TOTAL 29,75 euros
Fijarse bien en el precio del kilo de producto y no solo en el importe que figura en el cartelito de la estantería también nos ayuda a ahorrar. «En casi todos los supermercados, justo debajo del precio de venta y en pequeñito se especifica lo que cuesta el kilo y, muchas veces, nos llevamos verdaderas sorpresas. Nos dejamos llevar por ofertas como la siguiente: 'bolsa de zanahorias a 1,5 euros'. Lo metemos en la cesta porque nos parece barato y al mirar el precio del kilo nos encontramos con que nos sale bastante más caro que el mismo producto pero comprado a granel», advierten los expertos consultados.
Otro de los mantras que nos repiten hasta la saciedad para ahorrar un buen 'pico' es que compremos productos de temporada. Pero, ojo, porque de temporada significa que ese alimento está en su momento óptimo de consumo, no que sea barato. «El kiwi y el besugo, por ejemplo, son dos productos de temporada pero están por las nubes. Lo que tenemos que hacer para sacarle chispas al presupuesto es elegir los que tengan un precio más ajustado: las uvas, los higos, la manzana, el repollo, la calabaza, la sardina, el mejillón...», enumera Zumaquero.
Lechuga 1 euro
Zanahorias (1 kilo) 0,65 euros
Cebollas (2 kilos) 1,50 euros
Calabacines (1,2 kilos) 1,55 euros
Tomate (0,5 kilos) 1 euro
Pimiento verde (1 kilo) 1,65 euros
Banana (1 kilo) 1,25 euros
Peras (1,5 kilos) 2,10 euros
Patatas (1 kilo) 2,00 euros
Tomate triturado 0,95 euros
Lentejas 1,14 euros
Arroz 1,09 euros
Queso de Burgos (0,5 kilos) 1,74 euros
Albóndigas (400 gramos) 1,89 euros
Chicharro (500 gramos) 2,50 euros
Huevos XL 1,35 euros
Yogur natural (8 unidades) 1,26 euros
Leche entera 0,78 euros
Aceite de oliva virgen extra (0,5 litros) 2,55 euros
Vinagre 0,62 euros
Pan de molde integral 1,24 euros
TOTAL 29,81 euros
ros
Si los frescos nos disparan el precio de la compra, podemos recurrir sin problema a los productos congelados y conservas. «Desde el punto de vista nutricional, los ultracongelados son exactamente el mismo producto y casi siempre más barato», apostilla Robles. Eso sí, ten en cuenta que parte del peso es agua –unos 200 gramos por kilo aproximadamente–.
La expresión quizás es un poco exagerada, pero ilustra muy bien uno de nuestros grandes problemas: la gran cantidad de alimentos que terminan en la basura por comprar en exceso. Y eso se traduce también en dinero 'tirado'. «No podemos ir al supermercado a comprar dos kilos de carne fresca cuando tenemos cuatro congelados o más plátanos si el frutero está lleno. Acaba primero todo lo que tienes en casa, aprovecha también las sobras y, después, compra», insiste el nutricionista.
Beatriz Robles aconseja seguir la táctica FIFO ('first in, first out') en la gestión del congelador. Algo así como 'lo primero que entra es lo primero que sale'. «La comida tiene que guardarse bien etiquetada y con la fecha visible, porque a veces no sabemos si lo que hay en un túper es un puré, sopa o el caldo para un arroz. Y nunca, nunca meter más comida si antes no sacamos algo que tengamos dentro». Y un último consejo. «Cuidado con las ofertas 3x2 o los tamaños familiares, porque muchas veces, por ahorrarnos unos pocos euros, compramos de más y terminamos tirando comida».
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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