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LUIS JAVIER RUIZ
Jueves, 29 de septiembre 2011, 11:52
La matrícula es cara, pero en muchos casos es lo de menos. Estudiar en cualquier universidad pública española pasa a las familias una gravosa factura que va mucho más allá de la satisfacción de los correspondientes precios públicos y que acumula una larga lista de conceptos. Sobre todo si los estudios o el centro elegido están lejos del domicilio familiar.
Según los datos facilitados por la universidad riojana -correspondientes al curso anterior y que apenas variarán durante el actual-, de los 4.498 matriculados en estudios oficiales (se excluyen los inscritos en programas de duración mensual o trimestral y de cursos 'on line'), aproximadamente el 40 por ciento debe buscar 'techo' en Logroño.
Se trata, fundamentalmente, de unos 930 estudiantes de localidades riojanas alejadas del área metropolitana de la capital (incluye también municipios próximos de Navarra y Álava); universitarios de otras regiones (algo más de 650 que proceden básicamente de Navarra, País Vasco y Castilla y León); de alumnos extranjeros que llegaron a aprender idiomas y prosiguieron con estudios de grado (colectivo formado por unos 170 jóvenes entre los que destacan los estudiantes chinos); y 'erasmus' -96 el año pasado procedentes de Alemania, Francia, México, Australia, Canadá, Irlanda, Italia, Reino Unido, Brasil, Argentina, Austria, Bélgica, Dinamarca, Holanda, Polonia, EEUU, Chile, Rumanía y Estonia-.
¿A cuánto asciende la factura para estos estudiantes de la Universidad de La Rioja? Todo dependerá de la carrera elegida; de si optan por una residencia o por compartir piso; de los libros que tengan que comprar; del material adicional necesario... Y dejando al margen otros gastos -ocio, deporte, viajes, Internet e incluso el móvil (que estando fuera de casa puede generar una partida sustancial)- el alojamiento y la manutención son las partidas más elevadas de todas y las más complicadas de rebajar.
¿Piso o residencia?
La capital riojana cuenta con cinco residencias: dos mixtas (La Ribera y Universitaria de La Rioja), una masculina (Francisco Jordán) y dos femeninas (Santa Mónica y Jorbalán) con precios en habitación individual y pensión completa que oscilan entre los 360 y los 612,75 euros. Con un coste medio de 501,28 euros, el curso completo (10 meses) exigirá un desembolso de 5.012,8 euros.
La segunda opción es la de compartir un piso de alquiler cuyo precio puede variar en función de la zona y de los servicios. Recurriendo a la bolsa de vivienda de la UR, el coste medio de una habitación en piso compartido puede suponer unos 240 euros mensuales. Con contratos anuales, los estudiantes habitualmente deben abonar también los meses de verano y además afrontar los gastos comunes (agua, luz, calefacción, comunidad), que pueden suponer unos 40 euros al mes, y su cesta de la compra (el gasto medio mensual en alimentos, según la encuesta de presupuestos familiares del INE, es de 134 euros). Así, la opción de la habitación en un piso compartido supondrá no menos de 4.700 euros cada año.
Los suspensos se pagan
Asegurado el alojamiento, llega la hora de la matrícula. No todos los estudios cuestan lo mismo y si en casa tenemos un futuro enfermero, un curso completo nos costará 1.360,8 euros. Si, por contra, opta por la abogacía, los 60 créditos de cada curso costarán 818,4 euros. Eso sí, los suspensos se castigan y esos 1.360,8 euros se pueden convertir en 2.858 y los 818,4 en 1.719,6.
¿Acaba ahí el desembolso familiar? No. Otra partida importante, condicionada también por los estudios elegidos, es la de libros y manuales. Las carreras técnicas son las que más esfuerzo exigen -comprar todos los textos recomendados puede exigir el desembolso de más de 600 euros-, si bien el precio medio se rebaja con otros grados más económicos, como los de Humanidades.
Y la última partida de esa factura básica es la de 'otro material': cuadernos, bolis, subrayadores, correctores, carpetas y fotocopias. «Hay alumnos que se gastan hasta 30 euros semanales», explica Eugenio, responsable de la copistería PyC. «Ahora, con los soportes digitales, ha caído mucho, pero siguen viniendo muchos alumnos y al final del curso es un presupuesto», reitera.
Y si completamos la suma, el total asusta a más de un bolsillo. Tanto que un curso completo en la UR saldrá por unos 6.400 euros si la opción elegida es la del piso compartido y por casi 7.000 si se opta por la residencia. Becas, ayudas autonómicas y trabajos a tiempo parcial permiten a muchos estudiantes reducir un gasto que hace que los títulos se coticen, en el caso de los estudiantes perfectos, a casi 30.000 euros.
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