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Miedos y dudas en torno a la fimosis
SOCIEDAD

Miedos y dudas en torno a la fimosis

La autoexploración es fundamental para prevenir problemas serios derivados de esta afecciónSi apreciamos la más mínima dificultad para descubrir el glande al bajar la piel que llamamos prepucio, debemos consultar al urólogo

AMANCIO FERNÁNDEZ URÓLOGO

Martes, 15 de noviembre 2011, 01:38

A lo largo de este artículo vamos a tratar de una enfermedad y una mínima intervención quirúrgica, que en conjunto son los procedimientos más frecuentes que en urología y andrología se realizan. El que sean los más frecuentes no significa que estén rodeados de incógnitas, de miedos y de vergüenza. Hay una pregunta que con muchísima frecuencia se hacen a sí mismos los varones cuando consultan por este problema, y que creo que resume esta enfermedad y lo que la rodea: «esto me lo tenía que haber mirado antes, ¿verdad doctor?».

En primer lugar vamos a describir lo que es la fimosis y señalar unos términos médicos sencillos. La fimosis consiste en una pérdida de elasticidad de la piel que rodea y protege la parte final del pene. Esta piel se denomina prepucio y es la que enferma. La parte final del pene, que está cubierta por el prepucio, se llama glande. Al perder elasticidad el prepucio, no puede desarrollar con normalidad su función fisiológica, que es por un lado proteger el glande y por otro, permitir que éste se descubra cuando sea preciso.

Hay dos situaciones en las que el glande debe descubrirse por completo: en primer lugar cuando se realiza la higiene del glande y en segundo lugar, a la hora de mantener relaciones sexuales. Si el prepucio no permite descubrir el glande no se va a poder realizar la higiene del mismo, y este hecho lleva consigo la aparición de infecciones, siendo las más frecuentes las infecciones por hongos. También pueden crecer bacterias que entren dentro del aparato urinario causando infecciones del mismo. Y en último lugar estas infecciones, mantenidas de modo crónico durante años, pueden acabar causando enfermedades graves como el cáncer de pene.

Que el glande se descubra por completo es necesario para poder mantener relaciones sexuales satisfactorias, pues el punto de reflejo más importante para obtener una erección y alcanzar el orgasmo y la eyaculación es precisamente el glande. Si el glande está cubierto por el prepucio a la hora de mantener relaciones sexuales, no se obtiene la estimulación satisfactoria y pueden aparecer impotencia y alteraciones de la eyaculación.

En ocasiones sí que se consigue descubrir el glande cuando el pene está erecto, pero es forzando la piel del prepucio que está afecta de fimosis. Al forzarla sencillamente se producen desgarros, que sangran y que además son dolorosos.

También puede suceder que forzando el prepucio se descubra el glande, pero que la piel se atasque debajo del glande suele ser por desgracia la consecuencia de esta maniobra forzada. Esta situación se conoce como parafimosis, y es muy dolorosa y precisa de atención urgente, pues la piel atascada debajo del glande, en lo que se conoce como surco balano prepucial, impide que la sangre que está acumulada en el glande se vacíe, de tal manera que el glande progresivamente se va edematizando, aumentando de tamaño e hinchándose y, como consecuencia de todo ello, causando un fuerte dolor e impidiendo la colocación en su posición natural del prepucio. La parafimosis obliga a quien la padece a acudir a urgencias para ser atendido y reducida su parafimosis, pasando un mal rato.

Prevención

¿Podemos hacer algo para evitar estos problemas? Pues indudablemente que sí. Aquí el poder explorarse uno mismo es de gran ayuda, pues la autoexploración nos permite adelantarnos a que la presencia de una fimosis nos cause problemas de salud serios. Si apreciamos la más mínima dificultad para descubrir el glande al bajar la piel que llamamos prepucio, estando el pene flácido y, por su puesto, estando en erección, hemos de consultar al urólogo para que nos explore y nos aconseje.

Hay una situación muy frecuente que es la fimosis que aparece en el niño. Hay que tener en cuenta que prácticamente todos los recién nacidos tienen fimosis, siendo lo normal que se resuelva sola en la mayoría de los varones durante el primer año de vida. En los que persiste la fimosis nos va a dar problemas, que van a ser debidos a la aparición de infecciones que se conocen como balanitis.

La observación de los padres es fundamental, de tal manera que si aprecian que la piel que recubre el glande no se puede retraer de modo satisfactorio deben de consultar con el urólogo.

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