La ilusión de un espíritu joven

A Vanessa Alonso se le llena la boca cuando habla de Hornos de Moncalvillo, el pueblo de su padre, Alejandro. Ella nació y vive en Logroño, pero se considera «de Hornos». En esta localidad del Moncalvillo ha vivido con sus amigos algunos de los mejores momentos de su vida, y no duda en acudir a ella cada fin de semana y en verano.

«En Hornos hay muy buen ambiente. A mí siempre me han tratado muy bien y me han ayudado», constata. Ella, a sus 19 años, devuelve todo ese cariño participando activamente en la organización de los eventos culturales y festivos del municipio. «Aquí no existe el problema de que algún acto no salga adelante, porque la gente es muy participativa», asegura. También -sostiene- cuentan con el apoyo del Ayuntamiento. «Cuando los jóvenes hemos pedido algo, han movido lo que ha hecho falta para conseguirlo porque piensan que la juventud es el futuro del pueblo».

Vanessa asevera que ese buen ambiente llega a su cenit en el primer fin de semana de septiembre, con motivo de las fiestas de San Cristóbal. «En Hornos no creemos en San Mateo, sino en San Cristóbal. Son los tres mejores días del año», certifica. Tanto que, para estirarlos un poco más, los muchos jóvenes que acuden a la localidad celebran las «prefiestas, las fiestas y las postfiestas». «Los mayores dicen que el lunes siguiente a los festejos queda una gran soledad, después de que hayan estado durante tres meses viendo a tanta juventud en el pueblo».

Y es que el verano constituye la estación 'estrella' en Hornos. «La gente deja Logroño y se viene aquí. Es donde mejor se está por la tranquilidad, por la compañía de los vecinos y porque se puede dormir sin agobios de calor».

Mientras espera la llegada del periodo estival, el municipio recibe los fines de semana a multitud de visitantes, atraídos por la belleza de sus alrededores. «Los domingos pasan un montón de coches preguntando por las neveras del Moncalvillo», señala. Otros se dirigen a la instalación de 'paintball' y actividades de aventura Campo Activo, situada en su término; o al repetidor 'El Colorado', desde el que la joven afirma que se obtienen «unas vistas espectaculares de la comarca». Tras estas visitas, Vanessa recomienda una parada en la ermita del Santo Cristo. «Está a 500 metros del pueblo y tiene mesas a su alrededor para comer cuando hace buen tiempo».