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MARÍA DOLORES RAMÍREZ
Viernes, 2 de agosto 2013, 02:26
En la pasada década de los años sesenta, los habitantes de la cuenca alta del río Jubera fueron abandonando sus tierras, sus casas, dejando los pueblos a merced de los elementos, del tiempo y de los animales que se adueñaron de aquellos lugares. Tanto las casas como las iglesias y ermitas fueron ocupadas por el ganado que se refugiaba entre sus paredes, convirtiendo cada recinto en un improvisado corral.
Como otros tantos edificios olvidados, la iglesia de la Asunción del pueblo abandonado de La Santa presentaba hace escasamente un año un aspecto ruinoso: altares completamente derruidos, un suelo repleto de desperdicios y de cascotes que se desprendían de las paredes, y un tejado que se hundía irremediablemente.
Los perseverantes herederos de los habitantes de estos contornos, constituidos en una asociación, han puesto todo su empeño en que esto no ocurra y están consiguiendo rescatar lo que se encaminaba hacia una ruina insalvable.
La gran 'culpable' de la restauración de la iglesia es la Asociación Sociocultural de la Ermita de Santa Ana (situada a dos kilómetros de La Santa y que, aunque ahora pertenece a Munilla, antiguamente era jurisdicción de La Santa). La agrupación la conforman vecinos de toda la comarca: Hornillos de Cameros, Zarzosa, Munilla con sus aldeas de Peroblasco y San Vicente... Sus miembros se han volcado con la ermita de La Santa, para que el olvido no acabe con esta bella construcción románica del siglo XIII.
El entusiasmo de los habitantes de la zona se ha unido al de muchos oriundos emigrados, vinculados por sus orígenes y por la defensa de las tradiciones, y es la clave que está haciendo posible la otrora inimaginable recuperación de la iglesia de la Asunción de La Santa.
El presupuesto total de la obra asciende a 120.000 euros. La mitad está subvencionado por la Agrupación de Desarrollo Rural (ADR) La Rioja Suroriental, mientras que el resto se completa con fondos de la asociación. También cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Munilla y aportaciones voluntarias de socios y amigos.
A Santa Ana, el domingo
A escasos dos kilómetros de la iglesia de La Asunción y enclavada en un límite natural donde domina las vertientes del Leza, el Cidacos y el Jubera se encuentra la ermita de Santa Ana. Esta edificación, que disfruta de la belleza del sobrio paisaje de más de 1.300 metros de altura, era primordial desde hace siglos para los habitantes de la zona, incluida La Santa y sus aldeas de Ribalmaguillo y La Monjía.
En la festividad de Santa Ana la ermita ha sido objeto de peregrinación desde tiempos inmemoriales. Se le agradecía a la madre de la Virgen María el cese de la peste y entonces se concertaban los pastos con la asistencia de los jefes de familia, autoridades eclesiásticas y civiles de cada pueblo, que acudían portando sus propios estandartes y símbolos procesionales y festivos.
Actualmente, los romeros de Zarzosa, Munilla y Hornillos mantienen la tradición y llegan por el monte portando sus estandartes y símbolos, y el campanillo, repuesto hace unos años, resuena en la montaña y llama al encuentro y a la fiesta.
Este domingo la romería hasta Santa Ana tendrá un especial significado, ya que podrán avistarse las obras de rehabilitación de la cercana iglesia de la Asunción, la misma que, fruto del esfuerzo y el incansable aliento de los vecinos de la zona, se resiste a caer en el olvido.
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