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Un nutrido grupo de sojueleros acudió al lavadero para apoyar que su pueblo sea proclamado el mejor de La Rioja. :: JUAN MARÍN
Sojuela, un tesoro ecológico de altura
MI PUEBLO ES EL MEJOR / SOJUELA

Sojuela, un tesoro ecológico de altura

Los vecinos cuidan con orgullo su patrimonio natural y tratan de promocionarlo con sendas, la fiesta de las neveras y el diseño de sellos El amplio rango de altitudes del término da lugar a una increíble biodiversidad avalada por premios

PILAR HIDALGO valleiregua@larioja.com

Martes, 24 de septiembre 2013, 01:45

De 500 a 1.400 metros de altitud en 15,15 kilómetros cuadrados de superficie. Del clima mediterráneo de las zonas bajas pobladas por viñas al ambiente atlántico que se respira en las inmediaciones de la cumbre del Moncalvillo. Así es Sojuela, un municipio de unos 260 habitantes censados asentado en las faldas de este sistema montañoso y situado a 14 kilómetros de Logroño.

La diferencia de altitudes está detrás de la heterogeneidad paisajística de Sojuela y de la riquísima biodiversidad que encierra. Un amplio espectro de panorámicas que se percibe desde los dos núcleos que componen el pueblo: el tradicional, ubicado a unos 650 metros, y el más moderno, correspondiente a la urbanización del campo de golf, a 900 metros sobre el nivel del mar. El valioso patrimonio natural de esta localidad constituye la mayor seña de orgullo de los muchos vecinos de Sojuela que se congregaron una tarde en el lavadero para respaldar que el municipio sea designado como mejor pueblo de La Rioja.

«Sojuela tiene unos valores naturales no sólo reconocidos a nivel regional, sino también internacional», destaca Miguel Ramón Pajares, alcalde y promotor de la candidatura de Sojuela. Pajares apoya su afirmación en el galardón que la localidad obtuvo en el 2010, Año de la Biodiversidad, en el que cosechó el tercer premio nacional Life-Capitales de la Biodiversidad para municipios de menos de 1.000 habitantes.

La distinción reconoció el gran esfuerzo investigador realizado por Tomás Latasa y Salvador Peñalva en el campo de la entomología. Estos dos expertos emprendieron entre el 2008 y el 2010 un censo de odonatos (libélulas y caballitos del diablo), en colaboración con el Ayuntamiento y los vecinos, que reflejó que el término cobijaba al 46% de estas especies con presencia en La Rioja y al 29% de las existentes en toda la Península Ibérica. En los mismos años también llevaron a cabo un censo de lepidópteros (mariposas) que indicó que Sojuela albergaba al 51% de los ejemplares que revolotean por la región y al 32,6% de los que lo hacen por el resto de la Península. «Esto demuestra que Sojuela y su entorno constituyen un foco importante para la biodiversidad, ya que muchas de estas especies de insectos son bioindicadores de calidad del medio ambiente», subraya el primer edil. La sensibilidad de los vecinos de Sojuela y el interés por poner en valor su patrimonio natural motivó que se desarrollaran varias acciones para promocionarlo como postales y unos matasellos con la imagen de las diferentes especies, como la joya entomológica .

Agua y tierra

Sojuela ha sabido sacarle partido a estos impresionantes recursos naturales y convertirlos en un atractivo turístico. Cuenta con numerosas fuentes de agua cristalina (La Ojosa, María Albelda, Los Avellanares...) y una red de senderos que permite contemplar la exuberante y diversa vegetación de su monte. Algunos de estos caminos llevan el nombre de Los Arrieros, del Molinero y por el de Las Neveras se llega a los enormes pozos de nieve que el Concejo de Logroño mandó construir en 1597 en la cumbre del Moncalvillo para proveer a la hoy capital de La Rioja de hielo, fundamental para la conservación de alimentos y en el campo de la medicina.

La recuperación de estos depósitos corrió a cargo del Consistorio de Sojuela, la asociación Panal y contó con la colaboración del CEIP. Estas cinco grandes oquedades conforman hoy un ecomuseo que, junto a unas carboneras, hablan in situ del durísimo trabajo que ejecutaron siglos atrás los habitantes de la zona. El último domingo de enero, cientos de personas -en la última edición fueron 600- suben a visitar este testimonio en piedra de la historia de esta tierra con motivo del Sendero de las Neveras, una fiesta que va ya por su séptima edición y que consta de una marcha, degustaciones de productos típicos, representaciones del pisado del hielo y otra serie de actividades. Parte de ellas, como la proyección de vídeos explicativos sobre el acarreo de la nieve, se realizan en el Centro de Interpretación Casa de la Nieve del Moncalvillo, donde los visitantes encuentran durante todo el año información de esta tarea por medio de paneles y folletos.

Los hijos y descendientes de Sojuela alardean de este tesoro ecológico, aunque cuando vuelven al pueblo los fines de semana o en verano lo que más les gusta del municipio es «su tranquilidad, la cercanía a Logroño, el buen ambiente y el encontrarte con los amigos de siempre», como bien refleja Ángel Martínez.

Y es que dicen en Sojuela que el mejor punto de encuentro son las bodegas, espacios que custodian caldos excepcionales. «Sojuela es tierra de buenos vinos. En las zonas altas, de unos 600 metros, las uvas producen una acidez más elevada que las hace idóneas para envejecer crianzas y reservas», explican. Otra razón más para visitar Sojuela, aunque seguro que quedan muchas. «Este pueblo guarda secretos en su naturaleza que están aún por descubrir», avisan.

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