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Antonio Cerdán vigila un espeto de sardinas y tres de pulpo en las brasas de su barca en el chiringuito María de Málaga. A. G.
Antonio Cerdán: «Pero con este olor a sardinas, ¿dónde voy a ir?»

Antonio Cerdán: «Pero con este olor a sardinas, ¿dónde voy a ir?»

Los sin verano ·

Lleva 15 años dedicándose a los espetos en un chiriguito de Málaga por lo que asegura «que esto es más duro de lo que la gente se piensa»

Antonio Gómez

Viernes, 7 de agosto 2020, 00:07

Antonio Cerdán tiene varias formas de avisar de que el espeto está listo: hace sonar una campana, grita el nombre de algún compañero o sale de su puesto para entregarlo él mismo en la mesa. Todo con tal de que el pescado (sardinas y pulpo ... sobre todo, «aunque me han pedido cualquier comida que puedas imaginar») no se enfríe y pierda el toque que le dan las brasas de su barca en el chiringuito María de la popular playa de la Misericordia, en Málaga. Tiene 39 años y lleva desde los 15 dedicándose al viejo arte del espeto, aunque intentó ganarse la vida como montador de neumáticos, «porque esto es más duro de lo que la gente puede pensar».

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