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La proa de los buques

La proa de los buques

ciencia en píldoras ·

Tenemos la idea de que la proa afilada es la mejor para navegar. No es así

Domingo, 23 de mayo 2021, 00:09

Tenemos la imagen de que la proa afilada de los buques, formando un ángulo agudo con la superficie del mar, es la más adecuada para la navegación. Sin embargo, hoy la mayoría de los buques tienen en su proa un bulbo de otras formas y ... tamaños. Es una protuberancia, normalmente sumergida, que mejora el comportamiento hidrodinámico del buque. Fue R.E. Froude quien observó en 1903 que la resistencia al movimiento en un torpedero, al que se le instaló un tubo lanzatorpedos en la parte baja de la roda, cuando navegaba con el tubo tapado disminuía respecto al barco sin el tubo. Poco después, D.W. Taylor, en 1907, proyectó el primer bulbo de proa con la intención de incrementar la velocidad del acorazado Delaware. En los 30 se publicaron varios estudios teóricos sobre la resistencia al movimiento por la formación de olas en la proa de los buques. Los resultados teóricos demostraban que el bulbo genera un sistema de olas que por superposición con las olas de proa del buque es capaz de atenuarlas y, por tanto, incrementar la velocidad. La atenuación se debe a que en esta superposición la cresta de las olas producidas en el bulbo coinciden con los valles o senos del sistema de olas de la proa del buque. Esta superposición reduce el tamaño de la ola y, como consecuencia, reduce también la resistencia al movimiento del buque. Se dice que esas olas están desfasadas. Si el bulbo no está bien diseñado, las olas del bulbo y las de proa pueden estar en fase: coincidir las crestas. En este caso, al superponerse se suman y la resistencia al movimiento es mayor que la del barco sin bulbo.

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