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TRIBUNA

Un euro, ¿166, pesetas?

Vamos haciendo montoncitos de euros para sufragar el combustible por si la luz se apaga mucho tiempo

JUAN CARLOS VILORIA

Lunes, 2 de enero 2012, 01:31

El 2012 asoma por la línea del horizonte con pinta de tropel de nubes negras alborotadas acercándose a toda velocidad entre destellos de relámpagos que auguran la tormenta perfecta. Aunque el tiempo es lo más cambiante que existe y los meteorólogos también se equivocan se percibe en el ambiente un aire de resignación para ponerse en lo peor y sobrevivir al último coletazo de la crisis. Cuando se acercan las grandes borrascas la gente se afana en tablonear puertas y ventanas y ahora los vientos de la profunda depresión económica se afrontan reforzando el colchón solidario familiar, protegiendo los últimos ahorros de la cartilla, aceptando el trabajo que sea por lo que te den; y se van haciendo en casa montoncitos de euros para sufragar el combustible por si la luz se apaga mucho tiempo.

El euro nos rescató hace diez años del complejo histórico de la peseta que de puertas afuera no servía para mucho y por fin entramos en el club de las divisas pisando fuerte mirando a nuestros vecinos alemanes, franceses, belgas, de tu a tu aunque el alto precio que pagamos se fijó en 166,386 pesetas por cada pieza. Cuando un franco se cambiaba por 14 pesetas todavía España dormía bajo mantas y no frecuentaba el edredón. La mantequilla era un lujo que se compraba en Francia y en los trenes había una tercera clase donde los viajeros se apañaban bocadillos de cualquier cosa que siempre olían a chorizo y mandarinas.

Pero aquel triple salto mortal monetario está pasando una penosa factura. Paul Krugman sostiene que el euro fue un error porque igualaba la moneda en países de economía muy asimétrica de manera que en épocas de bonanza todo va bien pero cuando llega la crisis no hay política monetaria válida para los que están saliendo de la crisis como Alemania y los que aun no han tocado fondo como España. El premio Nóbel le dijo a Zapatero que nuestro país tendría que devaluarse entre un 15% y un 20% y no parece demasiado a la vista de la profundidad de la fosa en la que estamos cayendo. Otros más drásticos como el 'Wall Street Journal' editorializan que España deberá salir del euro para afrontar las medidas correctoras adecuadas. Esa hipótesis que nos pone los pelos de punta ya se baraja también en la prensa alemana donde se refleja que el sentimiento de hostilidad hacia la moneda única roza el 70% y, en todo caso, defienden que habría que empezar a distinguir entre euros alemanes, franceses, españoles... Es un juego peligroso pero real. Peligroso porque el colapso del euro rebotaría con dureza en la propia economía alemana que se financia casi gratis y que tiene todo un mercado europeo cautivo. Pero real porque el festejo este de diez años en que nos empezamos a pulir billetes de 50 euros (8.319 pesetas) en la barra de los bares como si fueran veinte duros, alguien tendrá que pagarlo.

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