
MIGUEL MARCOS BELTRÁN
Martes, 26 de febrero 2013, 02:14
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Las lágrimas que constantemente limpian y protegen la superficie de los ojos se producen en la glándula lagrimal. Hidratan el ojo y luego deben eliminarse a través de unos pequeños orificios situados en el párpado superior e inferior. Pasan al saco lagrimal, que es como una bolsita y desde allí siguen por el conducto lagrimal hasta el interior de la nariz.
Por eso cuando lloramos o se nos irritan los ojos nos gotea la nariz. Este sistema es el 'desagüe' natural del ojo.
¿Quién puede padecer obstrucción de la vía lagrimal? Hay dos tipos de pacientes: recién nacidos y adultos de edad avanzada.
1.- En los recién nacidos es muy frecuente que el conducto lagrimal no esté completamente desarrollado y permanezca ocluido por una fina membrana. Los padres pueden sospechar que existe obstrucción porque el bebé presenta constantemente legañas y lagrimeo en uno o ambos ojos. Todo niño con lagrimeo debería ser visto y tratado por un médico oftalmólogo desde el inicio de los síntomas. Durante los primeros meses de vida la mayor parte de estos niños se curarán espontáneamente, sin embargo, en los casos en que no se resuelva la obstrucción, el oftalmólogo debe realizar un sencillo sondaje de manera ambulatoria que normalmente soluciona el problema definitivamente. Sin embargo, conforme el niño se hace mayor, desciende la posibilidad de que el tratamiento sea eficaz.
2.- Por otra parte en los adultos, sobre todo de edad avanzada, son muy frecuentes las obstrucciones de la vía lagrimal por acúmulo de desechos celulares ó inflamaciones repetidas a lo largo de los años hasta ocluirlo completamente. Esto es lo que provoca los síntomas que popularmente se conocen como 'rija'(dacriocistitis crónica). Es, por así decirlo, un 'taponamiento' del sistema de desagüe.
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¿Cuál es el tratamiento para el adulto? La infección aguda debe tratarse con antibióticos y antiinflamatorios, pero eso no resolverá la obstrucción ni el lagrimeo.
El único tratamiento definitivo para la obstrucción del conducto nasolagrimal es la intervención quirúrgica, comunicando la vía lagrimal obstruida con la fosa nasal para mejorar la evacuación de las lágrimas. Habitualmente la cirugía está indicada cuando la sintomatología es persistente, interfiere en la vida diaria del paciente y no desaparece con las pautas médicas. En caso de no realizarse la intervención persistirán los síntomas, con el riesgo añadido de infecciones recurrentes y abscesos.
¿Qué tipos de cirugías existen?
1.- Dacriocistectomía: Consiste en extirpar a través de una incisión en la piel todo el saco lagrimal. La finalidad es evitar las infecciones o 'rijas', pero persiste el lagrimeo porque no se crea una nueva vía de drenaje.
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2.- Dacriocistorrinostomía externa: Es la técnica más antigua y aunque tiene una buena tasa de éxitos, para realizarla es necesario hacer una incisión en la piel y así poder acceder a perforar el hueso y tallar un túnel por el que pasará la lágrima.
3.- Dacriocistorrinostomía transcanalicular con Láser Diodo: Realizada en colaboración del otorrinolaringólogo y el oftalmólogo, es la técnica más novedosa y menos agresiva. En ella utilizamos la fibra del láser (de menos de 1 milímetro de diámetro) para crear el drenaje, siguiendo la vía anatómica natural por el canalículo ocular y a través del saco lagrimal hasta el interior de la fosa nasal. Durante este proceso se visualiza con un endoscopio acoplado a una cámara, la apertura realizada por la fibra láser en la fosa nasal. Una vez permeabilizada la vía lagrimal se deja colocada una pequeña sonda de silicona en el interior de la nariz durante un tiempo para asegurar la permeabilidad del nuevo orificio.
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¿Por qué es mejor operar por vía transcanalicular con láser?
Uno de los objetivos de la investigación en cirugía es desarrollar técnicas sencillas, lo menos lesivas posibles y con buenos resultados. La Oftalmología es, sin duda, la especialidad que más se ha beneficiado de los avances tecnológicos de nuestro tiempo para mejorar sus procedimientos quirúrgicos, que cada vez son más precisos y menos agresivos.
En concreto en las obstrucciones de la vía lagrimal en los adultos, la reciente aparición del Láser Diodo de alta potencia y los videoendoscopios de última generación nos han permitido modificar la técnica quirúrgica original, que era muy agresiva, estableciendo las bases de la cirugía mínimamente invasiva del sistema lagrimal.
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Esta nueva técnica aporta grandes ventajas para el paciente: no deja cicatriz en la piel, se realiza a través de la estructura anatómica natural de la vía lagrimal y permite una rápida incorporación a la actividad habitual tras la cirugía.
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