
MARTÍN SCHMITT mschmitt@diariolarioja.com
Jueves, 17 de noviembre 2011, 10:02
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El Colegio San Viator de Valladolid fue un semillero importante de jugadores -y entrenadores -de balonmano, pese a que en la actualidad es un deporte que ya no se practica. De hecho, Jota González (Valladolid, 2 de febrero de 1972) y Juan Carlos Pastor (Valladolid, 18 de mayo de 1968), que este sábado se volverán a ver las caras en la pista, se conocieron allí cuando eran alumnos. El entrenador del Cuatro Rayas desde hace 18 años, que era cuatro años mayor, comenzó a jugar de portero; al igual que Jota. Y desde entonces nació una relación que ha durado casi dos décadas.
Al poco tiempo, sus vidas se separaron: Pastor comenzó a entrenar en el Valladolid, al principio como segundo de Manolo Cadenas, y Jota se hizo cargo del balonmano en el colegio. Al aceptar entrenar al primer equipo, hace ya 18 años, Pastor quiso que Jota se encargara de las divisiones inferiores (de donde surgieron Chema Rodríguez, Íker Romero, Chuchi, García Parrondo...), y como segundo entrenador. Nada menos que diez años estuvieron juntos. Temporadas en las que consiguieron una Copa del Rey y una Copa Asobal, además de varios campeonatos de España con los juveniles. «Él me dio la oportunidad y si no quiso llevarme antes era para que el San Viator no se quedara sin nadie», recuerda Jota. A partir de entonces, la relación fue mucho más estrecha y cercana. «Lo que más destaco de esos años de trabajo es que él (Pastor) confiaba plenamente en mi trabajo en la cantera. Me dejaba hacer y deshacer y estábamos muy de acuerdo en todo».
En Europa, el Valladolid de aquella época alcanzó varias semifinales y finales, incluso alguna de Champions que se perdió porque Roberto García Parrondo falló un penalti con el reloj a cero. «Y eso eran palabras mayores para un Valladolid», aclara el entrenador actual del Naturhouse.
Ya en los últimos años como segundo entrenador de Pastor, Jota recibió ofertas de clubes de la Asobal, pero el pucelano, después de comentarlas con su mentor, las rechazó. «Estaba muy bien en Valladolid, daba clases en un colegio y en la universidad, tenía una academia de informática. Tenía la vida resuelta». Pero apareció Logroño, con un proyecto «más que interesante».
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La decisión, que al principio no fue del agrado de Juan Carlos Pastor, fue muy complicada para Jota González, aunque armó las maletas y se vino a La Rioja.
Y en el primer partido entre el CB Ciudad de Logroño y el Valladolid en el Palacio de los Deportes, el alumno derrotó al maestro. Los logroñeses ganaron 27-25 ante la sorpresa de todos. «Fue en la quinta jornada y ganamos un partido muy complicado. Teníamos muchos lesionados y para nosotros fue una sorpresa muy agradable. Por entonces teníamos un calendario muy complicado y encima habíamos perdido en mi debut en casa con el Algeciras, que terminó descendiendo», comentó Jota. «Las cosas eran muy duras y esa victoria fue muy importante. Además, fue un partido especial, con mucha afición del Valladolid que me aplaudió», repite.
Desde entonces, un equipo de Jota no ha vuelto a vencer a uno de Pastor. Y siempre viajar a Pucela es especial para Jota. «Allí me siento como en casa, me siento muy valorado y querido por todo el mundo, lógicamente también por Pastor», apunta. Pero Jota, que habla cuatro veces por semana con el entrenador del Cuatro Rayas, tiene claro que cada uno cuida sus intereses, «aunque nos guardemos cariño».
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