SOCIEDAD

El corazón infartado puede repararse solo con una inyección de células

Es la primera vez que esta terapia obtiene tan buenos resultados a largo plazo en pacientes que sufrieron el episodio cardioavascular

N. RAMÍREZ DE CASTRO

Martes, 15 de noviembre 2011, 01:38

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Si el cerebro es un órgano plástico capaz de producir nuevas neuronas, ¿por qué no podría serlo también el corazón? El investigador italiano Piero Anversa persiguió esta hipótesis hasta demostrar que nuestra bomba cardiaca era capaz de regenerarse ella sola, incluso a edades avanzadas. Eso significaba que no estaba dicho todo después de un infarto y que las zonas muertas del corazón podrían volver a la vida. Solo se necesitaría un pequeño empujón desde el exterior para animar a las células madre del corazón a hacer su trabajo.

Ahora en una nueva investigación, el equipo de Anversa de la Universidad de Harvard, en colaboración con la Universidad de Louisville (Estados Unidos), muestra cómo un corazón enfermo puede repararse a sí mismo. Los investigadores trataron a 16 pacientes que habían sufrido un infarto muy grave y lograron que su corazón se recuperara tras infundirle sus propias células madre cardiacas. Los resultados se publican en la revista médica 'The Lancet' y «abren una nueva opción para los pacientes infartados con un mal pronóstico», asegura Anversa .

Un año después del tratamiento, el efecto continuaba. Es la primera vez que se demuestra el efecto de una terapia celular a tan largo plazo. Eso sí, con una ayuda técnica bastante potente, no solo con un «empujoncito» exterior. Para conseguirlo, los enfermos tuvieron que pasar primero por una biopsia de corazón y después por un cateterismo, una técnica no exenta de riesgo. En la biopsia se toma parte del tejido del corazón para después aislar y ampliar en el laboratorio las células madre reparadoras. Con el cateterismo posterior, se introduce un catéter por la arteria para llegar hasta el corazón y depositar las células.

Al producirse un ataque cardiaco, el infarto reduce la capacidad que tienen los ventrículos para bombear la sangre en un solo latido. Al disminuir el aporte sanguíneo, el tejido cardiaco se queda sin oxígeno y muere. Esas zonas necrosadas provocan un fallo cardiaco, porque la capacidad de bombeo se reduce. Cuando el infarto es importante, a la mayoría de los pacientes se les ofrece una cirugía de 'bypass', una suerte de puentes con vasos sanguíneos para sortear las zonas muertas y seguir nutriendo el resto del tejido. A los pacientes de este ensayo clínico también se les ofreció esta cirugía, momento que se aprovechó para tomar la biopsia. Una vez cultivadas, un millón de células madre cardiacas viajaron, de vuelta, hasta los corazones dañados con la única misión de tratar de regenerar los daños.

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'Bypass'

Durante un año, el equipo de investigadores siguió a los enfermos tratados y a otros siete pacientes con la misma dolencia que solo fueron sometidos a 'bypass'. Cuatro meses después de la terapia celular, el corazón de los pacientes mejoró su capacidad para bombear sangre y siguió mejorando un año después, fecha del último control. Las cicatrices típicas de las zonas muertas del infarto también habían mejorado. En cambio, los siete enfermos que solo fueron operados no notaron mejoría.

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