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La finca 'El doctor', en Ciudad Real, encierra las instalaciones secretas de formación del CNIÓscar B. de Otálora
Sábado, 8 de agosto 2020, 00:09
Todo lector adicto a las obras de John le Carré recordará una palabra mítica en sus novelas: Sarrat. Este es el lugar secreto de Inglaterra en el que los servicios de inteligencia británicos entrenan a todos sus agentes, la academia en la que enseñan a ... vigilar, mentir y robar información reservada. De vez en cuando, el maestro de espías George Smiley acude a sus instalaciones a ofrecer clases magistrales y dejarse llevar por la melancolía de la Guerra Fría.
El Sarrat español se oculta en Ciudad Real. Su nombre no puede estar más en consonancia con ese extraño mundo de palabras en clave. La academia patria de espías se ha bautizado como 'El doctor'. Se trata de una finca que utiliza el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) que comenzaron a utilizar los servicios secretos alemanes en los años sesenta, cuando estaban a cargo de un siniestro personaje: Reinhard Gehlen, exnazi con un dudoso pasado durante la Segunda Guerra Mundial.
1950 Gehlen fue nombrado ese año jefe del espionaje alemán pese a su pasado nazi.
'El doctor' se emplaza a la orilla de una carretera comarcal entre Manzanares y Bolaños de Calatrava. Como no podía ser de otra forma, cuando se intenta ver el terreno desde el aire, a través de la aplicación Google Earth, lo que se divisa es una zona sombreada en la que se adivinan caminos interiores. El CNI, como otras instituciones 'especiales' a lo ancho del globo, siempre ha ocultado la exhibición de sus instalaciones. Obviamente, no están abiertas al público.
La historia de 'El doctor' es oscura. ¿Cabía otra posibilidad tratándose de lo que se trata? La finca sirvió a los servicios secretos alemanes para emplazar una red de escuchas planetaria. El Gobierno del general Franco, implicado también en la lucha contra el comunismo, les permitió dar forma al recinto, en el que, según diversas fuentes, se dispusieron incluso alojamientos subterráneos como refugio en caso de estallar una guerra nuclear. Con el paso del tiempo, el terreno pasó a manos del Ministerio de Defensa, que cedió su uso al CNI.
El espía alemán que se puso a los mandos de 'El doctor' fue un mayor general de la Wehrmacht que llegó a ser jefe de contrainteligencia del Frente Oriental durante la Segunda Guerra Mundial. Tras la derrota de Alemania, los nortea¬mericanos le recuperaron para utilizar sus conocimientos en las labores de espionaje a la Unión Soviética y realizar trabajos sucios para los aliados. Pese a su pasado nazi y al hecho de reclutar a antiguos camaradas, supuestos criminales de guerra, para su organización, Reinhard Gehlen fue nombrado en 1950 jefe de los servicios secretos del nuevo Estado alemán.
Ghelen era un personaje contradictorio; para algunos, quizás solo chapucero. El escritor e investigador Max Hastings, en su obra 'La guerra secreta', afirma que se trataba de un general pagado de sí mismo a quien el servicio secreto ruso manipuló durante la contienda bélica por medio de agentes dobles. Desde su perspectiva, se parecía más a un perdedor de Le Carré que a un Bond teutónico.
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