¿Qué pasa cuando las ondas electromagnéticas inciden sobre el cuerpo humano?

Cuando la materia absorbe las ondas, sus moléculas incrementan su energía de dos formas. En una de ellas, los átomos de las moléculas, que siempre vibran alrededor de sus posiciones de equilibrio, incrementan la amplitud de la vibración. En la otra, las moléculas, como un todo, comienzan a rotar. Ambos efectos producen un incremento de temperatura. Al cesar la radiación, las moléculas vuelven a su nivel más bajo de energía, el nivel fundamental. La radiación puede incrementar la energía de los electrones de los átomos haciéndoles saltar a un nivel de energía superior, pero sin perder su pertenencia al átomo, por ejemplo, en una escalera, subir un escalón. Sin embargo, cuando sobre el electrón inciden ondas electromagnéticas de muy corta longitud de onda (alta energía), el átomo pierde el electrón; se dice que se ha producido una ionización: el átomo se convierte en un ión químicamente activo. Esta transformación del átomo altera la molécula de la que forma parte y puede dañar algún proceso que depende de la integridad de esa molécula. La mayor parte de las ondas ultravioletas, las visibles y las de más alta longitud de onda no tienen energía suficiente para ionizar un átomo. Se llama radiación no ionizante. Las demás son ionizantes.

Describimos los efectos de las ondas electromagnéticas en el cuerpo humano partiendo de las de más larga longitud de onda: a nuestro cuerpo llegan ondas de radio, televisión y otras formas de comunicaciones, pero es transparente a ellas. Las microondas hacen rotar las moléculas y calientan los tejidos internos, pero cuidado, también pueden causar cataratas. Las ondas infrarrojas hacen vibrar las moléculas y su efecto fisiológico es el calentamiento, lo que hace que se nos queme la piel al tomar el sol sin precaución. La luz visible es fuertemente absorbida por el cuerpo humano y produce saltos en los electrones de los átomos, pero su energía no es suficiente para expulsarlos del átomo, por lo que no produce ningún efecto apreciable. Las ondas ultravioleta son fuertemente absorbidas en la piel excitando a los electrones. Las de energía más baja no expulsan a los electrones de los átomos, pero producen calentamiento en la piel (de nuevo el sol) y daño en la retina. Las ultravioletas de pequeña longitud de onda ionizan los átomos, alteran las moléculas y pueden producir cáncer de piel. Los rayos X y los rayos gamma penetran mucho en el cuerpo humano y producen ionización. Modifican moléculas y, como consecuencia, pueden producir mutaciones y cánceres de diferentes tipos.